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LIGA SANTANDER | FC BARCELONA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un templario llamado Arturo Vidal

El chileno fichó por el Barça para saber también qué se sentía cuando se ganaba en el Bernabéu

Ramon Besa
Vidal, tras el triunfo del Barça en el Bernabéu.
Vidal, tras el triunfo del Barça en el Bernabéu.OSCAR DEL POZO (AFP)

Arturo Vidal no fue titular ni en la Copa ni en LaLiga en los dos últimos partidos disputados por el Barça en el Bernabéu. Únicamente jugó unos 20 minutos el sábado en sustitución de Arthur y un cuarto de hora largo el miércoles después de salir por Luis Suárez. Acostumbrado a ser protagonista en equipos como la Juve y el Bayern, enfadado como se le había visto cada vez que el entrenador le sentaba en el banquillo, había un cierto temor sobre cuál sería su reacción al advertir que no figuraba en la alineación de Valverde. La sorpresa fue que el chileno apareció radiante de felicidad en la fotografía de la victoria del Barça. Todos los futbolistas, incluso los que no participaron en el encuentro, se felicitaban después del último 0-1. Y es que Arturo Vidal fichó por el Barça entre otras razones para poder presumir de que también ha ganado en el Bernabéu.

Futbolistas como Messi, Piqué e incluso Sergi Roberto han celebrado muchas victorias en el Bernabéu. Ya son 11 en los últimos 18 partidos y 96 triunfos en el total de clásicos por 95 del Madrid. No pasa lo mismo precisamente con Malcom, Aleñá, Coutinho o Vidal. El éxito tiene un sabor especial y por tanto se imponía celebrarlo por más rutinario que pudiera parecer en un estadio mítico y presumido como es Chamartín. Al lado de Florentino figuran las personalidades empresariales y políticas más relevantes de España. Tiene tanto poder el presidente del Madrid que a veces se sospecha que es capaz de influir en un resultado, sobre todo en la Copa de Europa. Muy a menudo da la sensación de que quien gana los títulos no son los jugadores ni los técnicos sino Florentino.

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No hay color en el palco en favor del Madrid. Los directivos barcelonistas, gestores por definición, prefieren la discreción, especialmente en el caso del presidente Bartomeu. Las estrellas son los futbolistas, incluso cuando se trata de los menos mediáticos, como Lenglet, Rakitic o Sergi Roberto. La fiabilidad y efectividad del francés hace lucir todavía más a Piqué; de Rakitic habla bien incluso Mourinho por su sentido de equipo, despliegue y llegada además de tapar las ausencias defensivas de Messi; y Sergi Roberto se hace valer por las asistencias, que ya son seis desde su debut en la Champions de 2011. Los tres son humildes como su entrenador Valverde, un hombre decente y honesto y también un técnico que habitualmente sabe leer los partidos y corregirlos como se vio entre el clásico de la Copa y el de LaLiga.

A Arturo Vidal se le contrató para competir y despertar al equipo cuando se duerme, una virtud que no siempre está bien considerada en equipos finos como el Barça. El chileno ya había sido ofrecido en varias ocasiones al Barça y la respuesta siempre había sido negativa hasta que esta temporada Paulinho regresó a China. El problema del chileno es que se le valora más por su carácter que por el juego a ojos de la crítica en Europa. Ahora mismo parece un centrocampista más necesario para acabar los partidos que para empezarlos, sobre todo con el marcador a favor, tal como se comprobó en el Bernabéu. Vidal funciona como un templario, ganador en todos los duelos, favorito en cada balón dividido, siempre comprometido con su equipo y también con el entrenador, hoy Valverde y antes Guardiola.

“Arturo es muy fuerte”, afirmó el técnico catalán acerca del chileno cuando le tuvo en el Bayern Múnich. “La diferencia está en su cabeza, lo que le hace diferente a los demás es su mentalidad. Trabaja muy bien, tiene llegada, buen pie y es muy valiente”. Vidal fue el centrocampista que más jugó con Guardiola en su última temporada en la Bundesliga: 48 partidos, siete goles y 12 asistencias con el Bayern. Tampoco era un fichaje solicitado por el técnico catalán, al igual que ocurre con Valverde. Y, de la misma manera que en el Bayern fue respetado por compañeros y adversarios, el sábado estuvo muy bien en Madrid. Juega de la misma manera que vive y conduce: al límite; alcanza con mirar su cuerpo lleno de tatuajes y su cresta para saber que se deja la piel en el campo, y más si se trata de Madrid.

Y es que Arturo Vidal, un jugador tan generoso en campo abierto como limitado en espacios cortos y en el juego de entrelíneas, también quería saber qué se siente cuando se gana en el Bernabéu con el Barça después de ser expulsado y eliminado de la Champions cuando militaba en el Bayern. Ya lo anunció Guardiola: “Si tuviera que ir a la guerra, le quiero a mi lado”. No es extraño que Arturo Vidal se mostrara tan feliz en las fotografías del Bernabéu.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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