El Mallorca resurge ante el Athletic
Un gol en propia meta de Unai Simón en la recta final premia al conjunto balear
Aduriz no podía disimular su decepción tras la mascarilla. Junto a sus hijas, en la grada de Son Moix, observaba con desagrado el papelón del Athletic en la primera media hora en la que el Mallorca, que también es su equipo pero menos, desarboló a los rojiblancos, de verde en la Isla, un color talismán durante todo el campeonato, pero que es gafe frente al equipo mallorquín. En Bilbao todavía se recuerda el partido de los pantalones verdes, que acabó con humillación y goleada una nefasta tarde de domingo en la que el árbitro no permitió que el Athletic jugara con sus calzones habituales y el Mallorca le cedió otros que completaban una combinación horrorosa.
El recuerdo de los pantalones verdes comenzó a tomar forma cuando después de un inicio prometedor de los rojiblancos y una ocasión clara que Raúl García envió al limbo después de un error de Sergio Rico y una buena asistencia de Sancet, el Mallorca comenzó a carburar, apretando fuerte arriba a una zaga en la que Núñez devolvía todo lo que robaban sus compañeros y comenzó a sufrir una tembladera cuando el central cometió un penalti evitable sobre Maffeo que transformó Salva Sevilla.
El desconcierto fue en aumento. El Athletic no conseguía sacar ninguna pelota frente a la presión local y Muriqi, un tallo, causaba pavor en el área. En plena fiesta del Mallorca, el delantero tocó de cabeza ante la timidez de Núñez y se la dejó a Ángel, habilitado por el retraso de Vivian, y que marcó a la media vuelta.
Nada más pasó en la primera parte, salvo constatar la impotencia del Athletic ante un Mallorca revitalizado con los goles. En el descanso, Marcelino señaló a Núñez, muy descentrado, y prefirió desplazar a Balenziaga al centro de la defensa.
Los cambios le sentaron bien al Athletic aunque con retardo, pero cuando la medicina hizo efecto, fue fulminante. A los 58 minutos Raúl García hizo la pared con Yuri en el área, volvió a recibir del lateral para batir a Sergio Rico. Dos minutos más tarde, Muniain saco un córner cerrado que Berenguer remató de espaldas. En un suspiro empató el Athletic, pero la descarga de adrenalina no tuvo continuidad, y un Mallorca necesitado, aunque con pocos recursos, se lanzó a buscar el tercero en cada oportunidad que tenía de controlar la pelota.
Llegó el gol por la insistencia, en otro error defensivo del Athletic, que permitió que Kubo rematara después de que Muriqi se adelantara a los defensas que le salieron al paso. El disparo golpeó en el poste, le pegó en la chepa a Unai Simón y desató la felicidad en Son Moix.
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