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El Baskonia cae con más honor que puntos

El Fenerbahçe jugará su cuarta Final Four consecutiva tras eliminar al conjunto vitoriano (3-1)

Los jugadores del Fenerbahçe celebran el pase a la Final Four.
Los jugadores del Fenerbahçe celebran el pase a la Final Four.David Aguilar (EFE)

Ganar al Fenerbahçe es asunto complejo, ganarle dos partidos seguidos es jugar al euromillón, casi con las mismas posibilidades de que te toque. Pretender vencerlo concediendo 16 puntos de ventaja al descanso tiene bastante que ver con encomendarse a la bruja Lola. Y no es que el Baskonia descarrilase, es que cuando el Fenerbahçe se enfurece y se endurece, circula con la agilidad de un AVE sin que se mueva lateralmente ni un solo vagón.

Tiene tal plantilla el equipo de Obradovic que Vesely, por ejemplo, puede parecer un subalterno de Guduric, y entonces aparece Datome que mete triples hasta de espaldas o surge Kalinic para hacer de Melli. Un carrusel que el Baskonia resistió con cierto mareo en el primer cuarto, pero que a partir de ahí le provocó la náusea hasta destapar un segundo cuarto intratable del Fenerbahçe, que se fue hasta los 16 puntos de ventaja (32-48). Demasiado para el Baskonia, partido roto por el acierto del equipo turco y la irregularidad constante del equipo vitoriano en los mismos asuntos. Solo Marcelinho con alguna ayuda de Beaubois le daban al partido alguna alegría; aunque fuera inútil, que al menos fuera bella.

16 puntos ante un equipo no solo talentoso, sino físicamente poderosísimo, lo que le permitía una defensa rayana en la agresividad (Vesely no se corta un pelo), que encontró la colaboración arbitral en decisiones concretas: una personal a Granger que pudo ser al revés se añadió a una técnica a Pedro Martínez por exceso de educación. Conclusión: dos tiros libres, otros dos por la técnica y balón para Fenerbahçe.

El tercer cuarto parecía el del suicidio colectivo. El Fenerbahçe aumentó su ventaja, la fue subiendo, modelando, rotando jugadores, comiéndole la moral al Baskonia, como quien te mira a los ojos y te obliga a cerrarlos. Hasta 21 puntos (47-68) elevó el listón el conjunto turco como quien está a punto de poner el candado al portón el partido.

Pero el Baskonia siempre es un muerto bien vivo. Algo le sucedió que sintió como una transfusión de optimismo que le llevó a reducir la diferencia hasta los seis puntos y dejarla en 10 al final del tercer cuarto, en el que los de Pedro Martínez metieron 30 puntos, 15 de ellos en tres minutos.

O sea que parecía que comenzaba el partido definitivo a disputarse en los diez minutos del último cuarto. Algo que no entraba en los planes del Fenerbahçe tras el paseo militar del segundo y casi tercer cuarto. Granger, renqueante, revolucionó al Baskonia, pero volvió a lesionarse al pisar a Vesely en una caída. El límite es siempre muy delgado cuando se vive en estado de fragilidad. Y se rompió. Y se rompió el partido de nuevo, con menos estruendo (en la frontera del 10) para acabar ganando por 16 con un movimiento del banquillo turco con más entradas y salidas que un sainete, pero muy, muy, muy serio. El Fenerbahçe estará en la Final Four por cuarta vez consecutiva para revalidar el título. El Baskonia lo luchó con honor.

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