Todo lo que Europa debe saber de Getafe y del Getafe
El conjunto azulón está cerca de terminar una temporada histórica basada en el trabajo y la humildad, los valores con los que también ha crecido la ciudad en el último siglo
El azul es el color de la ropa de trabajo. Común en albañiles, electricistas o fontaneros. También es habitual verlo en los miles de empleados que acuden cada día a las instalaciones de Airbus en Getafe. Era el color corporativo de CASA, la empresa que desarrolló la industria aeronáutica en esta ciudad del sur de Madrid. Fundada en 1923, su existencia fue en parte responsable de que Getafe no se convirtiese en una ciudad dormitorio con la explosión demográfica de los años 60 y 70. Ese mismo año nacía el Sociedad Getafe Deportivo, club de fútbol que decidió usar el azulón en su equipación, se dice que en homenaje al uniforme de los obreros. El Getafe CF es su heredero. El municipio ha progresado y se ha dotado en las últimas décadas de servicios (hospital y universidad), transportes, ocio y cultura impensables hace años. El club ha evolucionado en paralelo, alcanzando la élite, hasta convertirse en un ejemplo del salto de competitividad que ha dado el fútbol español en los últimos cinco años. Ahora, con el escudo de Getafe incrustado en su propio emblema, los azulones están muy cerca de completar la mejor temporada de su historia, que los llevará a pasear sus colores por Europa. Su éxito es, como el de la ciudad, el éxito del trabajo.
La entrada a Getafe desde Madrid es hoy un barrio universitario, el que rodea la sede de la Universidad Carlos III (UC3M), impulsada por Gregorio Peces-Barba hace ahora 30 años. Lorenzo Silva, novelista residente en Getafe desde su juventud, recuerda qué había allí antes: “Era una mezcla de cosas raras. Había una discoteca, unos talleres, unas casuchas, cuarteles semiabandonados. La universidad reformó todo aquello y lo transformó en facultades, colegios mayores y edificios de viviendas que habitan principalmente estudiantes y profesores. Solo eso ya fue un cambio brutal”. En 1991 se inauguraba el Hospital Universitario de Getafe. “En esos años la ciudad volvió a crecer gracias a la inmigración, esta vez extranjera. Yo vivía en un pueblo, ahora vivo en una ciudad, totalmente independiente de Madrid y con un crecimiento general racionalizado. A unos diez minutos de mi casa tengo unos 15 hipermercados y centros comerciales”, explica el autor de la Trilogía de Getafe, ambientada precisamente en esos años.
Peces-Barba dio forma a una universidad, inspirada en la Institución Libre de Enseñanza, que desde hace años es uno de los centros con mayor prestigio internacional del país. Juan Romo, actual rector de la UC3M, destaca la relación entre la ciudad y la institución que dirige: “Getafe es nuestro campus central, y con el paso de los años la colaboración entre la Carlos III y el Ayuntamiento, las empresas y la vida del municipio se ha vuelto cada vez más estrecha. Tenemos convenios y acuerdos con las principales compañías de nuestro entorno, incluida Airbus. Participamos en la vida cultural de la ciudad a través de eventos como el Festival Getafe Negro [impulsado y comisariado desde hace ya 10 años por el propio Lorenzo Silva], de cuyo jurado formamos parte y que desarrolla parte de su programa en nuestro seno”.
Al norte de la ciudad, junto a esa zona universitaria, crecería un Getafe CF refundado en 1983. El Coliseum Alfonso Pérez se levantó en 1998. Desde entonces la localidad ha ganado 35.000 habitantes (hasta los 178.000), dos barrios, un polígono industrial, siete paradas de metro, cuatro de Cercanías, un centro comercial, el conservatorio, el centro cultural Espacio Mercado, Getafe Negro o el festival multidisciplinar Cultura Inquieta. Una época en la que el Getafe alcanzó por fin LaLiga Santander (2004/05), competición a la que regresó hace dos temporadas, tras solo un año en la división de plata. Ángel Torres adquirió el club en 2002 convencido por Pedro Castro, alcalde de la ciudad entre 1983 y 2011. Desde entonces ha sido dos veces subcampeón de Copa del Rey y ha jugado otras dos la Europa League. “Es una institución muy importante en la vida de la ciudad, también para muchos de nuestros estudiantes, por el orgullo que genera y por haber puesto a Getafe en el mapa con sus grandes actuaciones”, valora el rector Juan Romo, que recuerda que el club recibió la Medalla de Honor de la UC3M hace ya años por el fomento de los valores deportivos. Su mejor actuación en LaLiga Santander fue la sexta posición de la 2009/10. Hasta ahora.
