Las claves del récord de Zidane
Las ganas de luchar del Madrid, que suma 40 partidos invicto y no pierde desde abril, han contagiado a todos, las rotaciones funcionan e incluso Cristiano se ha amoldado a ellas
El Madrid salvó el récord de 40 partidos invicto al más puro estilo Madrid: remontando, sufriendo y marcando en el último suspiro. Podría haber pasado a cuartos de Copa incluso perdiendo contra el Sevilla, pero Benzema dijo que no. Las ganas de luchar del conjunto blanco han contagiado a todos, incluido al punta francés al que se le puede describir con muchos adjetivos menos el de peleón. Y, sin embargo, el jueves se empeñó en la pelea por el balón y consiguió marcar el 3-3. El Madrid, que persigue ahora el récord de 43 partidos invictos de la Juve (2011-12), no pierde desde el pasado mes de abril (2-0 en casa del Wolfsburgo). Muchas son las claves que explican esta racha sin precedentes en el fútbol español.
Rotaciones. Zidane las defendió desde el principio. Es su manera de que los suplentes respondan cuando los necesita (y ha pasado muchas veces a lo largo de la temporada) y también de demostrarle al grupo que todos son importantes. “Lo que pienso es que vamos a ganar todos juntos y eso les transmito. Cuando entrenas toda la semana, tienes que tener una oportunidad de jugar”, decía el día del Granada. A esas rotaciones se ha amoldado incluso Cristiano Ronaldo que no había entrado en razón con ningún otro entrenador. Los minutos de la plantilla se han repartido de tal manera que sólo Carvajal y Varane suman más de 2.000 sobre un total de 2.670.
Fondo de armario. La estrategia adoptada por Zidane ha dado sus frutos. Los teóricos suplentes han respondido (salvo algunos casos puntuales como Coentrão o Danilo) cuando el técnico los ha necesitado. Se lesionó Benzema y Morata tomó los mandos. Bale lleva mes y medio fuera y Lucas ha dado brillo a esa banda. Kovacic hizo de Modric, Kroos y Casemiro (el brasileño es el único jugador de la plantilla sin recambio natural). Varane y Nacho han capitaneado la zaga durante las ausencias de Ramos y Pepe. Asensio ha dejado detalles de estrella las veces que ha ocupado la banda de Cristiano. Prueba de ello, el golazo del jueves: 70 metros de carrera en 11 segundos y 8 toques.
Fe y camiseta. “La camiseta del Madrid te lleva a no rendirte y a no dar nunca los partidos por perdidos”, repiten los jugadores. Esa fe y ese carácter le han permitido remontar en siete ocasiones. Contra el Wolfsburgo el año pasado en Champions (en el partido de vuelta el Madrid se impuso 3-0), en la Supercopa contra el Sevilla, en el doble duelo de Champions contra el Sporting, contra el Barça en el Camp Nou, contra el Deportivo y también contra el Kashima en la final del Mundialito.
Todos a una. Zidane dijo nada más llegar al banquillo que hablaba poco. Pero se ha mostrado dicharachero. Su discurso convence a la plantilla. Todos han remado en una dirección (el último en unirse ha sido James). Incluso en el momento más delicado de la temporada (los cuatro empates seguidos en septiembre).
Condición física. Temían en el club un desplome parecido al de Ancelotti después de ganar el Mundialito y enfilar una racha de 22 victorias seguidas. Zidane siempre repetía que la vida no es cíclica, que lo que pasó una vez no tiene por qué volver a pasar, que él creía en el trabajo y que los jugadores también y que si seguían trabajando no tenían por qué cambiar las cosas. Después del viaje a Japón (la plantilla regresó el 19) sólo concedió una semana de descanso. El 27 estaban en Valdebebas a las ordenes de Antonio Pintus, el preparado que diseñó una minipretemporada.
Humildad. Siempre que le preguntan por el récord, Zidane responde que el mérito es de los jugadores y que tiene mucha suerte de entrenar a un grupo con tanta calidad. Nunca saca pecho de las victorias ni de los títulos. Nunca se ha metido en polémicas ni ha tenido malas respuestas. “Tenemos hambre de entrenar, de jugar con la familia que ha creado Zidane”. Marcelo resume así el momento que vive el Madrid.
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