Viñales: “No tengo bajón, pero estoy enfadado”

El nuevo líder del Mundial, Valentino Rossi, se mostró encantado con su nueva condición. Además, claro, de con su nueva moto, de la que se va quejando menos a cada carrera. La primera posición de la general responde a su constancia. Aunque todavía no ha ganado ninguna carrera, ha subido al podio en las tres citas celebradas hasta el momento. “Es una gran sorpresa, incluso para nosotros. El invierno fue muy mal, pero al final nos hemos dado cuenta de que hicimos la elección correcta de chasis. El único problema es que nos costó más entender los cambios y adaptarnos a ellos. La moto es muy buena y responde muy buen en los finales de carrera”, explicaba este domingo por la tarde en Austin, donde su mejor resultado es el segundo puesto de este gran premio, motivo por el que también estaba eufórico.

Más información

A Márquez le sale alma de cowboy en Austin

Rossi y la Yamaha del cambio

Además, no le preocupa no haber logrado ninguna victoria todavía, pues sabe que para pelear con Márquez y Viñales la regularidad no lo es todo. “Cuando empiezo la temporada el primer objetivo es ganar carreras; y este año es lo mismo. Además, ahora llegamos a Europa, viene una parte del calendario que me gusta mucho, el Mundial auténtico”, apunta, y no oculta que las que vienen son pistas que se le dan mejor.

Estaba menos risueño su compañero de equipo, Maverick Viñales, que se cayó en la segunda vuelta y no puntuó. “No tengo ningún bajón, pero estoy enfadado. La moto iba muy bien, ha ido muy bien todo el fin de semana. El sábado por la mañana todo el mundo se caía y yo estaba en la moto. Ha sido una caída extraña, realmente no entendemos por qué me he caído; he hecho el mismo paso por curva que por la mañana, la misma línea, y me he caído. No me sentía cómodo con el tren delantero en la carrera. Pero no hay que darle más vueltas”, indicaba.

Aunque por momentos pareció insinuar que el neumático delantero que usó en la carrera podría haber estado en mal estado, luego fue matizando el discurso: “Ojalá hubiera sumado siquiera un punto, solo uno, porque todos son importantes. Pero hoy creo que no estaba en nuestras manos, estaba muy difícil acabar encima de la moto, más si hubiera aguantado más vueltas con esos neumáticos. Es difícil echarle la culpa a alguien, es mejor mirar hacia delante y ser positivos”, dijo.

El piloto de Yamaha explicó que pese al fantástico fin de semana, el domingo por la tarde no tuvo buenas sensaciones desde la primera vuelta ­–“el neumático delantero me patinaba”–, por eso cree que no hubiera podido pelear con Márquez: “No sé qué hubiera pasado, me sentía mal e incluso estaba pensando en no arriesgar más de lo necesario cuando me he caído”.

Nada que ver con cómo se sentía Márquez, dicharachero, bromista y resuelto, difícil decidirse entre si sabía mejor la victoria o el pellizco de puntos en la clasificación a consecuencia del cero del de Yamaha. “Sabe mejor la victoria, porque la necesitábamos, pero como además volvemos a la lucha por el campeonato, eso nos da más motivación. Nunca nos fuimos, pero estar más cerca y no tener que ir a remolque siempre es bueno”, apunta. Esta vez nadie le convenció de que no saliera a la pista con las gomas más duras, como ocurrió en Qatar, donde se vio incapaz de competir por las plazas de podio. Y parece que todavía le escuece. “Aquí tenía presión porque notaba esto de que todo el mundo esperaba la victoria y algunos esperaban el pinchazo, para poder decir que la racha de Márquez en Estados Unidos se había acabado, pero lo hemos alargado, mínimo, un año más. Al mismo tiempo, tenía la confianza esa de saber que se trata de un circuito que me va bien y que normalmente para mi estilo de pilotaje va bien”, concede. Esa confianza que le permitió decantarse por la goma delantera dura pese a las negativas de su equipo. “Tocaba arriesgar”, remata.