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Premier League jornada 22
Arsenal
Arsenal
Wilshere 62'Héctor Bellerín 92'
2 2
Finalizado
Chelsea
Chelsea
Hazard 67'Marcos Alonso 83'

Arsenal y Chelsea empatan un partido con más fútbol que lógica

Bellerín marcó para los 'gunners' en el tiempo de descuento y dejó al Chelsea compuesto y sin premio

GORKA PÉREZ
Bellerín marca el segundo gol del Arsenal.
Bellerín marca el segundo gol del Arsenal.Frank Augstein (AP)

Uno de los aspectos que convierte al fútbol en una combinación de factores indeterminados, es el que hace referencia a la predisposición de las fichas sobre el tablero. Emplear a jugadores específicos por sus características particulares con un fin concreto puede llevar a que ocurra exactamente lo contrario.

Le sucedió al Chelsea ante el Arsenal, que acarició la victoria en el Emirates Stadium cuando pareció que con un punto tenía suficiente. Después del tanto inicial de Wilshere para los gunners Conte se conformó con el empate de Hazard, de penalti, a la vista de los cambios que hizo después. Drinkwater, un mediocentro defensivo, ocupó el lugar de Cesc, lo que dejaba a su equipo con tres anclas y un solo guía. Bakayoko y Kanté apretaban el cinturón, y solo Hazard quedaba libre de responsabilidades. Además, Zappacosta, lateral largo en zancada pero lateral a fin de cuentas, ocupó el lugar de Moses, un extremo que juega de carrilero, extremo a fin de cuentas. Pero dio la casualidad de que el defensa italiano centró raso desde la banda derecha y su colega en el costado izquierdo, Marcos Alonso, un defensa que marca cada vez que pisa el área rival, certificó la momentánea remontada.

Por eso, en ese momento el Chelsea se dedicó a hacer todo lo que parecía que debía hacer... Pero no pudo o no supo. El Arsenal es un equipo valiente, osado en la circulación de balón, confiado en sus armas. Sin embargo, la defensa que presentó en el campo, con los imberbes Chambers y Holding, no da para ganar un partido en la Premier, y a duras penas en la segunda inglesa. Morata fue el mayor beneficiado del sainete, pero no solo no sacó todo el petróleo que debía sino que sus errores fueron igualmente groseros. El español dispuso de dos mano a mano, claros, nítidos ante Cech y ni uno solo de sus remates terminó si quiera entre los tres palos. La desesperación de Conte, golpeando el césped una y otra vez, resumía a la perfección la escena.

Mientras el Arsenal tocaba la pelota, pasando siempre por Xhaka, Wilshere y Özil, un trío de zurdos por momentos deslumbrante, el Chelsea recurría a las piernas de Kanté y al cerebro de Hazard. El primero para robar balones y el otro para convertirlos en oro. El estado de forma del mediapunta belga le permite actualmente competir en velocidad con jugadores más rápidos que él y chocar con defensas más fornidos y salir airoso. Todo lo que hizo tuvo peligro. Solo Cech, excelso, un pulpo con las llaves y el control del garaje, deshizo la obra de la estrella blue.

Tuvo competencia el portero checo en el Chelsea, pues Courtois también demostró que pocos porteros de su envergadura disponen de una agilidad como la suya. Primero desvió un lanzamiento a bocajarro de Alexis que golpeó en los dos postes sin llegar a cruzar la línea de gol, y después repelió un disparo raso y fuerte de Lacazette con la punta de los dedos. En el gol de Wilshere, un misil que se coló tan pegado al primer palo que tuvo que golpear en él para escapar de las garras del belga, nada pudo hacer. Y en el de Bellerín, autor del penalti sobre Hazard, Cahill le tapó el tiempo suficiente como para no poder reaccionar a tiempo al disparo del lateral español, que vio calmado su tormento interno.

Si el fútbol es de por sí un juego basado en la variabilidad de sus ejecutores, el inglés orbita en una dimensión distinta. Por eso los partidos se juegan más que nunca en el tiempo de descuento. Y la mayoría de veces, como este último, es ahí donde se deciden. Tenga lógica o no.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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