La revolución congelada del Barça
El club azulgrana, que tiene presupuestada la venta de jugadores por 124 millones, no fichará a nadie en el mercado invernal y solo cederá a Aleñá y quizá a Todibo
La anunciada revolución pasó a ser una transición acelerada que ahora ha quedado congelada: el Barça no tiene previsto mover ficha en el mercado de invierno. Tras caer de forma sonrojante frente al Liverpool en las semifinales de la Champions pasada, tanto la directiva como el área deportiva parecían decididas a despedir a Ernesto Valverde, técnico que sin embargo conquistó holgadamente LaLiga. “Si no se juega bien ni se gana ante el Valencia en la final de la Copa, será complicado que siga”, siseaban desde el club. No se logró ni lo uno ni lo otro, pero Valverde se mantuvo en su sitio al tiempo que desde la junta se anunciaba una remodelación del vestuario para recuperar las esencias del fútbol culer. Aviso que se quedó a medias porque solo llegaron De Jong y Griezmann. También parecía que en estas navidades el trasiego sería notorio, pues la entidad tiene presupuestada para el ejercicio de cuentas anual la venta de jugadores por 124 millones y sobran centrocampistas (siete). Pero el mercado ha quedado congelado hasta verano.
Valverde fue diáfano después de vencer al Alavés. “Cuento con Arturo Vidal y Aleñá en enero”, soltó de sopetón. El técnico no quiere perder ninguna ficha siempre que sea posible, convencido de que cada jugador le da un sello personal al fútbol colectivo. Pero la realidad es otra porque Aleñá quiere tener minutos y está decidido a irse, también porque desde el área deportiva quieren cederle para probarle en Primera y, de paso, aligerar la superpoblación del centro del campo. Diferente es el caso de Vidal y Rakitic, jugadores que expresaron su tristeza por no salir habitualmente de la partida en las alineaciones. Valverde cuenta con ambos jugadores, pero que podrían hacer mutis por el foro si llega una oferta suculenta.
Posible ascenso de Araujo
“Ya hice mi trabajo y mi representante es el que tiene que lidiar con eso. Estoy muy feliz en Barcelona, así que cuando vuelva a entrenar ya veremos”, expuso Vidal a su llegada a Chile. Desde la ciudad deportiva, sin embargo, creen que ya se habría producido y entienden que es muy complicado que se marchen antes de que finalice la temporada. No pasa lo mismo con Todibo, pues el Barça pretende cederlo para ver cómo responde ante la exigencia de pelear por un puesto de titular, toda vez que en el primer equipo no lo hará, ahora que Umtiti arroja buenos resultados con la regeneración de su rodilla. Así, con interés acentuado de la Premier, la Bundesliga y de Francia, también con la ambición de Todibo de tener más oportunidades, se baraja la opción de cederlo antes que de venderlo. Pero ni con su adiós se ficharía a un central, convencidos como están en el club de que a Ronald Araujo se le queda pequeño el filial.
Resulta que el Barça ha decidido que en este invierno se queda con lo puesto, también con el entrenador mientras los resultados no sean negativos porque, entienden, el vestuario está con él. Así que no llegará refuerzo alguno, quizá porque no se ha dado con la tecla en este apartado desde que llegara Valverde, pues con Luis Enrique no se acudió a ningún mercado invernal. Hace dos cursos, sin embargo, el Barça cerró el ansiado (y después fracasado) fichaje de Coutinho al tiempo que incorporó a Yerry Mina para el centro de la defensa. Operación excelente en lo económico —pagó 12 millones y vendió por 30— e intrascendente en lo deportivo porque disputó 197 minutos hasta los dos últimos duelos ligueros, que si completó porque el equipo ya era campeón.
No gustó la probatura a Valverde, que para el curso anterior exigió experiencia en LaLiga, un jugador contrastado que diera rendimiento inmediato y que no se apocara ante la posible presión de llevar la camiseta azulgrana. Por lo que la secretaría técnica logró las cesiones de Kevin-Prince Boateng y Murillo, futbolistas de paja en el Camp Nou porque mientras el primero disputó 303 minutos ante la crítica del aficionado, el segundo se quedó en 292, parche a todas luces. También se hizo el Barça con Todibo, del Toulouse, por el que pagó un millón para formarle. Proyecto de futuro; ocasión de mercado. Por lo que en este invierno, después de los recientes fiascos, Valverde no quiere a nadie mientras tenga, la que considera, su plantilla más completa.
Sabe la entidad que pronto habrá que poner competencia a Luis Suárez, que hay un agujero por resolver en el lateral derecho y que no aciertan con la competencia para Jordi Alba. Pero el club antepondrá las ventas porque así lo exige el libro de cuentas, el presupuesto aprobado. Pero se posterga hasta el verano, cuando se pongan las notas a final de curso. Aunque sí que se firmará ahora a un delantero centro para el filial, que no actuará en el primer equipo a no ser que sea por necesidad. Más que nada porque el Barça ha decidido postergar la revolución.
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