Móviles en silencio en el Open de España, juega Jon Rahm
El vasco acaba la jornada cinco bajo par, a uno de los líderes, en medio de una gran expectación en el Centro Nacional, en Madrid
Todos querían ver a Jon Rahm. Acercarse al ídolo en la primera jornada del Open de España. Fotografiarle. Casi tocarle. Hasta que en el green del 8, cuando iba a patear, al golfista vasco le distrajeron los ruiditos de los móviles enfocando o disparando para captar la imagen del número cuatro del mundo. Era casi el final de la ronda (había comenzado en el tee del 10) y el hombretón de Barrika dio un toque de atención a los aficionados que seguían cada paso suyo en el Centro Nacional, en Madrid. "¡Ya está bien!", se quejó. Pero la escena volvió a repetirse en el tee del 9 y entonces Rahm soltó el palo cuando hacía el swing porque le volvieron a molestar los mismos ruidos. "¿Es una broma o qué?". Ya antes, en el 5, había respondido a un aficionado que le había recriminado un fallo a Rafael Cabrera Bello. Siempre tan pasional Rahm.
Fue el peaje que tuvo que pagar el vasco en el estreno de un Open en el que lo es todo. Principio y final. Fue la estrella del partido estrella, junto a Cabrera Bello y Andrew Beef Johnston, el ganador de 2016, la última edición jugada hasta ahora. Y se aupó entre los mejores con cinco bajo par (cuatro birdies, un eagle y un bogey), a uno de los líderes, el escocés Marc Warren y el irlandés Paul Dunne, y con muy buenas sensaciones. "No me esperaba jugar tan bien. Desde el tee ha sido muchísimo mejor de lo que hubiera soñado. Pocas veces le pegas al driver tan bien y haces birdies fáciles como en el 13 y en el 7, que le he pegado tan bien que estaba a 10 metros de bandera. Son días que hay que aprovechar", afirmó. Tampoco esperaba Rahm tanta gente cuando comenzó su ronda a las 8.55 con un frío intenso. "Ha sido increíble", admitió. Fueron más de 5.100 personas en todo el día, y más de 23.000 (6.000 de ellas no federados) han retirado su entrada en www.opendegolf.es.
Rahm volvía seis años después a jugar en el campo de la federación española. Se encontró una pradera y unos greens muy mejorados respecto a los que recordaba y a los días anteriores, y, sobre todo, a una multitud siguiéndole. El ídolo era de carne y hueso. Muchos no le habían visto más que en televisión, compitiendo en el circuito estadounidense y en los grandes, y seguramente esta sea la única ocasión de hacerlo en vivo en España esta temporada. Los había quienes sabían de golf, y hablaban de un palo híbrido y del bote de la bola, y otros que cumplían con atinar dónde estaba el green. También niños del programa Golf en colegios, con bolsas de la federación madrileña, que preguntaban a sus profesores si podían salir a practicar. Todos detrás de Rahm, la gran atracción. La entrada para el Open es gratis y el recorrido está condimentado con puestos de bocadillos de jamón y lomo con queso. De vez en cuando un grupo de seguidores en el límite de la calle se agachaba, temerosos de ser golpeados por unas bolas que son como meteoritos. Y hasta de repente apareció un conejo corriendo en la calle del uno, antes de que cruzara Rahm (hasta el animalillo salió a su paso). Todo el mundo, claro, con sus móviles (esto no es Augusta, aquí no están prohibidos, solo hay que silenciarlos), un cuento que ya se sabe cómo acabó.
Que Rahm ha relanzado al Open está claro. No había más que ver a los cientos de personas que un jueves laboral por la mañana fueron al Centro Nacional a verle jugar 18 hoyos entre la autovía pegada al campo, edificios en obras y el ruido de las grúas y los camiones. Imaginarse este torneo sin la presencia del número cuatro mundial produce escalofríos en la federación. Su partido reunió más gente que todos los demás juntos. El vasco es un imán, tan auténtico que cuando un seguidor se acercó para hablarle de sus enfados en el campo, Rahm soltó: "Si no me enfadase, no sería quien soy".
Con +1 finalizó Rafa Cabrera Bello, que entre el Masters de Augusta y el Open de España viajó con su amigo Adam Scott a surfear en una especie de parque acuático en casa del famoso Kelly Slater. Con el jet lag aterrizó en Madrid y empañó con algunas malas recuperaciones y unos putts fallados su buen juego con el driver. Por si acaso, estaba Rahm para defenderle.
Así va la clasificación del Open de España.
Descargar la entrada en opendegolf.es
Jon Rahm, Rafa Cabrera Bello y Andrew Johnston salen este viernes desde el tee del uno a las 13.55. Tv: Movistar Golf (12.00).
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