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Raúl se estrena con la pizarra

El exfutbolista del Madrid debuta como entrenador del Cadete B del club blanco en un torneo de pretemporada

GORKA PÉREZ
Raúl González, durante el partido ante el Gamba Osaka.
Raúl González, durante el partido ante el Gamba Osaka.VÍCTOR SAINZ (EL PAÍS)

"Mira, ahí está, el primero. ¡Fíjate cómo tiene las piernas! Súper arqueadas". Es cierto que Raúl González Blanco, 41 años, 16 temporadas defendiendo la camiseta del Real Madrid, camina con las rodillas orientadas hacia afuera, el mejor signo para identificar a cualquier persona con pasado como futbolista. Tampoco es exagerado, pero para el centenar de personas reunidas esta mañana de sábado en el campo del Club Deportivo Moratalaz no pasa desapercibido. Y eso que por su forma de caminar, pausada, con las manos en los bolsillos y la mirada gacha, Raúl no llama excesivamente la atención.

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Tras completar el curso de entrenador en el pasado mes de mayo junto a compañeros del oficio como Xavi Hernández, Marcos Senna, Víctor Valdés (que esta temporada dirigirá al Juvenil del Moratalaz) y Xabi Alonso (Infantil A del Real Madrid), el autor de 307 goles con el primer equipo del Madrid debutaba en el banquillo en el arranque de la Madrid Youth League (un torneo veraniego con equipos de la Comunidad y de Asia). Y en cuanto a resultados, no fue el mejor. En los dos partidos (de 25 minutos cada parte) su equipo, el Cadete B (14 y 15 años), no pasó del empate ante el Gamba Osaka, japonés (1-1), y perdió contra el Alcorcón (2-1), lo que complica su continuidad en el torneo.

"¡Entramos por fuera, que es por donde podemos hacer daño!", indicaba desde la banda. Ni contra el conjunto nipón ni frente al Alcorcón su voz se escuchaba por encima de la de su colega en el otro banquillo, y sus paseos por el área técnica tampoco eran exagerados. "¡Buen balón, buen balón!", felicitó a uno de sus jugadores tras completar un cambio de banda tan largo como preciso. Ni siquiera tras el gol inicial del Gamba Osaka (una vaselina desde fuera del área preciosa), ni ante el gol de penalti del Alcorcón que consumaba la posterior derrota reaccionó con una mala cara o una reprimenda (y eso que tocaba). Raúl aplaudía y trataba de tranquilizar a un equipo con jugadores de buen pie. En el grupo que dirige participa entre otros el hijo de otro compañero de profesión, Julen Guerrero, que comparte nombre con el que fuera jugador del Athletic.

"¡Un poquito más Borja, un poquito más!", le exigía a uno de los jóvenes aprendices junto al banquillo, el único resquicio con sombra en un campo muy coqueto rodeado de árboles y junto al parque de Moratalaz, un enorme reducto verde en el que se respiraba la calma propia de una ciudad todavía de vacaciones. Curiosa fue la imagen del árbitro del encuentro fotografiándose con él (lo mismo que su colega japonés) antes del encuentro, estampa que también se repitió una vez concluido el segundo encuentro.

Aunque lo de hoy no fue más que una primera toma de contacto, al míster Raúl le bastó para observar las parcelas concretas en las que trabajar con un grupo de chavales que cuando abandonó el Bernabéu tenían apenas siete años, su mítico dorsal.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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