Para revelación, el Girona
El equipo de Machín doblega a un Leganés de lo más gris y persiste en su sueño europeo
Tildados de Cenicientas antes de que comenzara el curso porque por presupuesto y heráldica se presuponía que poco tenían a decir en Primera, el Girona y el Leganés han demostrado con el paso de las jornadas que también tienen el disfraz de Lobo Feroz. Son equipos que han tornado las supuestas o exigidas urgencias en ilusiones, toda vez que pasado el ecuador del curso aún sueñan con futuras noches europeas. Tras el encuentro de anoche, sin embargo, es el Girona el que puja con fuerza porque gracias a la puntería de Stuani y Portu se llevaron el título figurado de equipo revelación de la temporada.
No le interesó al Leganés disputar un duelo abierto, por lo que se abrigó a las afueras de su área y cedió el balón y la iniciativa a un Girona que no le hizo ascos a la responsabilidad. Y aunque no le funcionó de inicio el ataque en estático, pronto recuperó sus raíces y dotó el juego de profundidad y amplitud. Toda una losa para el Leganés, que en el primer acto se rompía porque las líneas estaban separadas, con los delanteros presionando el pelotazo y con la zaga achicando agua ante el incordio de Portu y Stuani. Y aunque se corrigió el Leganés en el segundo tiempo con el movimiento de pizarra de Garitano (puso a dos puntas), resultó ser demasiado tarde.
El Girona ya había dicho la suya. Lo hizo por la derecha porque Mojica, extrañamente, no devoraba metros por la banda opuesta. Avisaba Aday con sus carreras y un centro que Stuani no cazó de milagro. Siguió Granell con un pase interior con rosca que, esta vez sí, Stuani remató en plancha y al palo lejano hasta que Cuéllar puso la manopla. Y lo consiguió Portu tras un par de regates y un centro al área chica, donde se presentaba Stuani (quién si no) y donde la lio parda Mantovani, que sacó la mano a pasear y cometió un penalti tan absurdo como infantil. El 9 ya no perdonó. Tampoco lo hizo Portu, que aprovechó un pase de Granell en profundidad y se marcó una carrera de 40 metros para fusilar a Cuéllar desde el vértice del área chica.
Poco o nada replicó el Leganés, preocupado en cerrar las líneas de pase antes que de llegar al área rival y con una propuesta bien distinta al rival porque jugó con los extremos abiertos de partida pero a la mínima, ambos (El Zhar y Amrabat) trazaban la diagonal para tratar de dar el pase definitivo o el disparo, quimeras en Montilivi porque el Girona, tan intenso como bien trabajado, cerró todas las vías hacia el gol. Así, solo un centro de Diego Rico fue rematado por Mantovani –la pelota le cuchicheó al poste por fuera- y un tímido disparo de Amrabat fue anestesiado por las manoplas de Bono. Pero nada más ofreció el equipo de Garitano, espectador en Montilivi, que vivió una nueva fiesta con el tercer tanto de Juanpe y el estreno de Eloi, que no hace tanto estaba con el equipo en Segunda B. Pero es que para revelación, el Girona.
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