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Marcelino convierte en brillante al Valencia cadavérico de las dos últimas temporadas

Hay satisfacción con el rendimiento del equipo y una fe absoluta en el técnico, pese a las tres derrotas en los últimos cuatro partidos

El técnico Marcelino durante el encuentro entre el Valencia y el Celta.
El técnico Marcelino durante el encuentro entre el Valencia y el Celta.Jose Miguel Fernandez de Velasco (©GTRESONLINE)

El Valencia despide el 2017 con la boca seca y un regusto amargo, pero aunque suene a contradicción lo hace cargado de optimismo. El equipo ha perdido tres de los últimos cuatro partidos de Liga: 1-0 en Getafe, 2-1 en Eibar y 0-1 en Mestalla ante el Villarreal. En el último mes de competición solo le ha ganado al Celta por 2-1. Diciembre ha sido negro para el murciélago, pero en el club nadie cataloga la racha como crítica. La palabra crisis iba cosida como una sombra al Valencia cadavérico que repitió el doceavo puesto en la tabla en las dos últimas temporadas. Lo del curso actual es diferente. Es brillante.

El equipo es tercero en la tabla con 34 puntos en 17 jornadas de Liga en una serie de diez victorias, cuatro empates y las tres derrotas de diciembre. Ha marcado 36 goles y le han hecho 17. Hace un año el equipo ocupaba el puesto decimoséptimo con 13 puntos tras 16 jornadas y un partido pendiente frente al Real Madrid. Sumaba tres victorias, cuatro empates y nueve derrotas. Había marcado 24 goles y le habían hecho 32. Sus números eran propios de un colista. De hecho estaba a un punto del descenso. En la comparativa con aquella temporada y con la anterior el grupo de Marcelino golea. "Hemos acertado con el entrenador", dijo el presidente de club Anil Murthy en la comida de Navidad con la prensa.

Hoy suma 21 puntos más que el curso pasado, está en zona de Liga de Campeones marcando una distancia de cinco puntos respecto a su último verdugo, el Villarreal, y de diez puntos respecto al séptimo clasificado, el Eibar, que está fuera de los puestos europeos. La gente se marchó desencantada tras el último partido de Liga pero no hubo pitos solo aplausos. De haberle ganado al Villarreal, el Valencia hubiera recuperado la segunda plaza y le habría metido ocho puntos al Sevilla y trece al Villarreal en la carrera por la Champions League de la próxima campaña. Eso es lo que lamentó la gente. Pero el doloroso recuerdo del año pasado impide censurar el magnífico rendimiento actual. Mestalla se levantó para aplaudir al equipo tras la derrota frente a los de Javi Calleja, donde el grupo de Marcelino fue superior, no mereció perder y fue castigado por el arbitraje de Trujillo Suárez.

"Me marcho con una sensación agria por la forma en que se produce la derrota ante el Villarreal porque no es justa pero mis sensaciones no son agridulces en el balance general de este primer tramo de temporada. Si el equipo hubiera demostrado un bajón de juego o vulnerabilidad, me iría preocupado. Es cuestión de racha; en juego, compromiso y esfuerzo estoy orgulloso", comenta Marcelino, que añade que la tercera plaza a estas alturas de competición no entraba ni en la más feliz de sus previsiones. "Creo que todos hubiéramos firmado marcharnos de vacaciones con 34 puntos. En situaciones adversas como nos vienen ahora, el equipo compite al máximo, es solvente, concede poco al rival y llega lo suficiente", dice.

Al Valencia le han pesado las bajas. Las ausencias de Murillo, Garay y Guedes y la sanción que apartó del equipo a Zaza en Ipurua explican el bajón del equipo. A Marcelino, que diseñó una plantilla corta, le ha sorprendido el jugo de su plantel que ha peleado arriba, codo a codo con el Barça, desde el inicio de la competición. Para aguantar firme en las alturas ha pedido refuerzos. El club trabaja en ellos para que el equipo aguante la cuesta de enero con Liga y Copa y gane una plaza para la Liga de Campeones.

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