Once historias de vikingos
Islandia ha alineado en todos los partidos de esta Eurocopa el mismo equipo y apenas hace variaciones sobre esa base en los tres últimos años
Está por determinar el impacto de la epopeya islandesa en la Eurocopa, un incomparable escaparate para un país inhóspito y una sociedad por muchos desconocida, también un expositor para sus mejores futbolistas. Lagerbäck y Hallgrimsson, que conforman el dúo técnico, se amparan en un 4-4-2 y propician un estilo que desprecia la posesión (no llega al 30% de media en los cuatro partidos anteriores) y prima la verticalidad tras recuperar el balón (ocho remates de media).
Islandia ha empezado con el mismo once los cuatro partidos en esta Eurocopa y no se aguardan experimentos hoy ante Francia. Son los mismos que en la clasificación superaron a Holanda en el Amsterdam Arena. Once jugadores con once historias. Portugal, Hungría, Austria e Inglaterra no han podido con ellos.
Halldorson, 32 años. Guardameta del NEC Nijmegen que debutó con la selección hace cinco años. Le queda un año de contrato en su club holandés, del que salió en marzo para irse, en busca de minutos, al Bodo Glimt noruego porque no jugaba tras una lesión en el hombro. Disfruta de una excedencia en una productora de televisión para poder dedicarse profesionalmente al fútbol.
Saevarsson, 31 años. Lateral derecho versátil del Hammarby sueco que puede jugar como central o en el flanco zurdo. Muy rápido. Se dedicó al fútbol tras descartar ejercer como piloto de aviones.
Arnason, 33 años. Central trotamundos que pasó por la universidad norteamericana de Gonzaga (conocida por su vocación baloncestística y ser la cuna de John Stockton), la liga danesa, la cuarta categoría inglesa, el Aberdeen escocés, subió a la Championship con el Rotherham y ahora juega en el Malmoe sueco, con el que se llevó diez goles en su doble cruce contra el Real Madrid en la última Liga de Campeones. Va bien por alto, tosco con el balón en los pies. No intenta más de lo que sabe.
Sigurdsson, 30 años. Líder de la zaga. Al igual que Arnason habían dejado de ser habituales en la selección, pero la llegada de Lagerbäck les volvió a reclutar para la causa. Dice que nunca tuvo miedo a nada cuanto menos a cualquier delantero y que prefiere ver un partido de balonmano que uno de fútbol. Juega en el Krasnodar, cuarto en la liga rusa.
Skulason, 29 años. En el Odense juega en medio campo, lo hizo también como extremo, pero se adapta al lateral zurdo. Su fuerte carácter le ha ocasionado más de un problema en el campo. Maneja una oferta del Groningen para dejar el fútbol danés y regresar a Holanda, donde llegó con 15 años para formarse en el vivero del Heerenveen.
Gunnarson, 27 años. Centrocampista defensivo. Un líder que con 22 años ya era el capitán de la selección. Especialista en el inicio de la jugada que le dio dos goles decisivos a Islandia en esta Eurocopa: el saque de banda al corazón del área. Duro, con casta y recorrido. Juega pro delante de su zaga, pero tiene recursos para llegar al área rival. Marcó ocho goles hace cuatro temporadas cuando el Cardiff subió a la Premier. Fue su única campaña al más alto nivel.
Gylfi Sigurdsson, 26 años. Seda islandesa, un talento que ya se anunciaba desde niño y se curtió en Inglaterra y Alemania. Descartó una oferta del Liverpool para irse al Tottenham, pero no triunfó porque tampoco tuvo paciencia para esperar su momento. Prefiere ser cabeza de ratón en el Swansea, jugar con libertad para ser un box to box. Buen golpeo. Especialista a balón parado, le llaman el Beckham de la isla, quizás también por el faranduleo: su pareja fue Miss Islandia.
Gudmundsson, 25 años. Extremo forjado en Londres desde la niñez, pero que con 18 años decidió regresar a su país. De inmediato fue designado como el mejor jugador de la liga y le llegó una oferta del Hamburgo. Acabó en el AZ Alkmaar, donde pasó cinco años antes de volver a Londres e incorporarse al Charlton, con el que acaba de bajar a la tercera categoría. Busca, obviamente, una salida. El Metz, recién ascendido a la primera división gala, ya ha preguntado por él.
Bjarnason, 28 años. Un motorcito en el Basilea suizo. Puede jugar en cualquier posición en la medular, pero en la selección cae hacia la izquierda. Guerrero. De niño se fue con la familia a Noruega y descubrió con desagrado como los equipos infantiles entrenaban apenas dos veces por semana y no cinco como en su tierra. Jugó en Italia (Pescara, Sampdoria) y Bélgica. Gran despliegue, aseado con el balón, tiene gol. Siempre va hacia delante.
Sigthorsson, 26 años. El Ajax pagó 6 millones de euros por él cuando tenía 21 años y lo traspasó al Nantes por 5 el pasado verano cuando ya había suscitado el interés en Premier e incluso en la Liga porque la Real Sociedad valoró su incorporación el pasado verano. En el Ajax no era indiscutible, pero sus cifras realizadoras siempre fueron estimables. Con Islandia lleva una media de un gol cada dos partidos.
Bodvarsson, 24 años. La única agregación al once que inició en 2013 la repesca contra Croacia en busca de un puesto en el pasado Mundial. Entonces este esforzado delantero con poco gol jugaba en Noruega. En enero llegó a la Bundesliga 2. Juega el Kaiserslautern. Fuerte en los balones por alto, nada sutil.
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