Lee Elder, la historia del primer golfista negro que jugó el Masters
El estadounidense revive para EL PAÍS cómo rompió la barrera racial en Augusta en 1975 y cómo abrió un camino para deportistas como Tiger Woods
Para que Tiger Woods triunfara tuvo que existir Lee Elder. El ganador de 14 grandes acaparó este jueves la atención en su salida en el Masters y entonces nadie reparó en lo que hace no tanto era un hecho histórico: un jugador negro en Augusta. No fue hasta 1975, 41 años después del nacimiento del torneo, cuando un golfista de inicios muy modestos llamado Lee Elder rompió esa barrera. En una época de fuerte conflicto racial en Estados Unidos, de segregación y Black Power, Elder superó todo tipo de obstáculos para plantarse ese 10 de abril de 1975 en el mismo tee del uno del que partió Tiger en busca de la gloria.
El primer jugador negro en Augusta fue también el primero en disputar la Ryder, en 1979. Y es el primero que ha sido galardonado con el premio Bob Jones, la mayor condecoración que concede la federación estadounidense, USGA, y que recibirá el próximo junio en Pebble Beach, durante el US Open. Lee tiene hoy 84 años y sigue el Masters mientras los recuerdos de su debut, cuando tenía ya 40 años, le vuelven a la mente. “Fue una experiencia increíble”, revive por teléfono para EL PAÍS. “Ahora con el tiempo lo veo más aún como un honor, porque vemos lo difícil que es. ¿Cuántos jugadores negros hay ahora en el Masters? Tiger, Vijay Singh… Son muy pocos. Recuerdo lo difícil que era entonces. Primero por los sistemas de clasificación. Me dejaron jugar el Masters porque gané el Monsanto Open de 1974 y eso me daba permiso, pero era duro clasificarse. Pero además el hecho de ser negro lo hacía todavía más complicado por las presiones y las quejas que había. A mucha gente no le parecía bien que un negro jugara en un sitio como Augusta y recibí amenazas por ello. Todo era muy difícil, todo costaba más”.
La historia de Lee Elder es la de una superación constante. El más joven de 10 hermanos nacidos en Dallas se quedó huérfano a los nueve años cuando su padre murió en la Segunda Guerra Mundial y su madre tres meses después. Comenzaba la lucha por sobrevivir. Lee dejó el colegio y empezó a trabajar en un campo de golf en las tareas más sencillas. Cuando después se mudó a Los Ángeles para vivir con una tía siguió ligado a este deporte y comenzó a hacer de caddie. Así consiguió su primer palo, la primera posibilidad de dar unos golpes cuando el campo ya estaba vacío. Poco a poco, entre la necesidad por buscarse un futuro y la pasión por el juego que descubría, salió adelante. En 1967 entró en el circuito estadounidense, en el que ganaría cuatro títulos, entre ellos ese Monsanto Open de 1974 que le abrió las puertas del templo de Augusta.
“Era espectacular jugar el Masters. Nunca lo hubiera imaginado, con todo lo que pasé… Luego recuerdo que fue una semana especial aunque me costaba centrarme en el juego. Había muchas cosas alrededor. No era sencillo para los negros dedicarnos al golf, éramos muy pocos en el circuito”, cuenta Elder. Con ocho golpes sobre el par, no pasó el corte. Era lo de menos. Había abierto una puerta que en Augusta es de plomo. El primer jugador negro en 1975, el primer socio negro en 1990, el primer negro que gana el Masters, Tiger, en 1997, la primera mujer socia en 2012, un Masters femenino amateur este año...
Toda esa secuencia se ha escrito con los puños en alto. Elder recuerda cuando en algunos clubes debía cambiarse en el aparcamiento porque no le dejaban entrar en el vestuario, o cuando su bola desaparecía misteriosamente de la calle al dar el primer golpe, supuestamente robada por algún aficionado al que irritaba verle jugar… En Augusta recibió amenazas de muerte y ante el miedo tuvo que alquilar dos casas.
Hoy Tiger es una estrella mundial, pero él también sabe los prejuicios contra los que ha debido luchar. Aún resuena aquella frase atribuida a Clifford Roberts, uno de los fundadores del Masters: “Mientras yo viva, los jugadores serán blancos y los caddies serán negros”.
“La lucha ha sido larga. En 1996 estuve en Augusta cuando Tiger era amateur, y volví en el 97 cuando ganó. Fue un orgullo porque sabía dentro de mí que parte de eso había comenzado con otros jugadores negros que habíamos abierto un camino. Me alegré de servir algo como ejemplo para Tiger y otros chicos. Quiero pensar que he contribuido de alguna manera, y que ahora me premien es un honor”, detalla Lee.
Elder, Augusta, Tiger… Todo parece unido. Lee nació en 1934, el mismo año que el Masters. Y derribó un muro en 1975, el mismo año en que nació quien, como él, cambiaría la historia, Tiger.
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