Zidane: “Había que ser listos, no lo fuimos”

Cuando Orellana marcó el segundo gol de la noche, en el banquillo del Valencia todos se miraron con cara de incredulidad intentando disimular la risa floja. Parecían decirse: ¿En serio? ¿En serio somos nosotros los que vamos ganando 2-0 a los ocho minutos? Y sí, era el Valencia. Zaza, poco encimado por Varane, dejó boquiabierto el estadio tras clavar un zurdazo por la escuadra después de controlar el balón, bajarlo y girarse. Casi sin pestañear. Cuatro minutos después le tocó a Orellana. La contra del Valencia empezó por una mala entrega de balón de Varane. Zaza, Nani y Orellana se plantaron en el área del Madrid con cuatro toques y el chileno colocó el balón entre las piernas de Keylor Navas.

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Cristiano meneaba los brazos; Modric, la cabeza. Nadie parecía entender nada. El Valencia, con dos contras letales, acababa de noquear al Madrid. Empezó y terminó cuesta arriba la semana en la que los blancos recuperaban el primero de sus dos partidos aplazados. Era, sobre el papel, la semana propicia para poner tierra de por medio con respecto a sus perseguidores. Perdió el Madrid la oportunidad pese al gol de Cristiano poco antes del descanso. También pese al asedio al que sometió al Valencia nada más empezar la segunda parte.

Un Valencia que terminó en apnea, con jugadores acalambrados, pero que, empujado por su público, se agarró a la fe y al resultado como si le fuera la vida en ello. Ahora está diez puntos por encima del descenso. Algo con lo que nadie soñaba siquiera antes de Navidades con la marcha de Prandelli y el enésimo cambio de entrenador.

Fue un golpe inesperado para el Madrid, que llegaba a Mestalla con toda la plantilla, con el once de gala, con buena salud y con ninguna fisura. No las mostró contra el Espanyol en el último partido de Liga. Sí alguna contra el Nápoles, pero supo darle la vuelta. El golpe inesperado reactiva ahora a los rivales: el Barcelona visita el Calderón el domingo pocas horas antes de que los blancos jueguen en el campo del Villarreal. Lo hará con un ánimo diferente al que habría tenido estando a cuatro puntos del líder.

Es el segundo partido que pierde el Madrid en la Liga. El primero, contra el Sevilla a mediados de enero, puso fin a la racha de 40 partidos invictos y dejó secuelas. Los de Zidane volvieron a caer cuatro días después contra el Celta en la Copa. Jugadores y técnico dijeron que la derrota en Sevilla les había hecho mucho daño. ¿Qué efectos tendrá este golpe en la plantilla?, le preguntaron al técnico francés. “Espero que ninguno… pero tenemos que estar siempre atentos porque el fútbol tiene momentos en los que si no estás concentrado te castiga. Tenemos que ser un poco más listos, había que serlo y en los primeros diez minutos no lo fuimos. El partido lo perdimos en los primeros diez minutos”, comentó.

No se ganan los partidos por el siempe hecho de estar en el campo ZINEDINE ZIDANE

¿Por los errores defensivos? ¿Esos errores condenaron al equipo?, le insistieron. “Sí, porque con el balón entramos bien, tuvimos oportunidad de marcar, fallamos y en dos fallos nuestros nos meten dos goles. Teníamos 80 minutos por delante para volver al partido, lo hicimos, pero nos faltaron muchas cosas”, explicó Zidane. "No hay excusas, los culpables somos nosotros, hemos entrado mal al partido, hemos intentado remontar, pero no lo hemos conseguido. Hemos encajado dos goles tontos, seguimos arriba, pero hay que cambiar algunas cosas y aprender de los errores”, analizó Marcelo. "Duele más porque era una jornada para abrir distancia", lamentó Ramos.

¿Qué cosas le faltaron al Madrid?, le preguntaron a Zidane. “Con el balón estuvimos bien. Nos ha faltado concentración sin balón, atención defensiva y lucidez en el último pase. Zaza nos ha hecho daño jugando siempre entre líneas. No hemos estado juntos. Ese juego entre líneas te mete en la mierda, perdón por la palabra”, analizó Zidane al que preguntaron si después de esta derrota tiene la sensación de que el Madrid tendrá que sufrir mucho en esta Liga para ganarla. “Lo pensaba incluso antes del partido. Y lo habría pensado también si hubiésemos ganado. Ahora es más difícil todavía. Perdemos tres puntos, no cambia nada porque vamos por delante, pero tenemos que pensar que no se ganan los partidos por el siempe hecho de estar en el campo", contestó.