Frente a la adversidad, más Penya
La apuesta por la cantera y el juego alegre han vuelto a disparar al mítico Joventut
El Joventut ha vuelto a resurgir de las cenizas. Lo hizo hace ya en 2018 con un final vertiginoso cuando tenía la soga al cuello. Sumó entonces ocho victorias en los últimos diez partidos y se salvó del descenso. Un alivio en un momento en que el club badalonés, además, estuvo a punto de desaparecer debido a su crisis económica. Ahora, salvando las distancias y con un panorama económico mucho más saneado, ha reproducido la gesta de hace año y medio.
Siete victorias consecutivas antes de la ajustada derrota de esta jornada ante el Baskonia (87-86) han desvanecido el pesimismo que había vuelto a empapar de manera inevitable a la afición de la Penya el día en que sumó su cuarta derrota sin haber cantado una victoria. Fue el 12 de octubre, en Málaga, ante el Unicaja. “Hubo quien criticó al club por haberme renovado”, recuerda Carles Duran, el entrenador por el que el club redobló su apuesta en septiembre y le extendió su contrato hasta 2022, después de haber conseguido sacar al equipo del pozo en 2018 y de haberlo situado en otra onda la pasada campaña.
Las cuatro derrotas iniciales de la temporada se conjugaban con acotaciones preocupantes. La plantilla verdinegra había perdido a sus máximos referentes de la pasada campaña en la que concluyó en la séptima plaza de la Liga y se clasificó para la Eurocup. Laprovittola fichó por el Real Madrid y Todorovic, por el Tainjin Lions chino. El sueco Birgander se lesionó y el equipo llevaba nueve meses sin poder contar con el estadounidense Shawn Dawson que, para colmo, el día que reapareció, el 29 de octubre en la Eurocup, se rompió el tendón de Aquiles y se despidió de la temporada.
“Habiendo vivido ya épocas de dificultad deportiva y económica, creo que el pesimismo de algunos fue exagerado porque solo eran cuatro partidos, uno contra el Real Madrid y el último en la pista del Unicaja”, considera Jordi Martí, director deportivo del Joventut. “Cuando Carles Duran cogió el equipo hace un año y medio también empezamos perdiendo cinco partidos. Y ahora veníamos de un cambio estructural obligado, sin Laprovittola y Todorovic, sin Dawson y Birgander, haciendo pasar el peso anotador del base al escolta (el esloveno Prepelic, cedido por el Real Madrid). Son cambios que cuestan asimilar”. El club, para paliar la baja de Dawson, fichó en noviembre al alero estadounidense Perrin Buford, procedente del Fujian chino y que antes había jugado en el Saratov ruso.
Martí relativiza la mala situación deportiva por la que pasó el equipo. “Con más estabilidad en lo económico, la gestión deportiva la afrontamos con más tranquilidad. Nuestro objetivo no es a corto plazo”, mantiene Martí. “Somos ambiciosos a medio plazo y para eso creemos en los jóvenes de la cantera como Neno (Dimitrijevic, base macedonio de 21 años), Arturs (Zigars, base letón de 19 años), Xavi (López Aróstegui, alero de 22 años) y Joel Parra (alero de 19 años), además de Albert Ventura (el escolta y capitán, de 27 años). Seguimos creyendo en forjar un perfil de éxito, haciendo crecer a estos jóvenes, pero no es un proyecto para esta temporada”.
El problema es que el club no puede retener a jugadores que puedan destacar como lo hicieron Laprovittola y Todorovic. “Queremos salir de ese marco y potenciar a los jugadores de la casa para tener sostenibilidad”, apunta el director deportivo de la Penya. “Por eso creemos muy interesante el perfil de Zisis, con experiencia, un pilar en el vestuario, un jugador que no tendrá ningún problema cuando puedan cundir los nervios en el vestuario y no tiene ningún problema en ayudar a saber estar a los más jóvenes”. El base griego de 36 años es otro de los hallazgos de la estructura deportiva del club. Lo ha ganado todo, desde el oro en el Eurobasket con la selección griega en 2008. Hace unos meses se encontraba en la Liga de Verano de la NBA, en las Vegas. Asistía como aprendiz técnico desde el banquillo de San Antonio Spurs, dirigido allí por Becky Hammon, ayudante de Gregg Popovich. Duran y Martí observaban allí a jugadores y coincidieron en una cena con Zisis en la que se fraguó su fichaje.
Prepelic, el escolta esloveno cedido por el Real Madrid, ha respondido a las cualidades ofensivas que le distinguen y se ha erigido en el mejor anotador de la Liga con una media de 21,7 puntos. “Posee el talento de un jugador del máximo nivel. El reto que le pedí es que, además de anotar, hiciera ganar al equipo, y lo está asumiendo”.
Duran, que se formó desde muy joven como entrenador en la Penya y que, entre otros, es un fiel discípulo de Aíto García Reneses, del que fue ayudante desde 2003 a 2005, mantiene una idea muy clara: “La esencia es jugar bien. Si se hacen bien las cosas, al final acabas ganando. Al final, todo el mundo habla de la Penya y recuerda jugadores, pero sobre todo recuerda su manera de jugar: alegre, agresiva, divertida, generando mucho desde el contraataque. Lo que he intentado transmitir desde mi llegada es que debemos ser más Penya que nunca”.
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