Recital del Real Madrid ante el Bayern
El equipo de Laso, liderado por un titánico Ayón (22 puntos y 9 rebotes), salva en Múnich su segundo 'match ball' en la Euroliga y depende de sí mismo para acceder al top 16
En la cartografía del campeón de Europa, la distancia que hasta esta noche separaba Múnich de Berlín era de casi 600 kilómetros, cinco meses de calendario y un cargamento de angustia. Con una exhibición de carácter y talento, el Real Madrid acortó esos márgenes y agarró con firmeza las opciones de acceder al top 16 que hace unos días se tambaleaban en la cornisa. Los de Laso arrollaron al Bayern con un parcial de 2-21 al comienzo del tercer acto liderado por un titánico Ayón (22 puntos, 9 rebotes y cuatro asistencias para un 41 de valoración) y dependen de sí mismos para continuar en la pelea rumbo a su cuarta final four consecutiva, la que se disputará en mayo en la capital alemana, si vencen en la última jornada al Estrasburgo en el Barclaycard Center en la última jornada de la primera fase. La batuta de Sergio Rodríguez (10 asistencias), la épica de Llull (18 puntos) y la jerarquía de Felipe completaron una memorable exhibición de los blancos.
Bayer, 67-Real Madrid, 86
Bayern Múnich (18+20+13+16): Rivers (22), Renfroe (4), Savanovic (9), Thompson (10) y Taylor (4) -equipo inicial-, Djedovic, Bryant (4), Gavel (5), Micic y Zipser (9).
Real Madrid (20+16+29+21): Maciulis (7), Reyes (5), Rodríguez (9), Ayón (22) y Llull (18) -equipo inicial- Hernangómez, Taylor (6), Tompkins (11), Ndour (2), Doncic (4) y Carroll (2).
Árbitros: Christos Christodoulou (GRE), Matej Boltauzer (SLO) y Tolga Sahin (ITA). Thompins fue eliminado por cinco personales (min.37).
Audi Dome de Múnich: 7.000 espectadores.
Orgullo de campeón, luciendo bajo presión. “Esta situación es muy diferente a la de otros años, pero no nos queda otro remedio que aceptarlo. Tenemos que hacer el esfuerzo de entender el partido desde el principio”, proclamó Laso en los prolegómenos del encuentro. Pero, entre los nervios y la galbana, sus jugadores concedieron un parcial de 12-5 en apenas cinco minutos que pronto empinó la misión en el Audi Dome. El técnico vitoriano necesitó repasar de nuevo la cartilla y retocar el quinteto con la salida de Taylor por Maciulis para certificar el aterrizaje definitivo del Madrid en Múnich. Seis puntos consecutivos de Ayón, un lote de defensas en zona con la presión adelantada y un bingo de Thompkins desde el 6,75 dieron la vuelta al marcador en un santiamén (14-15, m. 8). Los blancos cerraron filas en torno a su aro y, en ese tramo, solo concedieron una canasta en juego en los primeros cinco minutos del segundo cuarto. Argumento suficiente para discutir el mando a la entusiasta tropa local.
Mientras encontraba el paso y el tempo, el Madrid alternaba buenas y malas noticias. Thompkis, ansioso y desubicado en su regreso tras la lesión de muñeca, coleccionó tres faltas personales antes de romper a sudar y la circunstancia precipitó el debut de Ndour. Pero, con un cinco inédito (Doncic, Carroll, Taylor, Ndour y Willy Hernangómez), los blancos mantuvieron el tipo con solvencia a pesar de su desmedida en los lanzamientos de tres (alguno de ellos no tocaron ni el aro) y del dominio del conjunto alemán en el rebote ofensivo.
La pelea bajo los aros la compensó la vigorosa aparición de Willy (con siete rebotes en seis minutos), pero KC Rivers (22 puntos al final) escapó a los grilletes madridistas y con 8 puntos consecutivos y un 3 de 3 en triples situó a los de Pesic en la pole rumbo al segundo periodo (38-34, m. 19). Pero ahí se achicó el Bayern y se agigantó el campeón. “No tenemos que permitir que corran”, pedía el entrenador serbio. Pero, antes de acabar la frase, el campeón ya había emprendido la fuga.
A la vuelta de los vestuarios, el Madrid impartió un memorable recital defensivo que rompió el partido, derritió al Bayern, acreditó su furia competitiva y consolidó sus opciones de alcanzar el pase al top 16 tras superar la segunda de las dos finales a las que le abocó un recorrido ciclotímico en el comienzo de la competición. El tercer acto fue el epicentro de una tormenta: un parcial de 2 a 21 que dejó tiritando al rival y dio lustre al colmillo blanco. 9 puntos de Ayón, 8 de Llull y 4 de Sergio Rodríguez impulsaron en esos minutos al conjunto de Laso cuando más lo necesitaba (40-57, m. 27). Un ciclón de defensa, rebote y contraataque. La fórmula del éxito. Solo pudieron anotar dos puntos los alemanes en mitad de la tormenta. La diferencia se disparó por encima de los 20 puntos (55-79, m. 35) y se quedó en 19 (67-86). El campeón sacó la furia cuando se vio acorralado.
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