El Valencia desinfla al Alavés
Con un juego irreconocible el conjunto de Marcelino se ajusta a tiempo y remonta el tanto de Sobrino
Un Valencia irreconocible levantó la eliminatoria ante un convincente Alavés. El movimiento de piezas sobre el tablero de Mestalla que hizo Marcelino en la segunda parte ajustó a su equipo y le dio la vuelta al partido. El Alavés, notable en su planteamiento, estuvo a punto de encender Mestalla.
El diseño de ambas formaciones era toda una declaración de intenciones. En el Valencia, Marcelino no se guardó nada y en el Deportivo Alavés, Abelardo optó por un equipo nada usual. Los dos entrenadores asturianos miraban a la Liga. Cada uno a su manera. Marcelino quiso cerrar la eliminatoria para preparar la semana que viene el choque con el Real Madrid en Mestalla sin el estorbo del partido de vuelta en Mendizorroza. Abelardo no perdió de vista que el domingo recibe al Leganés con solo dos puntos de ventaja sobre la zona de descenso. Guidetti, Tomás Pina y el joven Martín Aguirregabiria eran los únicos que repetían respecto a la victoria ante el Sevilla en la Liga.
El guión del partido apuntaba a una carga de la caballería de Marcelino contra el fortín vasco. Esa escena no sucedió hasta el final. Nada de eso. El Alavés fue la mosca cojonera que anunció su entrenador en la previa. En los primeros cuatro minutos de juego, primero Rubén Sobrino y luego Hernán Pérez, revolotearon con peligro sobre la meta de Jaume. Sobrino falló ante Jaume tras un error descomunal de Martín Montoya precedido por un mal ajuste en defensa. Hernán Pérez estrelló el balón en el palo tras una cabalgada por la izquierda. El Valencia, sorprendentemente, empezaba desubicado. Parejo perdía balones y Kondogbia chocaba contra Tomás Pina, Dani Torres y Rubén Sobrino. La presión sobre el titán francés ahogaba al equipo local. Unos metros más arriba, Zaza se precipitaba y Vietto y Pereira no se encontraban para asociarse. Guedes, el factor desequilibrante, no podía zafarse de Martín que estuvo magnífico en la marca del portugués.
Antes del descanso, la manopla izquierda de Jaume evitaba el gol de Hernán Pérez, que estaba merendándose a Gayà. El gato de Almenara sacó luego una falta de Guidetti. En la banda, Marcelino se movía como un león en una jaula. Su equipo estaba jugando la peor primera parte de la temporada.
El Valencia se ajustó tras el descanso. Vietto puedo empatar pero su disparo, con Sivera batido, lo desvió Alexis. Rodrigo, que acaba de entrar, pudo empatar de voleón. En pleno despertar blanquinegro, llegó el gol de la noche. Rubén Sobrino envió a la escuadra un zapatazo lejano. Marcelino había movido a sus peones y Guedes, que no podía con Martín, se marchó a la derecha. Desde allí envió a gol el balón que se comió Sivera, portero que el Valencia vendió en verano al equipo de Vitoria. Luego, en uno de sus habituales desbordes, fue derribado por Diéguez, que se marchó expulsado. Rodrigo, que había activado el ataque local, hizo el segundo. El pase, espléndido, que recibió el hispano-brasileño, fue de Santi Mina, otro de los recambios de Marcelino. En diez minutos, el Valencia levantaba la eliminatoria.
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