La ejecutiva que entró en los despachos del fútbol a escondidas
Patricia Rodríguez Barrios cambió en 2014 su carrera de consultora por el fútbol. Se topó con la incredulidad de amigos, familiares y compañeros de trabajo, pero el tiempo le ha dado la razón. Fue la primera directora general de un club de LaLiga, con la SD Eibar, y desde este verano ha emprendido el reto de sanear al Elche CF para que vuelva a la máxima categoría
El día que Patricia Rodríguez Barrios (San Sebastián, 1982) decidió probar suerte en el fútbol lo hizo a escondidas. Para ir a una entrevista de trabajo con la SD Eibar despistó a todo el mundo: en la oficina dijo que iba a ver a un cliente y al cliente que tenía una reunión con otro cliente. A la una del mediodía dejaba su mesa en la consultora PwC en las Cuatro Torres de Madrid y cogía el coche rumbo al País Vasco. Cuatro horas de viaje que le permitieron pensar y recuperar la calma en un escenario casi de película de espías. “Sabía que si todo salía bien mi vida iba a cambiar de un día para otro”, recuerda sobre aquel día del verano de 2014. A las diez de la noche estaba ya de vuelta cenando con unos amigos, los primeros que supieron de la trepidante jornada. “Tenía la cabeza que me iba a estallar. Siendo mujer y viniendo de una multinacional esa noche me veía con pocas posibilidades de ser la nueva directora financiera del Eibar”.
Pero pocos días después, el club le hacía una oferta. La noticia de su fichaje por un equipo de LaLiga Santander encontró una reacción unánime en su entorno. “Todos me dijeron que me había vuelto loca. Nadie lo entendió. Incluso una compañera de trabajo me dijo que estaba arruinando mi carrera”, explica ahora Rodríguez Barrios por teléfono, mentando una excepción. “Un colega del trabajo, uno de mis mejores amigos que me conoce desde la universidad, fue el que vio la oferta del Eibar por InfoJobs. Creyó que lo podía hacer bien”. Acertó. En 2016, se convirtió en la primera gerente de la historia de la élite del balompié español y hoy, tras haber asumido la dirección general del Elche CF, es una de las mujeres más influyentes del país, según la clasificación Las Top 100 Mujeres Líderes en España, impulsada por el portal Mujeres&Cía.
En apariencia, el fútbol no estaba destinado a tener un papel en la vida de esta donostiarra que de pequeña nunca siguió a un equipo de fútbol y tampoco tuvo un ídolo de adolescencia. Es más, a menudo se lamentaba de la preponderancia del deporte rey: “Yo practicaba natación y siempre me quejaba de que no pudiera ver ninguna competición en la tele”, cuenta entre risas. Entonces, ¿por qué probar suerte en ese mundo que llegó a ignorar? “Quería probarlo, tenía ganas de un reto. Yo siempre he sido aventurera y me dije que prefería intentarlo y fracasar antes que no intentarlo”.
Licenciada en Administración de Empresas (ADE) por la Universidad de Deusto y máster en Gestión Internacional por el ISC Paris Business School, Rodríguez Barrios se tuvo que acostumbrar a situaciones que en los nueve años que trabajó en consultoría no se habría ni imaginado. “Creo que lo que más me costó al principio fue aprender a tomar una decisión antes de calibrar su impacto en el aficionado. Hay que tener en cuenta a todas las personas que siguen incondicionalmente a un equipo. Al final, gestionamos pasiones”, cuenta.
Una pionera en los equipos directivos
Patricia Rodríguez formó en la SD Eibar tándem inédito en el fútbol español con Amaia Gorostiza, presidenta de la entidad eibarresa. Ellas dos son de los pocos ejemplos de mujeres que ocupan cargos de responsabilidad en la élite del fútbol español, entre los que se cuentan María Victoria Sánchez y María Victoria Hernández, miembros del consejo ejecutivo del Real Betis y del CD Numancia, respectivamente, María Victoria Pavón, presidenta del CD Leganés o Marta Plana, directiva del FC Barcelona y responsable del Barça Innovation Hub. Precisamente, el club catalán ha presentado recientemente un documental sobre Anna Maria Martínez Sagi, que en 1934 ingresó en la junta de la entidad y se convirtió en la primera directiva de la historia.
Según datos publicados en 2018 por Palco 23, el portal especializado en información económica en el deporte, las mujeres representan el 30% del personal no deportivo que emplean los clubes de LaLiga. Una cifra que se reduce aún más en al ámbito directivo, donde los ejemplos son escasos. "Me lo tomo con cierta responsabilidad. Me encantaría ser un referente para que detrás vengan muchas más", comenta Rodríguez.
Su reconversión laboral coincidió con una transformación de las estructuras deportivas de muchos clubes, que en los últimos años han ido incorporando perfiles cada vez más profesionales para reforzar su parcela financiera. De su mano, el conjunto vasco, por ejemplo, atrajo a patrocinadores japoneses gracias al jugador nipón Takashi Inui. “En una liga de gigantes se trataba de encontrar un hueco. Vale, somos pocos y tenemos un campo pequeño, pero aquí vas a escuchar a Messi respirar. Creo que conseguimos que se hablara del equipo en todo el mundo”, explica. Convertida desde 2016 en la máxima responsable ejecutiva, la misión, ante todo, era mantener la solvencia de una institución que pasó de aprobar un presupuesto de casi cuatro millones de euros en 2013 a tener uno de 52,9 millones este año.
Rodríguez se mudó este verano de la aldea gala del fútbol español, de cerca de 27.000 habitantes, para instalarse en Elche, con más de 200.000 vecinos. De LaLiga Santander a la LaLiga SmartBank. “Tenía otras dos ofertas en el mismo sector que me ofrecían más tranquilidad. Esta vez hubo menos dudas en mi entorno: 'Vas a coger lo del Elche, ¿no?', me decían. Se ve que ya me conocen", comenta en tono de broma. El cambio de escenario fue un aliciente para la ejecutiva: “He pasado de un club pequeño y saneado de la máxima categoría a otro más grande una situación económica más complicada pero con un potencial de crecimiento importante. Es muy enriquecedor conocer las dos caras de la moneda”, argumenta.
El reto ahora es reflotar económica y deportivamente a una entidad que sufrió un descenso administrativo en 2015. La prioridad que se ha impuesto es liquidar en la temporada 2021/2022 una deuda con Hacienda que a principios de este curso rondaba los cuatro millones de euros. El otro gran objetivo de Rodríguez es tratar de crear una mayor cercanía entre la parte más puramente económica y la parte deportiva del club: “Este mercado de invierno, por ejemplo, he estado al pie del cañón con las altas y las bajas. Al principio me daba un poco de respeto, pero son cosas que no se pueden separar. No hay ninguna empresa que separe la producción de su línea de negocio”. Aunque este año el objetivo es la permanencia, la actual situación en la tabla del conjunto ilicitano podría avanzar el objetivo que se ha marcado a cuatro años vista: volver a LaLiga Santander.
Desde que con nueve o diez años Rodríguez Barrios veía a sus padres en el negocio familiar supo que su vocación era dirigir una empresa. Un sueño que podía “sonar algo gris” para una niña, confiesa, pero que se ha acabado convirtiendo en una vocación más colorida de lo esperado cada vez que desde el palco ve cómo la grada enloquece con cada gol en el Martínez Valero. “Lo vivo con mucha emoción. Voy a los desplazamientos e incluso veo partidos de otros equipos. Es apasionante”.