¿Por qué Vinicius se apuntó el autogol de Kiko Olivas?
El reglamento arbitral no contempla ninguna norma específica que regule la autoría de los tantos. La potestad de asignación depende del criterio personal de cada árbitro
Jesús Gil Manzano señaló en el acta que el primero de los dos goles del Real Madrid al Valladolid fue obra de Vinicius José. Para el árbitro extremeño, con 118 partidos dirigidos en Primera, que el disparo del brasileño golpease en la espalda de Kiko Olivas y modificase por completo la trayectoria del balón (que no llevaba dirección de gol) no modificó su opinión. "Iba fuera de banda", se lamentó Sergio González, técnico del Valladolid, al final del encuentro. Vinicius lo celebró besándose el escudo, saltando varias veces, y realizando por tres veces una especie de reverencia al público del Santiago Bernabéu. Para el chaval, de 18 años, fue como si el balón se hubiese colado por la escuadra.
El 20 de septiembre de 2010 Cristiano Ronaldo lanzó una falta al borde del área de la Real Sociedad. Su lanzamiento golpeó en la espalda de Pepe, incrustado en la barrera. El balón ganó altura gracias a la aportación (involuntaria) del defensa y superó a Bravo. El gol, sin embargo, fue de Pepe, según recogió Mateu Lahoz, encargado también entonces de dirigir el partido. Ni siquiera el propio Cristiano celebró con efusividad el gol, como si supiera que no era suyo. Dos circunstancias similares con resolución opuesta. ¿De quién eran realmente los goles? Según el reglamento arbitral de uno y del otro, porque no existe una sola línea en la que se detalle la autoría del elemento clave de un deporte sometido al escrutinio constante.
“Siempre y cuando el balón vaya entre los tres palos es gol del lanzador”, se defiende Mateu Lahoz. “No vas a encontrar la norma en ningún sitio”, advierte Kike Ortiz, exárbitro de Segunda B (1998-2013) y secretario del Comité de Árbitros de Madrid. Y es que los colegiados españoles sólo cuentan con una serie de directrices que reciben durante las reuniones anuales, “aunque hace mucho que no se habla de este tema porque se da por supuesto que el árbitro evoluciona con ello”, según comentan algunos. “El goleador es aquel que golpea el último el balón con intención de introducirlo en meta. Que rebote en la barrera, en el portero, el travesaño, o los postes y demás no influye”, recalca Ortiz, que, sin embargo, matiza las distintas circunstancias por las que puede variar esa ley no escrita. “A no ser que sea algún fallo claro del portero, que la tiene en la mano y la mete en la portería. O que algún jugador, siendo consciente de que va a golpear el balón, se lo introduce en su portería. En ese caso serían autogoles”. “La obligación para un árbitro es sólo registrar en el acta quien ha marcado, igual que los cambios”, añade Raúl Masso, exsecretario del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española de Fútbol.
“Si no está reglamentado habría que aplicar un mismo criterio. Hay jugadores que tienen primas por goles y dependen directamente del criterio de un árbitro”, señala Manu Sarabia, exjugador del Athletic, y que ofrece la visión de los protagonistas a pie de campo, directamente implicados en esta ausencia normativa. “Imagínate de cara a premios como el pichichi o la Bota de Oro. En el mundo en el que vivimos a ese tipo de reconocimientos se les da un gran valor. Deberíamos afinarlo”, señala Sarabia, que tiene claro cuál sería la redacción de esa norma. “Si la trayectoria del lanzamiento lleva dirección a la portería es gol es del atacante. Si por el contrario, es hacia afuera y es un desvío el que lo mete en la portería es gol en propia puerta”, sostiene. "Es tan fácil como imaginar que el jugador en el que golpea es el árbitro. Si le golpea a él, que es un poste, el gol es del lanzador. Si el jugador en cuestión hace alguna intención de tocar el balón entonces es autogol", defiende el exárbitro internacional Iturralde González.
Además de la parte de justicia poética o de resarcimiento personal que tendría definir la autoría de los goles, también existe un tema monetario directamente relacionado. Todas las casas de apuestas ofrecen la posibilidad de retar por los goleadores de cada partido y muchas de ellas reparten sus premios en función de lo que los colegiados registran en el acta.
Por el momento, no se espera que se realice ninguna modificación en el reglamento arbitral que solucione este vacío. “Bastante tienen los árbitros con arbitrar”, se escudan. Pero esta sigue siendo una de las pocas gateras por las que continúa escapándose el fútbol. Y eso que tiene que ver con el gol, su máximo protagonista.
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