El Real Madrid, a rematar la Liga en Málaga
Al equipo de Zidane, liderado por Cristiano, le basta un punto en La Rosaleda para cantar el alirón y lograr un campeonato que se le ha resistido en los últimos años
El Madrid es el líder y también el favorito para ganar este domingo la Liga. Le alcanza con un punto para cantar el alirón en Málaga (20.00, Movistar Partidazo). La marcha triunfal del equipo de Zidane ha sepultado los malos recuerdos de los campeonatos perdidos el último día en Tenerife. El técnico apostó nada más empezar la temporada por ganar un torneo que le es esquivo al equipo desde 2012 —el anterior es de 2008— y la respuesta de los jugadores ha sido rotunda, un motivo más para que las risas y el buen ambiente sigan reinando en Valdebebas. No han cambiado las costumbres en la última jornada: la música sigue sonando a todo volumen en el vestuario y Zidane no ha concentrado a la plantilla, que viajará hoy al completo, incluidos los lesionados Bale, Carvajal, Pepe y James.
¿Qué explicación hay para que esta generación tenga más Champions que Ligas —sólo ha ganado una de las últimas ocho—? ¿Qué han hecho mal sus antecesores y qué ha hecho bien usted?, le preguntaron ayer a Zidane. Siempre respetuoso, dijo que él todavía no ha ganado la Liga. Hay futbolistas como Isco, Kroos, Modric, Bale y Casemiro que no saben lo que es festejar un título de la Liga. Y suman más Champions que Ligas.
Salvo Ramos, Marcelo y Pepe (campeones de Liga en 2008 y 2012), los demás tienen más orejonas que campeonatos en su palmarés. “Eso dice mucho de lo duro que es el campeonato. Es el día a día, 38 jornadas en las que tienes que demostrar que quieres ganarlo. Los jugadores han estado fenomenal, merecemos lo que estamos haciendo. Hay que acabar el trabajo”, analizó Zidane.
La brújula de Cristiano
Repitió el técnico lo que dijo Cristiano después de golear al Celta. Que el Madrid, aunque le valga un empate, no va a salir a especular a La Rosaleda. “Queremos ganar para demostrar que somos los mejores”, afirmó Cristiano en Balaídos. El hambre del portugués es contagiosa y funciona como la brújula del equipo: lleva 24 goles en Liga (39 en total con un promedio de un tanto cada 101 minutos) y llega en plena forma al tramo final después de pactar con Zidane que se dosificaría, circunstancia decisiva para explicar también que el Madrid alcanzara su tercera final en cuatro años en la Champions.
El Madrid y Cristiano han aguantado el pulso psicológico con el Barcelona desde la derrota en el clásico (2-3). El portugués marcó en todos los partidos que jugó desde entonces (un tanto al Valencia y dos al Sevilla y al Celta). Tampoco ha aflojado el Barça.
Los azulgrana saben, en cualquier caso, que están en manos del Madrid. Y no será fácil que el equipo se concentre hoy en el partido del Camp Nou. El aniversario de Wembley y los actos que se organizarán con motivo del homenaje al Dream Team tienen distraída a la afición, que además despedirá a Luis Enrique. “No pienso hacer nada especial porque no me voy. Es un hasta luego porque el año que viene estaré con todos los culers, vendré al campo y me sentaré en mi asiento de socio”, argumentó Lucho cuando se le demandó por la gratitud que recibirá con motivo de su último encuentro en el Camp Nou. “Un poco de morriña me dará. Pero tenía claro que esta sería una etapa corta. Aquí las cosas son tan intensas que pasan muy rápido. Estoy súper orgulloso y me siento un privilegiado”.
El ambiente en el vestuario no es el mismo que el del Madrid. “Estas últimas semanas las vivimos de forma diferente a las de temporadas anteriores, cuando ganamos el campeonato. Ahora, el título no depende de nosotros. Eso significa que no hemos hecho las cosas bien”, completó Luis Enrique, que recupera a Piqué y se muestra esperanzado con el Málaga: “Me fío de la profesionalidad de todos los jugadores y entrenadores. Dejad que cada uno haga su trabajo”, subrayó.
“Si conseguimos que se dé la carambola fantástico y si no habrá que felicitar al campeón de Liga”. El Eibar, además, recuerda todavía aquel empate del Barça con el Deportivo que hace dos años mandaba al cuadro eibarrés a Segunda hasta que se produjo el descenso administrativo del Elche.
Acabada la Liga, al Barça le quedará la Copa y al Madrid le aguarda la Champions. Si Luis Enrique ganó un triplete en su primer año y un doblete en el segundo, Zidane aspira ahora a lograr la Liga y la Copa de Europa, éxito que en el Bernabéu no se da desde 1958. “Es espectacular”, advirtió Zidane cuando se le preguntó por la salud de su equipo. “Llegamos bien de ánimo y físicamente de puta madre”.
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