Llorente acerca al Sevilla a octavos

No se detiene el Sevilla. La maquinaria que dirige Unai Emery sumó con toda solvencia su triunfo 14 consecutivo en casa, destrozando a un Molde que empezó fuerte y acabó machacado por un equipo que está llegando al tramo final de la temporada en un estupendo momento de forma. Con una actuación eficiente, el Sevilla convirtió la vuelta en Noruega en poco más que una excursión a las frías tierras nórdicas. Todo le salió bien a Emery. Buen resultado, excelente juego y perfecta elección de los mimbres. Apostó por Llorente, que no había sido convocado en los dos últimos encuentros, y el campeón del mundo respondió con dos goles. Sacó luego a Gameiro y el francés también anotó. Por medio, Vitolo volvió a mostrar su fantástico momento de juego, ayudado por Banega. Las rotaciones funcionaron a la perfección y se demostró de manera eficaz la amplitud de plantilla del conjunto andaluz. Disfrutó Nervión con el encuentro del campeón, que pide cita en los octavos de final de su competición favorita. La ventaja de tres goles deja casi sentenciada la eliminatoria.

No fue tan fácil para el Sevilla como pareció en los albores del partido. Tuvo que ser Vitolo, con una conducción entre líneas, el que rompiera el ordenado entramado del Molde. El conjunto noruego, en pretemporada, mostraba mucho ímpetu, cierta rapidez y mucha inocencia en ataque. Con tan escasos mimbres, el Molde aguantaba el cero a cero. Vitolo rompió por medio, entre los aguerridos centrales y los voluntariosos medios del rival, para recibir una entrada que acabó con el balón en Llorente, que hizo el uno a cero con la izquierda y en fuera de juego. Fue el punto de inflexión de un partido que el Sevilla inició frío, escaso de tensión, con muchas caras nuevas con respecto a la Liga, aunque con Banega, Vitolo y Krohn-Dehli como titulares y referentes. El Molde, pura potencia, se atrevió incluso a avisar con un disparo lejano de Gulbrandsen que sacó bien Soria, al que Emery le dio la portería. Era el minuto 22. Al Sevilla le costaba un mundo superar las líneas de defensa del Molde. Solo lo hizo Banega en el minuto 17. No es fácil traspasar una defensa organizada en un equipo que, a pesar de sus limitaciones técnicas, jugó con mucha pasión y cierto orden. El Sevilla tuvo la virtud de no alborotarse y de tener la paciencia necesaria para acabar marcando.

Llegó el tanto tras la conducción de Vitolo. Llorente, que comenzaba a sembrar las dudas en la afición con su mala actuación, marcó uno y estuvo a punto de hacer el segundo de cabeza, después de una estupenda dejada de Coke. El Sevilla había comenzado a disipar dudas.

El encuentro quedó definido a los tres minutos del segundo tiempo. Coke, a gran nivel todo el partido, le dio un buen pase a Llorente, que maniobró como en sus mejores tiempos en el área. Dejó pasar el balón y definió de forma perfecta. El tanto acabó con el Molde, que iba perdiendo fuelle a medida que pasaban los minutos. Se notó, entonces, su estado de pretemporada. La rapidez del primer tiempo se convirtió en puro plomo en sus piernas en la segunda. Con el 2-0, Emery quiso cerrar al partido con la entrada de Gameiro, en un excelente momento. La elección volvió a resultar eficaz. El francés, con la ayuda de Horvath, hizo el tercero. Pudieron llegar varios goles más. Coke lanzó al larguero y Gameiro falló una ocasión clarísima. Fueron tres. Suficiente para la gran sonrisa que se dibujó en Nervión.