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Félix Sánchez y el sello de La Masia

El entrenador español, formado en el Barça, lleva a Qatar a buscar su primer título tras dirigir en categorías inferiores

Jordi Quixano
Félix Sánchez, antes de la semifinal frente a Emiratos Árabes.
Félix Sánchez, antes de la semifinal frente a Emiratos Árabes.MAHMOUD KHALED (EFE)

En las semifinales de la Copa Asiática, Qatar arrodilló al anfitrión Emiratos Árabes por un expresivo 4-0, acompañado por el 70% de la posesión y un fútbol muy rico en lo táctico, pues tanto le da jugar con defensa de tres (como ante Corea del Sur) como con cuatro durante gran parte del torneo, capaz también de vencer los seis encuentros con un saldo de 16 tantos a favor por ninguno en contra. Es la primera vez en la historia que la selección catarí se clasifica para la final del campeonato, ya que hasta la fecha cifró el tope en cuartos (1998 y 2011). El éxito no es casual sino que está enraizado en La Masia y en su técnico, Félix Sánchez.

Con tres años, Félix y su hermano Fran [destituido hace poco del Barça femenino] entraron en la Escuela Barcelona —nada que ver con el club—, donde luego se formaron académicamente. Allí coincidieron en clase con Sergi Mila (dirige el Cadete A del Barça). “Yo era el profesor en educación física del colegio y veía que los tres vivían por y para el fútbol”, revela Albert Benaiges, coordinador del fútbol base del Barça durante dos décadas. Entre otras cosas porque los dirigió hasta que se hicieron grandes. “Primero les hice entrenar en parvularios del cole, después en un instituto y, cuando el Barça me fichó, los puse con las peñas, después en la escuela del club y por último en el fútbol base”, relata Benaiges. “En esa época teníamos entrenadores con nombre y mucha fuerza como Félix y Fran, Sergio Lobera [Goa, India], Rodolfo Borrell [Manchester City]…”, cuenta Marc Muniesa, central del Girona que tuvo a Félix durante sus tres primeros años en La Masia, como también Ignasi Miquel (Getafe) y Cristian Ceballos (Sint-Truidense, belga). “A Félix le gustaba mucho el fútbol del Barça y lo intentaba practicar en cualquier situación”, dice Muniesa; “también tenía carácter. Una medida que adoptó fue prohibir a los padres que gritaran en el campo bajo la amenaza de no dejarles entrar en el recinto. Así aprendimos a escuchar a los profesionales”.

La vida de Félix, sin embargo, cambió cuando Josep Colomer —fue director del fútbol base del Barça en la primera etapa de Laporta— se lo llevó en 2006 a la academia Aspire de Qatar, que tomó impulso definitivo en 2010, cuando le otorgaron al país la celebración del Mundial 2022. En Aspire está la semilla de la selección, toda vez que siete de los jugadores salen de la academia. “Aspire tiene incidencia en el fútbol de Qatar porque maneja las selecciones juveniles, pero también la tienen los clubes, que forman a los profesionales”, cuenta el técnico Jorge Fossati, predecesor de Félix en el cargo; “pero sí se nota el sello del Barça porque firman a técnicos de las inferiores del club y, como algo coherente, han puesto a Félix”. Entre otras cosas porque antes de dirigir a la absoluta, pasó por la sub-19 y la sub-23.

Fossati no continuó con la labor de técnico por discrepancias en las nacionalizaciones. “Quería hacer una renovación más lenta porque creo que les falta un poco de experiencia. Aunque visto el torneo, tampoco les ha hecho falta”, dice. Mérito de Aspire, de los clubes cataríes, de Félix Sánchez de La Masia.

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