Bale: “Me siento más implicado”
Bale afirma que tras la frustración de la temporada pasada se reforzó, enriqueció la relación con sus compañeros del Madrid y comprendió mejor el fútbol español
Se abrió la puerta metálica de la sala de conferencias gris de Valdebebas y en contraste con la iluminación débil, como de administraciones penitenciarias, apareció sonriente y gentil Gareth Bale embutido en el chándal de Adidas color fósforo, la coleta ceñida en la coronilla, la barba de una semana y los ojos bien abiertos, como intentando comprender a la audiencia inquieta que se apiñó mirándole. Cuando faltan tres días para el clásico de Liga en el Camp Nou y después de dos años y medio de residencia fija en Pozuelo, la pregunta resonó con el tono inexorable del reportero que ignora que a Bale le chiflan los chuletones de buey del asador Txistu.
—¿Usted ya se ha adaptado a España, a su cultura, a su comida, a su lengua...?
—Me siento más implicado con el país, con el idioma, con la ciudad. Me siento muy a gusto en el Madrid. Tengo un contrato hasta 2019 y espero ganar todos los trofeos que pueda—, respondió en inglés.
Pocos jugadores resultan tan escrupulosos con el protocolo de la banalidad de los actos promocionales como este muchacho recoleto de Cardiff que tan escasamente conocen los aficionados madridistas. Quizás en un intento por satisfacer una demanda social, el Real Madrid organizó ayer una conferencia de prensa con Bale.
El Madrid interrumpió hace más de una década la tradición según la cual diariamente el club abría sus puertas para que los socios y los periodistas asistieran a los entrenamientos completos. Por el camino, también se interrumpió la costumbre de que al menos un futbolista ofreciera una conferencia para repasar las novedades cotidianas. El club cambió de política repentinamente. Por la mañana convocó a los medios y por la tarde informó del sujeto. La elección no fue casual.
El presidente, Florentino Pérez, considera que Bale es el emblema del Madrid del futuro. La estrella fundamental alrededor de la cual se construirá el proyecto con el que pretende ilusionar a la masa social a partir de la próxima temporada, acabe como acabe la presente.
“Supongo que ha cambiado un poco”, dijo Bale, optimista, cuando le preguntaron si no tenía la sensación de que últimamente el público lamentaba más sus ausencias. “Tal vez el año pasado no me acerqué a mi potencial. Este año me siento más establecido. Para mí es muy importante trabajar duro. Me he compenetrado más con el equipo, he mejorado un poco y eso se nota en el rendimiento en el campo”.
Bale metió 15 goles en 21 partidos esta temporada. Nunca desde que le ficharon en 2013 al Tottenham a cambio de 100 millones de euros el atacante británico había lucido un promedio tan eficaz. Él lo atribuye no solo a una mejora en la puntería sino a razones más complejas, como que ahora habla un castellano más fluido y se comunica mejor con sus compañeros, tanto en el vestuario como en el campo, y esto le permite mejorar su aprendizaje futbolístico.
Spain is different
“El fútbol español es muy diferente del británico”, explicó. “En la Premier las jugadas van más de portería a portería y hay muchos más espacios. Pero creo que estoy mejorando todo el tiempo, cada año. El año pasado me dejó un sabor amargo. Se me hizo muy difícil. Pero las dificultades también me hicieron más fuerte. Ahora entiendo mucho mejor el juego y espero ofrecer mucho más en el futuro”.
Alguien le planteó la cuestión del millón. “¿Cómo se le puede ganar al Barcelona?”. El asunto es escabroso porque Bale conquistó el clásico de la final de Copa de 2014 (1-2) con un majestuoso gol que dio el triunfo a su equipo, pero en la Liga ha disputado cuatro clásicos y los ha perdido todos ofreciendo unas estadísticas desoladoras. Dos remates a puerta (seis en total) en 331 minutos disputados y ningún gol.
“Tenemos que meter goles, mantener nuestra portería a cero y ganar el partido”, dijo, antes de soltar una risa, escandalizado ante la obviedad que acababa de pronunciar. “Será un partido muy difícil. Tendremos que estar al cien por cien. Atacar y explotar sus debilidades. Ese es el plan. Tengo confianza en que si lo hacemos bien podremos ganarle al Barcelona”.
Antes de despedirse, Bale desbarató uno de los mitos más arraigados en torno a su figura: que su puesto favorito es la banda izquierda. “A mí me gusta jugar en el medio”, zanjó; “pero si no es así, prefiero hacerlo en la derecha ya que puedo tirar la diagonal y actuar con libertad. Ahora bien, si me ponen en la izquierda no me molesta”.
Por fin ya sabemos la verdad.
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