El pichichi histórico de la división de plata seguirá hasta los 40 para batir su último récord
Nino, ídolo en Elche, repasa los cambios del fútbol en sus dos décadas en activo y sus retos por cumplir
Juan Francisco Martínez Modesto, Nino, el jugador con más partidos a la espalda en LaLiga 1|2|3 (530) y que más goles ha marcado (187) cumple este lunes 39 años. Lleva 21 en activo. Cuando empezó todavía se pagaba en pesetas y sonaba, canción de ese verano, el Corazón partío de Alejandro Sanz. Y todavía le queda tajo, al menos una temporada más porque, tras haber roto todos los récords, le queda el penúltimo que superar: “¿Estoy a nueve goles de Pierita? [1918-1978, alcanzó los 134 goles con los franjiverdes]. Voy a tener que aguantar otro año para retirarme siendo máximo anotador de la historia del Elche”, elucubra sonriendo.
Nino (Vera, Almería, 10 de junio de 1980) ha logrado sobrevivir unas 800 horas entre centrales que le ganaban en estatura (mide 1,69 cm) y fuerza (“me han dado toda clase de palos, pero siempre he sabido escurrirme”). Marcó su primer gol como profesional en el minuto 80 de un Elche CF - Figueres de Segunda B, en noviembre de 1998. Hay jugadores que compiten en LaLiga actual que aún no habían nacido.
“Recuerdo cuando a los 15 recién cumplidos salí de Vera para fichar por el Real Madrid. Fue muy duro, solo y tan lejos de los míos. Pero me pudo más el querer”, rememora. “Yo era fútbol, fútbol y fútbol”. En los entrenamientos de la antigua ciudad deportiva del Madrid, en las categorías inferiores del club blanco, ya le marcó algún gol a Iker Casillas. Dice Nino que muchos de los compañeros que entonces le parecía que tenían mejores condiciones que él se quedaron por el camino. “El salto de juvenil, de jugar entre chiquillos, a la profesionalidad es un abismo. A mí me llamaron del Elche y aquello fue como si se me abriera el paraíso de nuevo: tan cerca de mi pueblo y entre gente que confiaba en mí. Las cosas salieron pronto rodadas”. Era 1998 y tenía 17 años.
Sostiene que eso es para él lo más importante, estar en un lugar donde lo aprecien, valoren lo que hace, y donde él sienta que puede garantizar la tranquilidad de los suyos, a los cuales se aferra para mantener la mentalidad que le permite seguir compitiendo. “Como en cualquier otro trabajo, ¿te mudarías de ciudad si tú y tu familia estáis bien donde estáis?”. En el Elche lleva 13 años, interrumpidos por sendas estancias en CD Tenerife y CA Osasuna, equipos donde ha dejado poso y cuyas aficiones aún le homenajean cuando acude de visitante. Ilicitanos son su mujer, con la que sale desde los 18 años, y sus dos hijos, Alejandro (13 años) y Nuria (9), a los que dedica todo el tiempo que no le exige el fútbol. “Esto es mi casa”.
Dos décadas de fútbol
Como el veterano de la competición, Nino es un testigo privilegiado de cómo ha cambiado el fútbol en estas dos décadas. Las pretemporadas hace 20 años consistían, cuenta, en palizas físicas sofocantes. El que las aguantara estaría a tono al comienzo de la competición, el que no, muy probablemente terminaría lesionado o llegaría renqueante al final del año. Hoy siempre hay un balón de por medio en los ejercicios. Nino se detiene a explicar cómo ahora se tiene un control mucho mayor del futbolista, de las cargas de trabajo que realiza, de su estado de forma; se cuida que recupere. Todo lo que ocurre en un campo, durante un partido o en el entrenamiento, está medido y pesado para maximizar el rendimiento del jugador en los momentos clave. En esos avances tecnológicos y en el mayor conocimiento reside la mayor transformación del fútbol que él haya presenciado. “El resto no cambia: sigo viendo los mismos controles, los mismos centros, las mismas ocasiones erradas y acertadas”.
"Cuando metes tantos goles durante tanto tiempo, es trabajo. Al final es cuestión de mentalidad y de rodearte de tu familia por encima de todo"
La distancia entre la máxima categoría y LaLiga 1|2|3 también está decreciendo. “Hay equipos con presupuestos bestiales, históricos de LaLiga Santander con plantillas de mucha calidad”. Aun así, según Nino, el fútbol de la división de plata española continúa siendo más cerrado y combativo, sigue primando el evitar el fallo o aprovechar el del contrario, la tenacidad y la atención a las segundas jugadas. ¿Y qué hace que un futbolista destaque en una categoría y no en otra? “No todo es explicable. Cuando un jugador tiene las condiciones y la mentalidad y trabaja desde la humildad, tiene que pelear para triunfar. Pero este es un oficio muy difícil, que se define por detalles, y un desequilibrio en el entorno o incluso emocional puede perjudicarte en el terreno de juego”.
Él, cuenta, ha rechazado en distintas ocasiones ofertas de clubes de LaLiga Santander. Sentirse a disgusto en un lugar le menoscabada la confianza y concentración que el gol siempre requiere —y él vive “de gol en gol”—. Yendo más allá, Nino dice que en esos momentos de fragilidad siempre se supo más cerca de romperse. Por suerte, ninguna lesión, ni siquiera la gravísima de rodilla que tuvo que afrontar con 33 años, le ha apartado del fútbol.
El mito en cifras
Nino lleva 187 goles en LaLiga 1|2|3. El siguiente en la lista de máximos anotadores es Abel Fernández, el exdelantero del Racing de Santander fallecido el año pasado, a los 81 de edad, con 155. De los futbolistas en activo solo Rubén Castro, ahora en la UD Las Palmas, y David Rodríguez, del CD Numancia, superan el centenar. También en partidos jugados en la competición le saca más de 100 al segundo clasificado en la tabla, Quique Martín, que se retiró en 2011 en las filas del Salamanca. Parece inimaginable que nadie pueda sobrepasarle, aunque Nino responde con absoluta modestia: “Todo tiene fecha de caducidad. Ojalá tarden mucho en superarme, eso sí”.
Nino resolvió su futuro a finales de mayo con el anuncio de su renovación por una temporada más. Y zanjó la curiosidad de muchísimos ilicitanos que se traducían en llamadas constantes y asaltos de los seguidores en cuanto lo veían por la calle. Casi a la par y resuelta su continuidad, a Nino le quedaba por responder a la invitación del alcalde de Elche, recién reelegido, Carlos González Serna (PSOE), que dejó por escrito en sus redes sociales que si volvía a ganar Nino daría el pregón de las fiestas patronales de agosto. Aceptó. Nino, el hombre cuyos goles la afición celebra imitando el ruido de una ambulancia (ni-no, ni-no, ni-no) —apodo heredado del nombre de su padre Bernardino— es un ídolo en la ciudad que lo adoptó y donde ha echado raíces. En un parque, un tren turístico gira para salir de vuelta al camino que les llevará al castillo y, cuando el conductor lo ve, señala a los pasajeros: “Y ese de ahí es Nino”. Un monumento.