España vence con oficio a Alemania
Los de Cadenas se estrenan en el Europeo de Polonia con un triunfo muy trabajado (32-29)
Costó lo suyo, mucho, muchísimo, porque Alemania en ningún momento sacó la bandera blanca y planteó un escenario plagado de minas y palos. Un pulso durísimo solucionado por España a base de oficio y exhibición de recursos, los que necesitará de aquí en adelante para brillar en un campeonato que exige siempre de principio a fin. Hasta que el bocinazo definitivo no rubricó el triunfo (32-29), la primera muesca victoriosa en el Europeo de balonmano, los Hispanos no aflojaron un ápice. Después, una bocanada de alivio, la alegría del que arranca fuerte y la mente ya fijada en Eslovenia, el segundo rival del grupo.
ESPAÑA, 32 - ALEMANIA, 29
España: Sterbik, Pérez de Vargas, Gurbindo (2), Maqueda (3), Aginagalde (1), Del Arco (3), Rivera (7), Entrerríos (1), Tomás (6), Mindegia, Guardiola (3), A. García (1), Dujshebaev, Ugalde (1), Morros (1), Cañellas (3).
Alemania: Wolff, Lichtlein,Sellin, Lemke (1), Reichmann (5), Wiede(1), Pekeler (2), Weinhold (3), Strobel, Schmidt (4), Fäth (4), Häfner, Dahmke (1), Kühn, Ernst, Pieczkowski (2), Dissinger (6), Kohlbacher.
Parciales cada cinco minutos: 3-4; 7-7; 9-9; 15-11; 18-12; 18-15-descanso-20-17; 23-19; 26-22; 28-25; 29-26; 32-29.
Árbitros: S. Pichon (FRA) y L. Reveret (FRA).
8.000 espectadores en el Centennial Hall de Wroclaw.
Si España venció fue porque sus hombres supieron hacer e interpretar. Alemania, que llegó a Polonia con bajas importantes, levantó un dique de contención de lo más sólido; empleó muy bien sus armas y además contó con el beneplácito del arbitraje, excesivamente riguroso con los de Cadenas y demasiado benévolo con los jugadores dirigidos por el islandés Dagur Sigurosson. Este diseñó una defensa 6-0 muy áspera, que en algunos instantes pareció venirse abajo, pero que nubló la ofensiva de España hasta que los Hispanos encontraron una grieta en el costado derecho, bien aprovechada por Víctor Tomás.
Pese a que una reacción alérgica le obligó a pasar por el hospital hace tres días, el capitán del Barcelona fue un taladro desde su flanco. Sin embargo, esta España no puede (ni debe) entenderse desde la individualidad. La clave de este bloque reside el ejercicio coral y la solidaridad. Así superó un inicio dubitativo, en el que la defensa actuó de forma tierna, y así abrió brecha después, con un 18-11 en el marcador. Todo encarrilado, se presuponía. Pero no. Históricamente, Alemania es un conjunto difícil de derribar y por eso peleó hasta el final, haciendo que las rentas menguasen a dos o tres goles, no más.
Al descanso, 18-15, un marcador peligroso. Y también un borrón, puesto que Jorge Maqueda estrelló el balón en el rostro de un rival en un golpe franco y vio la cartulina roja. Se apoyó a partir de entonces España en la determinación de Valero Rivera y la solidez de las dos torres, Viran Morros y Gedeón Guardiola. También en la entrada de Joan Cañellas, que hasta el minuto 38 no puso el pie sobre la pista de Wroclaw. La intención del seleccionador es dosificarle para no desgastarlo en exceso, pero su aportación es imprescindible.
Lo será, también, la de los teóricos secundarios, que ayer demostraron que si se les requiere estarán ahí para echar una mano. Mindegia, Gurbindo, Del Arco. Esto es cosa de todos.
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