El Getafe está a solo dos partidos de cerrar una temporada para enmarcar. Es la segunda mejor defensa de LaLiga y el séptimo mejor ataque, principalmente gracias a sus tres delanteros, Jaime Mata, Jorge Molina y Ángel Rodríguez. Estos veteranos —todos superan la treintena y hace dos temporadas jugaban en LaLiga 1|2|3— han firmado 36 de los 46 tantos del equipo azulón. Mata y Molina llevan 14 cada uno, y son también los máximos asistentes del Geta. Mata, madrileño de Tres Cantos, destaca el nivel de identificación entre la afición, el equipo y los propios jugadores: “El equipo es el reflejo de cómo somos nosotros y el entrenador. Con mucho sacrificio, compañerismo y trabajo. Creo que esos valores pueden trasladarse perfectamente a la ciudad, y eso nos une mucho a todos”. Coincide con él José Antonio Carrascosa, presidente de la federación de peñas del club: "Estamos disfrutando mucho. El equipo sabe sufrir, competir, defender, atacar. Desde el ascenso con José Bordalás nos hemos sentido muy cerca de ellos".
Mata y Molina charlan con EL PAÍS tras un entrenamiento de más de dos horas. Es el Primero de Mayo, Día del Trabajo, pero los de Bordalás no libran. Molina, alicantino de Alcoy, ascendió con el equipo en 2017: “Mi caso y el de Jaime o el del míster es parecido. Hemos recorrido todos los campos del fútbol español. Nos ha costado mucho y por eso lo saboreamos de otra manera”. Jaime Mata ha debutado esta temporada en la élite del fútbol español, tras una carrera labrada con sudor y goles en clubes de Tercera, Segunda B y LaLiga 1|2|3. El pasado marzo Luis Enrique le convocó para la Selección: “Ha sido una trayectoria muy complicada; aprendes lo que cuestan las cosas. Y en todas las categorías lo vives con la misma pasión. Este año ha sido un premio a nivel personal, pero encima acompañado de una temporada buenísima del equipo, es una suerte inmensa y hay que seguir trabajando”.
El presidente de las peñas destaca el incremento de la afición en Getafe a lo largo de los años. En eso también se ha independizado la ciudad de Madrid: “Aquí todo el mundo era del Real Madrid, o del Atlético, y si acaso luego eran del Getafe. Ahora no es así. Desde el primer ascenso fue aumentando la afición. Incluso se mantuvo cuando volvimos a bajar. Ahora Getafe es del Geta”. La fidelidad incluso aumentó con la vuelta a la élite: esta temporada y la pasada el Getafe ha batido su récord histórico de abonados, más de 12.500. Es un 7% de la ciudad. Aplicado a Madrid, serían 225.000 personas yendo al fútbol.
Mata destaca entre las claves del éxito el compañerismo entre los jugadores, más importante si cabe en la plantilla que más rota de toda LaLiga Santander: “Hay una competencia sana que nos hace mejores. Cuando un delantero está en el banquillo apoya a los otros dos. Nos asociamos muy bien y he aprendido de ellos”. Molina destaca las virtudes de sus dos compañeros de delantera: “Ángel es el más diferente. Más pequeño, más rápido, siempre al límite del fuera de juego y con una definición espectacular. Jaime es más grande, aguanta el balón muy bien y remata de maravilla. Nos complementamos”. Un ejemplo es el partido contra el Sevilla FC en el Coliseum (3-0), con el que los azulones asaltaron la cuarta posición. Mata marcó el primero de penalti. El segundo, también pena máxima, lo hizo Molina; ambos se reparten los lanzamientos sin problema. El tercero lo hizo también el alcoyano, a pase del madrileño. Efectividad y complicidad.
Eso y un sistema ajustado y trabajado hasta la saciedad con un autor evidente: José Bordalás. El técnico que logró que el equipo volviera a ascender es ahora el hombre de moda del fútbol español. Su labor en Getafe puede ver1se cada jornada en su defensa adelantada, en sus líneas tremendamente unidas, en la presión para recuperar en campo contrario, y en la solidez en las áreas. “Falta muy poco pero él no nos impide flojear. No nos relajamos cuando conseguimos la permanencia, que era el objetivo. Cada vez que perdemos lo pasamos mal y gracias a eso peleamos por lo máximo”, asegura Jaime Mata. Quedan dos partidos, los rivales están muy cerca pero el Geta sigue ahí. Por trabajo no será. Europa espera.