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LaLiga Santander jornada 33Así fue
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Rayo y Huesca se condenan a la vez

Los dos últimos de LaLiga desaprovechan numerosas ocasiones y la oportunidad de engancharse a la permanencia

Alejandro Prado
Raul de Tomas y Enric Gallego, durante el encuentro.
Raul de Tomas y Enric Gallego, durante el encuentro.Enrique de la Fuente (GTRES)

En Vallecas se firmaron dos certificados de defunción. El empate final no sirve para nada a Rayo y Huesca, penúltimo y último de LaLiga, que se quedan lejos de la salvación. La victoria de cualquiera de los dos aún era aferrarse a un clavo ardiendo si se tiene en cuenta que quedan cinco jornadas y muchos equipos implicados en el jaleo, pero el mísero punto que se repartieron incrementa el tufo a Segunda de madrileños y aragoneses.

Lo cierto es que Rayo y Huesca lo dieron todo para seguir con su halo de vida. Las ocasiones se multiplicaron en las dos áreas, sobre todo en una segunda parte que se convirtió en una ruleta rusa. Hubo de todo, goles anulados, posible penaltis, fallos clamorosos, grandes paradas... De todo menos ese tanto que hubiese alimentado la esperanza de uno de los dos.

El Rayo jugó todo el partido con auténtica desesperación. Algo positivo porque buscaba continuamente la portería rival; pero también negativo porque incurría a menudo en precipitaciones innecesarias. Atacaban y atacaban los de Paco Jémez, con la verticalidad por banda de Bebé y Embarba por bandera, y con Raúl de Tomás, el de siempre, acabando casi todas las jugadas. El plan del Huesca era el de esperar su momento, que el Rayo se agotase para luego morder a traición.

Prácticamente todo el bagaje ofensivo de la primera parte era franjirrojo. Bebé no precisó en un disparo con la izquierda que se fue por mucho y De Tomás puso a prueba los guantes de Santamaría con un chut lejano. La más clara llegó en el minuto 38, cuando Pozo se encontró con un balón franco en el punto de penalti y de tanto que quiso ajustar su tiro, el balón se estrelló en el palo. El Rayo esperaba salir triunfante del frenesí, que pasasen muchas cosas y pescar un gol en la marejada, pero faltaba puntería.

La segunda parte arrancó de la misma manera y el Rayo por fin logró la felicidad del gol, aunque esta solo duró un minuto, la que tardó el VAR en detectar un fuera de juego previo que invalidaba el remate certero de RDT. El bajón fue tal que el equipo vallecano perdió casi todo su fuelle, y eso que aún restaban casi 40 minutos de partido. Aún lo intentó otra vez De Tomás, cuyo toque se marchó por un dedo mientras forcejeaba con mantovani.

Con el Rayo herido, era el momento del Huesca. Los de Francisco necesitaban estirarse para seguir buscando el milagro de la permanencia, el empate apenas servía. Enric Gallego amenazó con un disparo que se marchó fuera, el primer aviso de un equipo que no se resignaba sin más. La entrada del Cucho aportó más vitalidad al equipo aragonés, que se empezó a exigir a Alberto. El meta rayista frenó a Ávila con una buena parada en el minuto 76.

En el último cuarto de hora el partido se desmadró. Conscientes de que el inmovilismo del marcador les condenaba, ambos equipos se lanzaron al ataque. Pero el fútbol a veces es tan rarito que el gol no llegó. Ni en un gran disparo de Tito que repelió Santamaría, ni con la gran dejada de cabeza de Gallego a la que Ávila no llegó cuando solo tenía que empujar. En medio, el Rayo reclamó un penalti de Etxeita a RDT, pero el VAR no se hizo notar. Aún pudo cambiar todo en el último segundo si Etxeita llega a embocar a puerta vacía, la oposición de Gálvez hizo que el balón se fuese a la grada. Así murió el partido y las eperanzas de dos recién ascendidos que salvo milagro se encontrarán el curso que viene en Segunda.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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