El mensaje que conquistó al Chimy
Parte de las negociaciones del fichaje del máximo goleador del CA Osasuna tuvieron lugar en un chat. Allí no se habló de dinero ni de cláusulas. El director técnico rojillo, Braulio Vázquez, acudió al romanticismo de los aficionados del club para convencer al delantero de que triunfaría en Pamplona
La complicidad entre Ezequiel ‘Chimy’ Ávila y el CA Osasuna empezó en el mismo lugar en que lo hacen ahora las historias de amor: en el chat del teléfono móvil.
- “Te imaginas todo el campo gritando: ¡Chimy, Chimy, Chimy!”
El pasado verano Braulio Vázquez, el director técnico rojillo, envió varios mensajes de este tenor al delantero. Todos iban acompañados de un vídeo del estadio El Sadar donde se veía a la grada llevando en volandas al equipo o estallando de alegría tras una victoria. Mientras varios clubes hacían cola para fichar al ariete argentino, Vázquez decidió cortejar a su pretendido sin hablarle de dinero ni de cláusulas. Reservó esos asuntos para su representante y a él prefirió mostrarle el espíritu de la afición local. Había que hacerle entender que en Pamplona sería feliz. “Sabíamos que era una persona muy emocional y decidimos convencerlo así para mostrarle que llevaba el ADN osasunista”, revela el representante del conjunto pamplonés.
- “Te imaginas todo el campo gritando: ¡Chimy, Chimy, Chimy!”
- “Sí, me lo imagino”, terminó por contestar el jugador
Uno de los vídeos que Braulio Vázquez envió al Chimy Ávila. / CA OSASUNA
La visión suena a profecía cumplida, con el argentino convertido en el máximo goleador del equipo y en el cuarto mejor artillero del campeonato, con nueve dianas en 19 partidos que solo superan Messi, Luis Suárez y Benzema. El propio Chimy cree que acertó de pleno al poner rumbo a Navarra, después de una exitosa cesión en la SD Huesca durante el curso anterior: “Mi familia y yo no nos vemos en otro lugar”, cuenta por teléfono, rememorando el episodio de los whatsapps cruzados. “Nos sentamos con mi mujer y mi representante para tomar la decisión. Elegí una opción que nos satisfacía a todos. A mí me convenció la gente y también la plantilla, que había hecho una campaña extraordinaria el año pasado”.
El sistema de persuasión del director técnico, que implicó indirectamente a la hinchada navarra, resultó eficaz. “Con el Chimy teníamos la certeza casi al 100% de que funcionaría. Pero no es el único. Lo hicimos también con Roncaglia [central del CA Osasuna] para explicarle el proyecto de un club pequeño pero con muchas cualidades”, explica Vázquez, que además de haber sido futbolista profesional ha ocupado puestos directivos en otros equipos de LaLiga Santander. “Cuando fiché a Jonas Gonçalves para el Valencia CF le puse un vídeo de la ciudad. Al final, los futbolistas son como otros profesionales y buscan sentirse a gusto”, añade.
Pese a la eficacia del método, había algunos que todavía sufrieron la incertidumbre. “Arrasate [técnico del CA Osasuna] me insistía: ‘¿Tú lo ves convencido o no?’. Y yo lo decía que sí, que si no nos estaba engañado se venía para aquí”, bromea. Seis meses después de incorporar al argentino, los números disipan toda duda sobre la provechosa operación: de los 2,7 millones de euros que costó, el Chimy ha pasado a tener un valor de mercado de 15 millones, según Transfermarkt.
La comunión entre el 9 rojillo y la afición es total. El ariete al que el periodista Santiago Segurola ha definido en EL PAÍS como “un jugadorazo en toda regla” por ser un rematador “obsesivo, instantáneo y eficaz” con un compromiso defensivo “hirviente” agradece el aliento que recibe: “Incluso en el entretiempo, desde el vestuario, se oye como animan. Eso te da una seguridad muy linda. Me identifico mucho con la afición de aquí y me recuerda a cómo se vive el fútbol en Argentina”.
A Ángel López, un histórico osasunista que lleva veinte años coordinando la Asociación de Veteranos y que también fue canterano y entrenador de Osasuna Promesas, no le extraña lo bien que ha cuajado el fichaje. “Aquí sudar la camiseta tiene recompensa. La afición es fiel y entregada. Todo el mundo es bien acogido, pero especialmente los que tienen ese carácter competitivo”, argumenta.
Alguien en Pamplona se lo está currando mucho. Poster del Chimy Ávila en la calle Roncesvalles. pic.twitter.com/1MbiKQskP7
— Javier Abrego (@fjabrego) August 24, 2019
El protagonista ha reiterado en varias ocasiones que su bravura en el césped se forjó en las adversidades que atravesó en la vida. Desde el momento en que tuvo que abandonar el fútbol profesional entre los 18 y los 20 años para dedicarse a la albañilería, entre otras ocupaciones, hasta la enfermedad que tuvo a su hija Eluney al borde de la muerte. Él resume esa forma de hacer suya, que aprendió en el humilde barrio rosarino de Empalme Graneros, mientras se cuela la voz de la pequeña por el auricular. “Lo he dicho otras veces. La afición me estimula, pero más me motiva pensar en el plato de comida de mi hija. Lo dejo todo en el campo porque son los valores que quiero transmitir”, explica el argentino, que dice sentirse muy cómodo en su nueva ciudad. “La gente es muy amable y me tratan muy bien”, cuenta.
El romance entre el Chimy y el Osasuna satisface, por el momento, a todos los implicados en un recién ascendido que disfruta de la comodidad de la mitad de la tabla en el ecuador del torneo. El director técnico rojillo asegura que todos los jugadores que pasan por el conjunto guardan un recuerdo especial y el coordinador de los veteranos recuerda que otros futbolistas de fuera de Navarra, como el polaco Jan Urban o el madrileño Javier Castañeda, se han quedado a vivir en Pamplona por el grado de identificación con el ambiente. El jugador, por su parte, dice estar centrado en trabajar cada día para ayudar al equipo a lograr el objetivo de la salvación y deja su futuro en manos de los designios divinos. “Iré allá donde Dios me lleve”.