Pogba, el jugador más caro de la historia, ante la presión de la Europa League
Para la final contra el Ajax, Mourinho resta peso al volante del United, que vive oprimido por los retos que se autoimpone
La primera jugada del Manchester United en la vuelta de la semifinal de Liga Europa que disputó contra el Celta en Old Trafford fue un pase de 60 metros de Blind a Fellaini. El balón atravesó en diagonal medio campo sobrevolando la hierba a unos cuantos metros de altura. Abajo, mirando la bola pasar como quien contempla un cometa, el jugador más caro de la historia del fútbol caminó en puntas de pie con un garbo incomparable. Nadie tiene más swing que Paul Pogba. Si no fuese tan elegante al aficionado medio le costaría trabajo identificar el valor excepcional que atesora. Esta temporada su juego se ha difuminado bajo una nube de pelotazos. La inminencia de la final de la Europa League que le enfrentará al Ajax en Estocolmo (20:45, BeIn Sports) le sitúa en el gigantesco foco de atención que él mismo contribuyó a crear.
Raynald Denoueix publicó esta semana una carta laudatoria de Xabi Alonso en el diario L’Équipe. Dijo: “Tú tienes el balón en los pies y el juego en la cabeza; Xabi, tú eres el fútbol”.
Denoueix, uno de los impulsores de la carrera de Alonso, sabe algo de mediocentros. Figura de relieve de la cantera del Nantes, es uno de esos viejos maestros del fútbol base de Francia alejados de la moda federativa que desde los 90 estimula el perfil atlético de los seleccionados en detrimento de los conceptos técnicos y tácticos. Pogba representa la máxima expresión de esta escuela de la exuberancia muscular. Preguntado por el mediocentro del United, Denoueix respondió ayer con un quiebro irónico: “Puedo hablar de la Liga...”.
120 millones
En las antípodas psicológicas de su homólogo Alonso, corría la primavera de 2016 cuando Pogba, todavía con 23 años, proclamó su visión para conquistar el Balón de Oro: “Yo quiero hacer de todo porque yo pienso que puedo hacerlo todo. El que sabe recuperar el balón, armar el juego, dar asistencias y marcar. A la vez el líder defensivo y ofensivo. Quiero crear al nuevo mediocampista. Uno que reúna las cualidades de los mejores especialistas”.
Poco después de aquellas palabras fue traspasado por la Juventus al United a cambio de 120 millones de euros. Un récord absoluto y una responsabilidad redoblada. Pogba siguió empeñado en hacerlo todo. Su entrenador, José Mourinho, fue incapaz de encauzar su caudal de cualidades en un equipo que juega, como hizo contra el Celta, cediendo la posesión al rival, al contragolpe, armando los ataques por las bandas y saltándose el mediocampo con balones largos. Durante la primera media hora de la semifinal en Old Trafford el francés aplicó toda su energía en correr detrás de Daniel Wass. Se destacó, sobre todo, por robar balones. No pudo ser de otro modo porque su equipo solo dispuso del 39% de la posesión.
El United acabó la Premier en sexto lugar. Muy por detrás del Tottenham, segundo gracias a la contribución de jóvenes como Dele Alli. A los 21 años, no hace mucho que Dele Alli fue un mediocentro esbelto y ágil como Pogba. Pero mientras que el francés hace de todo en un equipo que no es excelente en nada, el inglés se moldea como un llegador fenomenal en el esquema de Pochettino. Apoyado en su olfato para el desmarque, siempre parece listo para recibir la pelota y para colocarla en la red. Así sumó 22 goles y 13 asistencias en todos los torneos. Pogba, que interviene más, se ha quedado en ocho goles y seis asistencias.
Durante sus cuatro temporadas en la Juve, el joven prodigio se amoldó a un protocolo mental y táctico que le permitió brillar rodeado de gente que conocía el plan. Un año después del fichar por el United nadie parece satisfecho con Pogba. Esta semana, Ruud Gullit, Balón de Oro en 1987, le lanzó un hachazo: “No creo que el Ajax deba preocuparse por Pogba; en Inglaterra no ha causado ningún impacto”.
Paul Pogba vive bajo la presión de su precio y su ambición. Ganar la Europa League le servirá para descomprimirse.
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