James también se remanga
El colombiano, otro de los suplentes de lujo de Zidane, se convierte en el máximo asistente del Madrid
Decía Luka Modric la semana pasada que el golpeo con el exterior no se practica, o se tiene o no se tiene. A él le sale natural. Igual que a James. A falta del croata (operado a principios de octubre por un problema en el cartílago y todavía de baja), el colombiano también tira de talento. Anoche, en el Reino de León, dio un pase con el exterior a Morata en el tercer tanto del Madrid. En la goleada de los blancos, James se convirtió en el máximo asistente del equipo.
Dio tres pases de gol, los mismos que llevaba esta temporada (dos en Liga y uno en Champions) y supera a Kroos y Lucas Vázquez (cinco). Después del último, el que terminó con la chilena de Nacho, se llevó las manos la cabeza, incrédulo por lo que acababa de hacer su compañero.
Fue el quinto partido de titular de James, que junto a Morata, Lucas e Isco, forma parte de los suplentes de lujo de Zidane. El técnico siempre ha negado que ese tipo de jugadores pueda terminar desenganchándose del equipo al verse empleados básicamente como revulsivos. Según él los futbolistas se entrenan primero para ellos, porque les gusta, independientemente de si luego juegan o no. Su consejo: disfrutar del día a día en el Madrid porque esto no es eterno.
Ayer le preguntaron al francés cómo consigue que los que nunca juegan lo hagan tan bien cuando les toca, algo a priori bastante complicado y más en un vestuario como el del Real Madrid. “No es complicado, es lo normal, todos saben que es difícil jugar siempre. Mi responsabilidad es esta, que el equipo compita en cada partido y jugada”, contestó.
En el caso de James (fichaje estrella por 80 millones en verano de 2014), la falta de protagonismo ha sido más complicada de llevar. Sobre todo porque su aterrizaje en el Madrid fue tan fácil que en su primera temporada ni siquiera necesitó adaptación. Jugó 46 partidos (3.524 minutos), marcó 17 goles y dio 18 asistencias. Todo iba sobre ruedas. El estancamiento llegó el año pasado (1.818 minutos; 8 goles; 10 asistencias). Entre las lesiones, las recaídas y continuas recuperaciones y la poca confianza que Benítez tenía en él, James pasó a un papel secundario tanto que el club se planteó aceptar ofertas este verano.
Ni siquiera Zidane, que en sus primeros días en el banquillo dijo que a futbolistas como Isco y James había que darles cariño y confianza, terminó contando con el colombiano para el tramo final de la temporada y para los partidos importantes de la Champions. Su suplencia se convirtió en cuestión de estado para los periodistas de su país. Este año, su tercero en Madrid, el mediapunta parece haberse remangado.
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