Juega Las Palmas, gana el Villarreal

La fe del Villarreal le dio el triunfo en los últimos instantes del partido gracias al acierto de Bakambu. Remontó el conjunto de Escribá un partido mejor jugado por Las Palmas que puso el fútbol y la dulzura, cadente a ritmo canario, vencido finalmente por la pasión local en una de sus peores versiones, sin temple, desnaturalizado por el buen hacer de los insulares plagado con futbolistas de buen pie, con Roque Mesa como director de la orquesta canaria, con una sola tacha en un partido excelso que alimentó las esperanzas del Villarreal. Un penalti evitable cometido por Roque Mesa, levantó el ánimo al conjunto castellonense, deprimido una hora por el pausado despliegue canario.

Jugó Las Palmas y se llevó los tres puntos el Villarreal que le sitúan en la parte noble, invicto, gracias a la madurez competitiva que le faltó a Las Palmas, un rival digno como pocos, agradable, con futbolistas de técnica notable, bien dirigidos por Quique Setién de filosofía epicúrea.

Concedió el Villarreal unos pocos minutos de cortesía a Las Palmas que se cogió en serio el partido, elegante en el despliegue a partir de Roque Mesa, un centrocampista mayúsculo que en su cabeza gestiona con criterio a su equipo. Con más vértigo, el conjunto de Escribá asomaba con picante al área de Lizoain, aliviado tras un mala salida y despeje que cayó a los pies de Jonathan dos Santos, acabando en el larguero el suave disparo picado del mexicano, rematado a gol por Bakambu, invalidado el tanto por fuera de juego.

Sin amedrentarse, tocaba sin cesar Las Palmas el esférico no permitiendo el Villarreal que el conjunto canario se arrimara con apuros a las cercanías de Asenjo. Cambió el panorama a partir de los 20 minutos de partido. En una falta de entendimiento de Bruno y Víctor Ruiz, el equipo canario se encontró con un contragolpe idílico abortado en última instancia por Asenjo, felino en su intervención a disparo de Tana. En una acción posterior, a Boateng le faltaron unos centímetros para empujar el balón a la red tras un pase lateral de Michel Macedo. El conjunto de Quique Setién comenzaba a incomodar al Villarreal. Al tercer aviso acertó de pleno en una acción espectacular, llena de imaginación y precisión, iniciada por Jonathan Viera con un pase picado a Tana que envío de espuela al centro del área y que empaló a la red Boateng en un remate acrobático. Un bello gol para un hermoso equipo.

Con el marcador en contra y sin el esférico, el Villarreal pasó unos instantes aturdido, recuperado al final del primer acto con más intención que temple, que tuvo su continuación en la segunda mitad. La intensidad amarilla empequeñeció a Las Palmas, ya sin la posesión del balón protegiéndose con organización. No encontraba el ritmo justo el Villarreal para hacer efectivo su dominio virtual y encontró un aliado inesperado en Roque Mesa que cometió un penalti por agarrón a Sansone que el mismo se encargó de materializar. Con el empate, el equipo insular quedó tocado, expuesto al fervor del conjunto amarillo que encontró la victoria final con un gol de Bakambu. El Villarreal va en serio.