La Masia sostiene al Barça
El debutante Jutglà, el lúcido Gavi y Nico, autor de un gol decisivo, contrarrestan el desplome defensivo azulgrana ante un Elche inferior en un despoblado Camp Nou
Gavi, ya internacional con Luis Enrique, encontró su sitio ante el Elche y el Barça se abrazó por fin a la victoria con un gol de última hora de Nico. El rival obliga a mesurar la actuación de un equipo que todavía busca su lugar en la Liga, expectante el barcelonismo con las declaraciones y los movimientos de Xavi, decididamente entregado a La Masia. El inconformista entrenador no desfallece en su intento de dar con una alineación estable y de momento gana tiempo con un terapéutico triunfo después de tres partidos negados e igualmente sufridos contra Osasuna, Bayern y Betis.
Xavi tiene la ambición de Gavi, Nico, Abde, Jutglà, Ansu o Pedri. No es un entrenador de paso sino que también aspira a ser y a trascender en el Camp Nou. Al técnico le mueve la pasión culé y el ideario del Barça de la misma manera que la mayoría de las promesas del estadio han participado del solfeo de La Masia. La última novedad es Ferran Jutglà, un delantero centro de 22 años, jugador competitivo e irreductible, excelente al atacar los espacios e incorporado por el filial después de pasar por el Espanyol B.
La procedencia de los jóvenes ayuda a comprender también la desorientación barcelonista si se tiene en cuenta que Abde fue fichado recientemente del Hércules. Así se explicaría la sorpresa de Xavi: “Hay jugadores a los que les cuesta entender el juego de posición y están en el Barça”. Al excapitán azulgrana le cuesta hacerse entender entre sus jugadores, no para de dar vueltas a las formaciones, asombrado por el confusionismo futbolístico de una plantilla confeccionada de manera forzada e improvisada, sin el sello propio del Barcelona.
No hay sitio para Luuk de Jong en ausencia de Memphis, Ansu y Braithwaite, sino que juega Jutglà, autor el martes de un golazo contra el Boca en el homenaje a Maradona. Muy hábil en el desmarque y pendiente de las rupturas, el ariete repitió cuando cabeceó un córner botado por Dembélé y bloqueado por Busquets.
No se recordaba un gol de saque de esquina en el Barça desde la pasada temporada y hacía mucho tiempo que no se había visto una jugada tan preciosa y precisa como la de Gavi en el 2-0. El volante recibió en la divisoria de De Jong, se arrancó de espaldas con un taconazo y un giro orientado para eliminar a Mascarell, y no paró con un excelente cambio de ritmo hasta llegar a la frontal del área, sentar a Rocco y cruzar el tiro al poste derecho de Badía. La agresividad de Gavi desde la mediapunta, más próximo al puesto de 10 que de extremo, listo entre líneas, avalaba el plan de Xavi.
Los azulgrana se desplegaban en un 3-4-3, con Alba como interior, más dinámicos, rematadores y efectivos que nunca, estimulados por los desbordes de Abde. Menos afinado era el repliegue en 4-3-3 porque nadie reducía a Lucas Boyé. No marcó el Elche porque Roco perdonó dos chuts ante Ter Stegen. Los errores se sucedieron después del descanso porque los azulgrana se destensaron, incapaces de descansar con el balón, temerosos de encajar goles, inseguros incluso con un 2-0.
La clase media, señalada otra vez
Ni dos goles serenaron al Barcelona. El ritmo del encuentro decayó de forma notoria y el equipo no entraba en juego hasta que no comparecían Jutglà y Gavi. Francisco empezó a cambiar jugadores ante el temor del despoblado Camp Nou y su mano se notó porque Tete Morente participó en los dos tantos: marcó el 2-1 y un minuto después centró para que cabecera a la red Pere Milla: 2-2.
Los azulgrana se vencen a cada partido, desmoralizados y vaciados futbolísticamente, sin intensidad ni sostén defensivo, falto de laterales y centrales, privados por sanción de Piqué. El Elche encontró espacio por los costados, mal defendidos por Dembélé, Araujo y Alba, y en un abrir y cerrar de ojos empató el partido ante el inexpresivo Ter Stegen. No para una el portero del Barça. Los veteranos y la clase media sepultan el buen hacer de las promesas y Xavi ya no dudó en prescindir del inocuo Frenkie de Jong. Nico y Riqui comparecieron para reforzar a Gavi y Abde. Ya jugaba el Barça sin 9 y también sin hilo de juego, descompuesto colectivamente, pendiente solo de una última aparición de Gavi.
El volante recibió de Dembélé al límite del fuera de juego, aguantó la pelota hasta que vio la llegada de Nico y el gallego, recién incorporado, se sumó a la fiesta juvenil azulgrana con un tiro duro y cerrado al que no pudo responder Badía. No falló Nico, después de que Palacios le sacara un gol con 2-2, y acabó con la dinámica fatalista del Barça. Ante la dimisión de los expertos, se impone la fe de los jóvenes y de Xavi. No necesita rival el Barça para complicarse la vida.
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