El Madrid exige una explicación detallada de la última jugada y la condena a los árbitros de la final de Copa

Después de los 40 minutos de partido y los cinco de prórroga, la final de Copa continuó disputándose el lunes con los comunicados sustituyendo a las canastas y consolidando la polémica. Los despropósitos arbitrales en todas las direcciones durante los últimos 20 segundos del clásico y el mal uso del Instant Replay en la acción de la sentencia fue calificada por la ACB y por el propio sindicato de colegiados (AEBA) como “errores graves”, en dos notas inéditas en el baloncesto español. A las 23.00 de la noche, el Madrid valoró como “lamentables” ambos textos y mantuvo su órdago basado en la idea de abandonar la Liga.

Desde el club blanco mantienen las exigencias de una “explicación concreta y detallada sobre la decisión tomada en la última jugada” y una “sanción pública y ejemplar para los tres árbitros de la final” —Juan Carlos García González, Miguel Ángel Pérez Pérez y Benjamín Jiménez Trujillo (21, 19 y 14 temporadas de experiencia en la ACB, respectivamente)—. “Está clarísimo, lo veo”; “es ahí, ¿verdad?”; “pues ya está, procedamos”, comentan los dos primeros de la terna —en las imágenes que emitió La Sexta—, durante los 50 segundos que emplearon en decretar como ilegal el tapón de Randolph, tras revisar solo dos tomas de las 11 a su disposición.

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Los 32 colegiados de la Liga Endesa —ordenados en tres rangos, con fijos entre los 30.000 y los 8.000 euros, más cerca de 1.000 euros por encuentro pitado— están vinculados a la ACB a través de la figura del director de arbitraje, Francisco Monjas, que controla el protocolo de designaciones de las ternas para cada partido de Liga, Copa y Supercopa. Monjas ordena también los ascensos y relevos para la máxima categoría al final de cada temporada y gestiona los neverazos (partidos sin arbitrar tras cometer fallos técnicos), único formato sancionador hasta la fecha, gestionado siempre de forma implícita (sin plazos establecidos ni comunicación oficial). “Aceptamos y acatamos las decisiones que pueda tomar la ACB en relación a los errores [en la final]”, rezaba la nota de la Asociación de Árbitros.

A la espera de que esas posibles decisiones cubran las aspiraciones del Madrid, desde el club blanco han reactivado el estudio de fórmulas para encontrar viabilidad jurídica a la salida de la Liga. Una de las trabas, el artículo 5.3 de los estatutos de la Euroliga (que exige la participación en el campeonato doméstico para hacerlo también en el continental), parece la más salvable. “La normativa se reevalúa y evoluciona al final de cada temporada. Si los 11 clubes con licencia A se ponen de acuerdo, esa regla puede cambiar”, afirman fuentes de la Euroliga.

El órdago del Madrid coincide además en el tiempo con una circunstancia similar a la acontecida en la Liga Griega. El Olympiacos también amenazó hace una semana con abandonar el campeonato griego después del polémico derbi de Copa ante el Panathinaikos de Giannakopoulos. Los del Pireo abandonaron la semifinal en el descanso clamando contra el arbitraje y lanzaron un comunicado en el que vetaban el acceso del dueño del club ateniense al Estadio de la Paz y la Amistad y planteaban tres exigencias. La primera, medirse al Panathinaikos solo con la presencia de árbitros internacionales de fuera de Grecia. La segunda, negarse a disputar partidos pitados por cualquiera de los colegiados implicados en la polémica. Y, la tercera y última, instar a las autoridades competentes a investigar el colapso de apuestas a favor de Panathinaikos en el duelo de Copa tras la designación arbitral.

Sin embargo, la única respuesta hasta el momento al plante de Olympiacos fue una sanción de la Liga de seis puntos (la máxima establecida) que le hizo bajar del liderato a la sexta plaza de la clasificación a la espera de que se resuelva su apelación.