El Valencia alcanza la cuarta plaza
Los de Marcelino dependen de sí mismos en la pelea por la Champions, pues les basta con ganar en Pucela o repetir el marcador que haga el Getafe ante el Villarreal
Al límite físicamente y exigido por el Deportivo Alavés que peleó con orgullo, el Valencia alcanzó su gran objetivo de la temporada con el final de curso en puertas. Obligado a remontar el 0-1 inicial de Ximo Navarro con plomo en las piernas, el grupo de Marcelino consiguió una sufrida victoria, vital para el horizonte del club, que necesita los millones de la Liga de Campeones. El once del murciélago llegará a la última jornada con la cuarta plaza en el bolsillo. Igualado a 58 puntos con el Getafe, el coeficiente de goles particular es favorable a los de Marcelino, que están obligados a ganar en Pucela al Valladolid o a repetir el marcador que haga el Getafe ante el Villarreal en la última jornada de LaLiga. Valladolid y Villarreal, rivales de blanquinegros y azulones la semana que viene, se salvaron en esta jornada.
Sin Coquelin, sancionado, y a la espera de recuperar al lesionado Kondogbia para la final de la Copa, Marcelino, esta vez, decidió no arriesgar trasladando a Diakhaby al centro del campo y colocó a Wass cerca de Parejo. La sorpresa en el once estuvo en la portería con la presencia de Jaume Doménech, el meta de la Copa del Rey, que, según entendió el técnico asturiano, necesita rodaje para disputar la final del Villamarín del 25 de mayo. Neto, uno de los mejores porteros de LaLiga, se quedó en el banquillo.
El Deportivo Alavés, más intenso, hizo daño muy pronto. En una rápida transición el once de Abelardo jugó un cuatro contra dos tras el saque de un córner a favor del Valencia, que no salió activado. El contragolpe en superioridad acabó en un chut de Diego Rolan que Jaume, cerrando portería, envió fuera mientras Marcelino maldecía el mal repliegue defensivo de su equipo. El saque de esquina lo cabeceó a gol Ximo Navarro anticipándose a la defensa de Santi Mina.
Bloqueado por el Alavés y corto de físico, el Valencia tiró de recursos y remontó con fútbol directo y a balón parado. Todo en cinco minutos. Primero, Gabriel Paulista envió un pelotazo en diagonal a la espalda de la defensa vasca que Rubén Duarte, en su intento de despejar, puso a los pies de Carlos Soler, que persiguió el error del lateral. Ante la salida de Pacheco, el canterano resolvió con un golpeo de interior y un caño al portero empatando el duelo. Luego, Parejo botó un córner y Santi Mina, con un muelle en las botas, saltó y cabeceó a puerta para el 2-1.
Exento de la calidad técnica del resto de puntas de la plantilla y por detrás de Rodrigo y Gameiro en la rotación de delanteros, el vigués, con un estilo de juego particular, marcó su gol número 13 e igualó a Rodrigo como el máximo goleador de la plantilla. En la segunda parte Santi Mina se retiró lesionado rompiendo la tradición de conseguir un nuevo doblete.
Marcelino pide ayuda
El Alavés encajonó al Valencia, que tenía plomo en las piernas. La temporada se ha hecho muy larga para el once de Marcelino, que llega con el depósito marcando reserva al final de una temporada exigente. En numerosas fases del partido, especialmente en la segunda mitad, Marcelino levantó los brazos pidiendo el apoyo de la hinchada. “Ayudadnos, por favor”, se le leyó en los labios al técnico asturiano dirigiéndose al público más cercano de la grada de tribuna.
El Valencia necesitaba cazar una contra para golpear a un Alavés superior que dominaba la pelota y el partido. Llegó por la izquierda en una carrera de Gayà. Con Guedes desconectado, apareció la fiabilidad del lateral de Pedreguer, que subió por su costado y centró al segundo palo para que Gameiro, que acababa de entrar en el campo, convirtiera el tercero y tumbara a un Alavés respondón que no se jugaba nada. El Alavés cerró otro partido perdiendo. Los vascos llevan nueve partidos seguidos sin ganar con tres empates y seis derrotas en un negro final de temporada.
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