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Un Espanyol depresivo se hunde ante el Eibar

Sánchez Flores, ya sin crédito entre la afición, no encuentra la clave para levantar a un equipo desnortado

Juan I. Irigoyen
Gerard Moreno entre Valdés y Lombán, en el duelo Espanyol-Eibar.
Gerard Moreno entre Valdés y Lombán, en el duelo Espanyol-Eibar. Enric Fontcuberta (EFE)

No hay mejor analgésico en la Liga que el Espanyol. El domingo pasado, el conjunto blanquiazul despertó el apetito goleador del Getafe, que llevaba desde febrero sin celebrar una diana frente a su gente; ayer levantó a un Eibar hundido, sin victorias en sus últimos seis partidos. Los muchachos de Mendilibar llegaron a Cornellà, un diván en la Liga, capaz de romper la sequía de triunfos del Eibar, como también su falta de puntería. El cuadro vasco no necesitó más que un buen centro de Paco León y un testarazo de Lombán. Suficiente para aprovecharse de un Espanyol plomizo, que deambula tanto en casa ajena como en la propia, sin más esperanza que el final de la Liga. Hasta el cierre de la temporada, les queda un vía crucis a los blanquiazules, también a Quique Sánchez Flores, víctima de la ira de la hinchada, especialmente encendida contra el técnico madrileño.

En el amanecer de la temporada, Julen Lopetegui, entrenador de la selección española, llamó a Sánchez Flores para preguntarle por su chico estrella, Gerard Moreno. El técnico seguía los pasos del delantero catalán, líder del ataque del Espanyol, autor del 46% de los tantos del equipo en la Liga. Sin embargo, jornada a jornada, el conjunto blanquiazul se fue apagando en la Liga, como también se apagaron los goles de Moreno (no marca desde el 11 de marzo, en la última victoria del Espanyol, ante la Real Sociedad). Con el 7 en Babia, ya no hay noticias del conjunto blanquiazul. Sánchez Flores no para de cambiar la alineación. Sin embargo, no cambia nada en el Espanyol. Después de agitar el once en la derrota ante Valencia, buscó reinventar a sus muchachos frente al Getafe. Misma receta contra el Eibar. Siempre sin resultados. Ni juego ni goles, solo la indiferencia de un equipo gris cada vez más hundido en la tabla. Hoy, el cuadro blanquiazul descansa en la decimosexta plaza de la Liga. Suma 36 puntos, a nueve del Deportivo, que marca la línea del descenso.

Una hora sin remates

Ni la sombra del fondo de la tabla agita al Espanyol. Ante el Eibar, tardó más de una hora en rematar entre los tres palos. Ninguna novedad. El cuadro blanquiazul es el cuarto equipo que menos busca la portería contraría en la Liga, vacío de disparos entre los postes en tres de sus últimos seis duelos. La mala racha la rompió Gerard Moreno, como no podía ser de otra manera. Pero ni la rebeldía del 7 le cambió la cara al Espanyol.

Al delantero blanquiazul se le escurre la Roja, como a la afición blanquiazul se le acaba la paciencia con el proyecto del presidente Chen Yansheng. El empresario chino quiere cuentas equilibradas, sin más dinero para mejorar a un equipo que pide a gritos una remodelación. “¡Quique vete ya¡, ¡Quique vete ya¡”, insistió una y otra vez, un tan enfurecido como esquelético Cornellà (12.113 espectadores, la segunda peor entrada de la historia del RCDE Stadium). La hinchada perdió la paciencia con un entrenador Premium en el sueldo (es el cuarto que más cobra en la Liga, después de Zinedine Zidane, Ernesto Valverde y Diego Simeone), Low Cost en el juego. La pasividad de un Espanyol depresivo, que ya acumula cinco partidos sin victorias, fue un caramelo para el Eibar, sobre todo para la bota de Pedro León.

“Estamos en un periodo de ofuscación importante”

“Estamos en un periodo de ofuscación importante, nos falta saber que nos cuesta hacer gol, todo nos comprime”, analizó Quique Sánchez Flores. No fue una comparecencia fácil para el técnico que estuvo cerca de retirarse de la rueda de prensa cuando entendió que un periodista se había reído tras formular la pregunta. El responsable de comunicación del club calmó los ánimos. “Recibimos lo que hemos generado. Tenemos que asumir las consecuencias, hay que apechugar y estar de pie”, dijo Sánchez Flores, sobre la reacción del público, que pidió su dimisión. “La grada nos muestra que no está contenta, queremos cambiarlo”, zanjó el capitán Javi López.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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