Laso y la gestión de la historia
El entrenador del Real Madrid cincela su éxito con la conquista de la 10ª Copa de Europa del club y la brillante dirección de una temporada tortuosa. El cántico de “¡Doncic quédate!” acapara los festejos
Después de hacer historia en Belgrado con la increíble conquista de la Décima, el Real Madrid de Pablo Laso paseó su orgullo de superviviente en la ya tradicional cabalgatapor las instituciones madrileñas para celebrar la Copa de Europa. “En estos últimos siete años, este Real Madrid se ha convertido en uno de los grandes símbolos de nuestros 116 años de historia”, valoró Florentino Pérez, emparentando la era Laso con los equipos más célebres de su enciclopedia.
El entrenador vitoriano ya ha igualado las conquistas continentales de Lolo Sainz y, sin haber concluido su séptima temporada, suma 14 títulos, uno más que los que logró el club en los 25 años anteriores a su llegada (con 15 cursos en blanco incluidos). “Este equipo, con Pablo al frente, representa los valores esenciales del madridismo. Nunca doblaron la rodilla a pesar de los contratiempos y las lesiones y ha sido un orgullo verles competir”, elogió el presidente del club blanco.
En el día después de alzar la Euroliga al cielo de Belgrado el propio Laso repasó la gesta con perspectiva histórica. “La Décima agranda la leyenda de lo que es el Real Madrid. Este club tiene un ADN que se traslada a todos sus jugadores, entrenadores, integrantes y aficionados y va ligado a tener unos valores y una identidad. Aquí te enseñan a ser competitivos y a querer ganar siempre. Sin excusas”, resumió. “Conocer el club desde dentro me ayudó mucho desde el principio y haberlo seguido siempre, también desde fuera, me permitió tener claro lo que yo podía aportar: en el juego, donde siempre tuve una idea muy clara, y en la transmisión de esos valores del club”, contó el técnico durante los festejos.
El cántico de “¡Doncic quédate!” acapara los festejos
El doble MVP de la Décima, Luka Doncic, fue el gran protagonista de los festejos por el título en las sedes del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Los aficionados que siguieron el recorrido del conjunto blanco le dedicaron en sucesivas ocasiones el cántico de “¡Luka quédate, Luka quédate!”.
A un mes del draft de la NBA, que aclarará el futuro de la joya eslovena de 19 años, y tras su rutilante coronación europea, florecieron los rumores en Estados Unidos. La presencia de Igor Kokoskov, exseleccionador de Eslovenia, como entrenador de los Suns la próxima temporada acercaba al madridista al número uno en pugna con el pívot DeAndre Ayton. Pero si los Suns no eligen a Doncic su puesto en la elección podría bajar puesto que, tanto Sacramento Kings como los Atlanta Hawks estarían dispuestos a dejar pasar al madridista para elegir a un jugador interior. En tal caso, Doncic podría caer hasta la cuarta o la quinta ronda, en posesión de Memphis y Dallas respectivamente.
En el memorable recorrido competitivo del Madrid de Laso, con 20 finales sobre 28 posibles, esta temporada quedará grabada como la del espíritu de superación. “No soy bobo y sé que el resultado tiene mucha importancia, pero yo valoro mucho el trabajo diario, el camino, y este año más que nunca”, señaló Laso. “Nos pasó de todo y tuvimos muy mala suerte. Pero la suerte siempre se rinde al trabajo. Siempre fuimos competitivos y además nos fuimos endureciendo salvando obstáculos”.
En su gestión de una temporada tan endiablada como célebre, Laso marcó dos hitos. El primero a comienzos de diciembre, en plena epidemia de lesiones y con Tavares recién llegado, cuando después de enlazar seis derrotas en nueve partidos llamó a la calma con tanta contundencia como normalidad. “No puedo hacer magia. Tenemos que reconstruirnos”, explicó. Lo hicieron. La segunda conjura tuvo lugar en Atenas, tras caer vapuleados contra el Panathinaikos en el primer partido del playoff de cuartos (95-67). “Nos reunimos a petición de los capitanes y salimos todos con un mensaje muy claro. Entendimos el nivel de pelea y de lucha que necesitábamos para ser campeones y sabíamos que lo teníamos dentro”, desveló Carroll. “En la conjura de Atenas se creó el espíritu para ser campeones. Habíamos luchado mucho, estábamos recuperando compañeros, y no podíamos dejarnos ir”, refrendó Rudy.
La tunda en el OAKA griego marcó un punto de inflexión en el recorrido del campeón de Europa. “Ese día no fuimos nosotros. De madrugada, vimos el partido completo en el hotel de concentración y aclaramos las ideas”, detalló Chus Mateo, ayudante de Laso, antes de resumir el tortuoso camino de este curso. “Cada semana llegaba una nueva lesión y eso nos hacía cambiar constantemente la forma de jugar. El juego interior fue el más castigado, tuvimos que cambiarlo por completo y eso nos condicionó los planes. Ha sido un suplicio pero, aunque parezca milagroso, somos campeones”, remató Mateo.
Desde la normalidad, “sin excusas” ni estridencias, Laso y su equipo laboraron para escapar a lo grande de un atolladero de 15 meses sin títulos alzando la segunda Euroliga en cuatro años. “El trabajo de Pablo desde que cogió el equipo es impresionante. Ha creado un bloque compacto y con química, desde la sabiduría y la tranquilidad. Entender tan bien el club le ha ayudado a reescribir la historia”, resaltó Clifford Luyk. Con 16 temporadas y seis Copas de Europa en el club, la leyenda madridista apuntó la clave del éxito. “Tenemos un vestuario fortísimo gracias a tres jugadores que son la espina dorsal de este equipo: Felipe, Llull y Rudy. Cada uno tiene su sitio y transmiten muy bien la esencia y el mensaje”. Palabra de Luyk. “Este ciclo va a durar porque hemos logrado que los contrarios nos tengan miedo y respeto. Ganar al Panathinaikos en el playoff y a los dos últimos campeones de Europa en la Final Four [CSKA y Fenerbahçe] impone mucho. Creo que vamos a seguir alargando la leyenda”.
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