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El campeón olímpico Jakob Ingebrigtsen ya tiene su récord del mundo

El noruego, ganador del oro en los 1.500m de Tokio, logra la plusmarca de la distancia en pista cubierta (3m 30,60s) en una reunión en la que Esther Guerrero batió el récord español de la milla (4m 28,54s) y Mariano García ganó los 800m

Jakob Ingebrigsten en el Campeonato Europeo de Atletismo en Pista Cubierta.
Jakob Ingebrigsten en el Campeonato Europeo de Atletismo en Pista Cubierta.Leszek Szymanski (EFE)
Carlos Arribas

El fenómeno noruego Jakob Ingebrigtsen ya ha conseguido, a los 21 años, parte de los objetivos que le acercan a su aspiración mayor, la de convertirse en el mejor mediofondista de la historia; ser único en un territorio, el de Roger Bannister, Herb Elliott, Peter Snell, Steve Ovett, Sebastian Coe o Hicham el Guerruj, que es, quizás, el más densamente poblado de grandeza del atletismo. Y entre la memoria de los más grandes, el recuerdo de sus nombres, se siente como pez en el agua el pequeño de la familia Ingebrigtsen, y acelera hacia ellos desde niño: doble campeón de Europa (1.500m y 5.000m) antes de cumplir los 18 años; campeón olímpico, en Tokio, de los 1.500m, y recordman europeo (3m 28,30s), a los 20, y, desde el jueves por la noche, ya plusmarquista mundial de la distancia reina en pista cubierta a los 21. Corre los 1.500m en 3m 30,60s y adelanta a atletas como Haile Gebrselassie o El Guerruj, que estaban por encima de él en la lista, y sustituye en la cabeza al etíope Samuel Tefera, cuyo antiguo récord, 3m 31,04s, mejora por 44 centésimas.

Ingebrigtsen devuelve así a Europa una plusmarca mundial en cuyo historial figura el nombre de un atleta español, el toledano José Luis González, cuyos 3m 36,03s conseguidos en Oviedo se mantuvieron como mejor marca mundial bajo techo entre marzo de 1986 y febrero de 1989.

El atleta noruego lo consiguió en la reunión de Liévin, en el norte de Francia, junto al Paso de Calais, en una pista espléndida en la que, a su lado, el atletismo español mostró una magnífica buena salud a un mes justo del Mundial en pista cubierta de Belgrado.

Una semana después de imponerse en Nueva York en los 1.500m, Esther Guerrero, una atleta en ebullición a los 32 años recién cumplidos, en el esplendor de su carrera, logra su primer récord de España, el de la milla, prueba en la que, con una marca de 4m 28,54s, termina quinta (gana la etíope Gudaf Tsegay, 4m 21,72s) y por casi cinco segundos adelanta en lo más alto del ránking nacional los 4m 33,06s de la guipuzcoana Maite Zúñiga en 1998. Abandonados los 800m, distancia en la que invirtió los primeros años de su carrera, la atleta catalana entrenada por Joan Lleonart perseguirá la grandeza en los 1.500m de Belgrado. “Ya es un salto definitivo, no vuelvo a los 800m”, dice.

En los 800m, nueva victoria en el WorldIndoor Tour del murciano Mariano García, otro de los españoles ganadores en Nueva York el 6 de febrero, donde batió el récord de España y consiguió la aún mejor marca mundial del año (1m 45,12s). En la pista francesa, en una carrera más lenta (ganó con 1m 46,29s), se impuso magnífico, motivado por el bullicio y el ánimo de unas gradas llenas con 5.000 aficionados muy entendidos, infiltrándose fuerte, hábil y decidido por el interior, pegado a la cuerda, a Elliot Giles, poseedor del récord británico indoor (1m 43,63s).

Samuel Tefera, que defendía su récord mundial, fue el atleta que más se resistió a la cabalgada final de Ingebrigtsen, quien se pegó a unas liebres que le pasaron los 600m en 1m 24,66s y los 800m en 1m 52,86s. Los 1.000m ya los pasó en cabeza (2m 20,98s). Fue el inicio de una aceleración terrible que generó un vacío insólito a sus espaldas. “Sé que al público le encantan mis cabalgadas y aceleraciones en las últimas vueltas [los últimos 200m, la última vuelta, los cubrió Ingebrigtsen en 27,57s], pero a mí también es lo que más me gusta”, dijo el joven noruego, que ya no es un niño. “Estoy mejor que nunca. Espero, claro, que lleguen más récords mundiales”. Justo hace unos días, su padre, y forjador, Gjert, anunció que dejaba de entrenarle por problemas de salud. Le sustituye su hermano mayor, Henrik, también atleta de nivel mundial.

A más de tres segundos llegó Tefera y un poco después llegaron dos españoles que, con inteligencia, supieron alcanzar sus objetivos. El granadino Ignacio Fontes, que ya tenía la mínima para Belgrado, fue tercero, con 3m 37,39s, y el berciano Saúl Ordóñez, uno que compagina los 800m (medallista mundial en pista cubierta y plusmarquista nacional de la distancia al aire libre) con los 1.500m, terminó cuarto con la mejor marca de su vida, 3m 37,99s, mínima para el próximo Mundial.

En la prueba de longitud ganó la campeona olímpica de triple Yulimar Rojas con un salto de 6,81m, ya más cerca de su valor real que con los 6,59m del pasado sábado en Madrid, donde sufrió un desencuentro con la cinta métrica que uso para fijar su distancia de carrera de consecuencias casi catastróficas. Detrás de ella, dos españolas, Fátima Diame, segunda, con 6,64m, la mejor marca de una atleta con grandes perspectivas (quizás, sobre todo, en triple) que desde hace unos meses es compañera de entrenamientos de Rojas a las órdenes de Iván Pedroso en Guadalajara. Y tercera, con 6,62m, fue María Vicente, e 20 años, campeona mundial juvenil y europea júnior, campeona y plusmarquista nacional de pruebas combinadas, que entrena con Ramón Cid en San Sebastián y da cada día pruebas de madurez y crecimiento. Ya come brócoli, ya sabe buscarse la vida viajando sola, cambiando avión por tren, buscándose hotel en París, y rindiendo a gran altura pese a los trastornos.

En los 60m vallas, otro joven nacido en el siglo XXI, Enrique Llopis, de 21 años, pasó tercero la serie y disputó la final al lado del plusmarquista mundial en Madrid (7,29s) Grant Holloway, que ganó con 7,35s. Llopis, quien, como Asier Martínez y Orlando Ortega, ya tiene la mínima para Belgrado, donde el máximo son dos atletas por país y prueba, terminó cuarto, con 7,62s, tres centésimas más que su mejor marca, 7,59s, conseguida hace unas semanas. El triplusmarquista español Mo Katir (1.500m, 3.000m y 5.000m al aire libre) sufrió las inconsistencias de Selemon Barega, el etíope que había pedido una liebre con tiempos de paso para récord del mundo de 3.000m en pista cubierta para luego pasar de ella y pensar solo en ganar la carrera. Katir, el gran puntal español de los 3.000m junto al Adel Mechaal que en Nueva York batió el récord europeo (7m 30,82s), perdió el ritmo en una carrera de parones y tirones, y aun terminando séptimo lo hizo con unos magníficos 7m 36,62s.

Recién recuperado de un duro covid, como Katir, el finalista en los 800m de los Juegos Olímpicos Adrián Ben quinto en la serie B de los 800m, con 1m 47,89s.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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