El Baskonia vence con solvencia al Fenerbahçe y sigue con vida
El equipo vasco jugó un gran partido (88-83) y alarga la serie ante el campeón de la Euroliga
Pues era verdad lo que decía Pedro Martínez de que el Baskonia estaba ya muy cerca del Fenerbahçe y que no veía el 3-0 en el Buesa Arena. El público tampoco, porque adornó la cancha con bufandas donde se leía, en inglés, “No en mi casa", aludiendo a la presumible eliminación.
Pues era verdad que dosificando el físico, el Fenerbahçe era batible. Y era verdad que el Buesa Arena tiene algo de talismán para el Baskonia y de infierno para Obradovic, que ha perdido demasiados partidos en Vitoria como para ser feliz, a pesar de su currículum envidiable.
Y era tan verdad que el Baskonia, tras pelear en el alambre, un punto aquí, otro allí, durante tres cuartos, daba que pensar en esa máxima no escrita pero producida por el Fenerbahçe que podría decir algo así: “Si tú fallas, yo te castigo, pero si yo fallo y tú no me castigas, me estás invitando a ganar”.
Y en eso parecía confiar el Fenerbahçe, que tras un primer cuarto lamentable fue capaz de resistir incluso al acierto de Beaubois, intratable, pero sin dejar asomar una sonrisa, no fuera que al mover el labio se le moviera el punto de mira. Vesely no era el Vesely inaguantable del Fenerbahçe y Nunnally, afamado francotirador, se diluyó en unos escuálidos dos puntos.
Pero resistía el equipo de Obradovic, con tirones de orejas a la mínima que el Baskonia flaqueaba en ataque o defensa. Resistió el segundo cuarto aunque el Baskonia mantenía 9 puntos de ventaja muy golosos, tan golosos que se los merendó el Fenerbahçe en un tercer cuarto donde lució el serbio Guduric, impecable, inabordable, con la ayuda de Datome.
Parecía que se volvía a las andadas. La goma que se acerca, se estira y acaba rompiéndose. Pero no se rompió. Beaubois dejó el marco anotador a Janning y Timma, hasta entonces oscurecidos, y el Baskonia se fue hasta los 16 puntos de máxima ventaja. Ni así respiró tranquilo. Vesely falló los tiros libres (es humano, como antes) y eso rebajó las expectativas. Guduric dejo de ser un abusón y Baskonia resistió hasta definir una ventaja de cinco puntos. Daba igual. Ganar era el asunto. Y tenía razón Pedro Martínez. No estaba el Baskonia tan lejos. Ni lo está.
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