De Masters a Masters, otro Jon, el mismo Rahm
El número dos mundial, padre hace ahora un año, es uno de los grandes favoritos en Augusta, donde es más regular en los grandes
De Masters a Masters, la vida es otra para Jon Rahm. El curso pasado aterrizó en Augusta a los pocos días de ser padre, apenas practicó y aún así fue quinto, de nuevo rozando con los dedos la chaqueta verde. El pequeño Kepa acaba de cumplir un año, y pronto será ya hermano mayor, y papá Rahm regresa a Augusta de nuevo en busca de la gloria, su segundo grande, el siguiente eslabón en una cadena histórica que le reclama: Seve (1980 y 83), Olazabal (94 y 99), Sergio García (2017)... ¿él?
La historia del golf español se escribe en el Masters, y bien lo sabe Rahm, una enciclopedia de su deporte. “Yo juego por la gloria, por el legado, no por el dinero”, sentencia. Y es tan especial, un talento de Barrika pulido en la Blume y rematado en Estados Unidos, que es el único español que ha ganado el US Open, y sueña con el Open Británico. Y aun así es en el lienzo de Augusta donde mejor ha pintado. El vasco fue 27º en su estreno, en el 2017 de Sergio, y desde entonces siempre pica alto: cuarto, noveno, séptimo y quinto, un registro sin igual en el circuito en ese periodo. En ningún otro grande ha conseguido Rahm esa maravillosa regularidad entre los 10 primeros: cuarto y octavo en el Campeonato de la PGA, tercero y primero en el US Open, y tercero en el Open Británico. Augusta es también la única cita del Grand Slam en la que nunca ha fallado el corte.
“He jugado bien aquí, sé que puedo hacerlo. Con suerte podré llegar esta vez a los segundos nueve hoyos del domingo con opciones de ganar”, ha explicado Rahm este martes en Augusta, donde las casas de apuestas le coronan como favorito. “Eso no me importa”, responde el número dos del mundo, trono que cedió recientemente ante el estadounidense Scottie Scheffler después de 43 semanas (36 seguidas) en la cumbre. Ese peldaño descendido y el atronador ruido alrededor de Tiger han rebajado la presión externa sobre Rahm, pero en su mente late la misma exigencia. “Nada de eso me quita presión. Cada uno se pone esa presión. Ser el favorito en las apuestas me da igual. A mí me gusta pensar que soy el favorito en mi mente. Y haber perdido el número uno no me alivia. Sí llego con una sensación diferente a la del año pasado... La vida cambia cuando eres responsable de alguien. Lo que pensé que era importante ya no lo es. Después de jugar no quiero ir a un restaurante. Quiero ir a casa a dormir porque sabes que el bebé puede despertarse en cualquier momento. Kepa me ha dado mucho más que yo a él. El amor que siento a su lado es único. Cuando llego a casa, soy papá, su aita. Es todo lo que me importa. Me da alegría, calma. Luego en el campo soy un competidor”.
En el Masters busca Rahm reencontrarse, recordar al vencedor del US Open del año pasado, su último título, afinar el juego corto. Augusta saca su mejor versión, y a los 27 años se ha liberado, eso sí, de la etiqueta de no haber ganado un grande. “¡Como si fuera fácil! Cuando gané el US Open me quité una carga de los hombros, saber que no iba a estar ya en la lista de los mejores sin un grande. Fue más alivio que felicidad, como si estuviera agotado. Ya no iba a tener que escuchar aquello de ¿cuándo vas a ganar un grande? Todo el mundo lo estaba celebrando y yo estaba sentado en la silla pensando: ‘Está bien, se acabó”.
TV: Movistar Golf. Jueves y viernes, de 18.30 a 1.30. Sábado, de 18.00 a 1.00. Domingo, de 18.00 a 0.30.
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