Otro empate más del Athletic
El Granada remonta el gol inicial de Raúl García pero Maximiano marca en propia puerta en la segunda parte
Lo del Athletic y los empates empieza a ser una costumbre muy molesta para sus aficionados. Marcelino dijo ya la temporada anterior que no le gustaban nada, así que tiene que estar bastante mosqueado porque sus chicos no parecen saber sumar de tres en tres. En Granada, mientras, el punto es un mal menor. Durante muchos minutos, los andaluces, con su entrenador Robert Moreno castigado en la grada, acariciaron un resultado más boyante, pero tampoco dieron para mucho más.
Qué noche más negra se le puso al Athletic en San Mamés después de dos errores groseros cuando tenía el marcador a favor y al Granada entregado. Llegaron todos los males de golpe cuando quien tenía que subir la cuesta era su rival. Después de una salida de balón fallida, Muniain robó y asistió para que Raúl García empujara a la red antes de que se cumplieran diez minutos, una situación ideal para los hombres de Marcelino ante un equipo que no es el bloque sólido de campañas precedentes y se descose con facilidad. Los bilbaínos no supieron gestionar el marcador.
No es que el control que ejercía el Athletic se tradujera en un carrusel de ocasiones, ni mucho menos, pero la grada estaba contenta con lo que veía. Hasta que dejó de estarlo. Primero, un error de Dani García en la salida de balón acabó con un pase de Jorge Molina hacia Machís, que recibió en la izquierda. Lekue reculó y reculó, hasta que el venezolano decidió disparar, ya cerca de la portería, para batir a Unai Simón, que tampoco estuvo demasiado inspirado.
Otra vez a remar, pensaron los rojiblancos, y más todavía cuando en un saque de esquina a favor Muniain, que había empezado subido a una moto, que se le gripó con el paso de los minutos, perdió la pelota y propició el contragolpe del Granada. Esta vez reculó Balenziaga, en vez de encarar a Machís. El centro del jugador visitante lo despejó Yeray, rebotó en Dani García y habilitó a Molina, muy adelantado, que fusiló a Unai.
Machis había cumplido de sobra su misión, pero no pudo seguir incordiando al Athletic porque en su primera carrera de la segunda parte se lesionó y dejó el partido, justo cuando los bilbaínos empezaban a lanzarse al abordaje, a por todas, y el Granada especulaba en cada acción y se metía con descaro en su área. Una volea desde lejos de Raúl García que se estrelló en el larguero, batido ya Maximiano, y un disparo con mucha intención de Zarraga, que desvió el guardameta, fueron el preludio del empate, una carambola afortunada para el Athletic. En una pelota que rozó Williams y se iba mansa hacia la portería, resbaló Torrente en el intento de despeje, golpeó en el poste por fuera, apareció Muniain para tocarla y que no saliera, y Maximiano acabó por meterla en la portería con su cuerpo.
Se lanzó con todo el Athletic desde es momento, arrinconó al Granada, pero no contó con la inspiración que se necesita de cara a la portería contraria. Sumó otro empate, que algo es algo, pero empieza a descolgarse de las posiciones europeas. Anda el equipo rojiblanco timorato en el área contraria, así que, cuando recibe dos goles, es misión imposible remontar hasta el triunfo.
Pudo ser peor, porque la última ocasión la tuvo el Granada después de un resbalón de Iñigo Martínez que debió derribar a Suárez al borde del área. El central vio la tarjeta roja, aunque Montoro estrelló la falta en la barrera.
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