Guardiola y Mourinho exhiben las limitaciones de sus equipos

Fue un empate sin chicha ni goles, un fiel retrato de la decepción y las limitaciones de los dos grandes de Manchester, que durante el próximo mes pelearán por entrar en la próxima Liga de Campeones por la gatera. Es para ambos más una obligación que un premio, un mínimo para justificar tanta expectativa no correspondida por el rendimiento. Cuando el pasado mes de septiembre Mourinho y Guardiola se cruzaron por primera vez en la Premier League el mundo pareció pararse. Meses después son teloneros de Chelsea y Tottenham, segundones también a nivel continental, donde el United aún trata de encontrar un alivio que le sitúe de nuevo entre los grandes a través de la Europa League. Enfrascados ambos en una espiral de onerosas adquisiciones, jugar la Champions les ayudaría a mantener ese tren de vida. El United lleva dos años lejos de ella y la campaña pasada ingresó algo menos de 4 millones de euros por derechos de participación y televisión en la segunda competición europea. Su rival, en la máxima, recaudó 84 millones en esos conceptos.

Quieren estar a esa altura, pero les da justo para superar el listón. Su último duelo les exhibió chatos, sin picante en una nadería en la que se acomodó el Manchester United, que es una roca y lleva 24 jornadas sin perder, desde finales de octubre. Ante el City sumó su undécimo empate en esa racha. En los 14 partidos que ha disputado en la Premier durante 2017 apenas ha encajado cinco goles. Ahora encadena cuatro partidos sin encajar. Hay algo de aquel coriáceo y canchero Oporto campeón con Mourinho en esta nueva obra del técnico luso, que sigue por detrás en sus duelos con Guardiola: ocho victorias para Pep, cuatro para Jose y, ahora, siete igualadas.

El City hizo más por ganar, pero acabó enredado en una borrasca. Agüero mandó el balón al palo a los ocho minutos de partido e iluminó a su equipo con alguna maniobra, pero añoró el factor diferencial que le aporta Silva, lesionado y espectador en la grada vecino a Nolito, que hace ya tiempo que apenas cuenta para Guardiola. De Bruyne y Sané quisieron tomar el pincel, pero trazan más grueso que el segundo mago de Arguineguín.

El United esbozó alguna contra antes del descanso; en la segunda se replegó sin ambages, más en el tramo final cuando Fellaini agredió a Agüero y se fue a la caseta. Guardiola llamó entonces a Gabriel Jesús, de vuelta tras dos meses de baja. El brasileño marcó en el descuento, pero en fuera de juego bien visto por el linier. No pierde Mourinho, pero le queda un mes de aúpa con el doble enfrentamiento contra el Celta para buscar la final de Estocolmo y sendas salidas para visitar a Tottenham y Arsenal. Más sencillo tiene el calendario el City, apenas enfrascado en cinco citas domésticas contra equipos de menor nivel. Ambos dependen de si mismos para llegar a su pírrico objetivo primaveral.

Así está la clasificación de la Liga inglesa.