Marcaje antes del clásico

El Madrid y el Barça continúan en la sala de espera de la Liga. No parecen tener prisa, se marcan con vistas al clásico del día 21 en el Bernabéu. Ambos han perdido seis puntos: los azulgrana en dos partidos —salieron derrotados de Sevilla y goleados en Vigo— y los blancos en tres: 0-0 en Gijón, 1-1 contra el Atlético y 0-0 frente al Málaga. Los resultados remiten al perfil de los entrenadores de los dos equipos, protagonistas únicos del torneo desde la temporada 2004-2005, si se exceptúa el título ganado por el Atlético en 2013-2014.

Ni el equipo de Simeone, más sugerente por la nómina de jugadores que por su juego, ni tampoco el Sevilla, todavía indefinido, y menos el Valencia, víctima de una crisis de identidad personificada en Nuno y Negredo, perturban de momento a los dos colosos del fútbol en España. La clase media está representada por un sorprendente Celta, muy bien dirigido por Berizzo y admirado por su capacidad ofensiva, simbolizada en Nolito, un delantero que quiere fichar Luis Enrique.

Al Barcelona le faltan jugadores por las lesiones y por la sanción de la FIFA. Aguarda a Messi, que ha empezado a calentar para probarse con vistas al duelo con el Madrid, y en enero ya tendrá a Arda Turan y a Aleix Vidal. La experiencia de la temporada pasada aconseja prudencia hasta la segunda vuelta, que es cuando se acostumbran a soltar los equipos de Luis Enrique. Aunque es un equipo extremista como su entrenador —no ha concedido ni un empate en el torneo —, ha jugado medio bien, regular, mal y muy mal, hasta que se han juntado de nuevo los centrocampistas, como se advirtió en Getafe.

La esencia del juego

Los medios siempre han rescatado el fútbol del Barça. Ocurrió con Guardiola, con Xavi, con Iniesta y ahora pasa con Busquets y también con Sergi Roberto, genuino representante de La Masia. Los volantes y el mediocentro garantizan el control del partido para que resuelvan los delanteros: Messi (6), Neymar (9) y Luis Suárez (11) han marcado 26 de los 33 goles azulgrana en los distintos torneos de la temporada, incluida la Supercopa de Europa.

La lesión de Messi ha obligado a aumentar la aportación de Luis Suárez y Neymar, autores de los últimos 14 tantos (siete y siete) desde la ausencia del 10. El uruguayo mejora a sus compañeros de ataque y el brasileño ha asumido el liderazgo del Barcelona. Neymar se parece más al delantero decisivo de Brasil que al compañero de Messi en el Barça. Tiene una fe ciega en su juego, su personalidad es indiscutible y ha influido decisivamente en el ejercicio de supervivencia del plantel de Luis Enrique. El mayor logro azulgrana hasta ahora ha sido mantener al equipo en los puestos punteros de los distintos campeonatos para que Messi se sienta obligado a resolver cuando vuelva, circunstancia que puede condicionar su reaparición en Chamartín.

Profundidad de banquillo

A diferencia del Barcelona, que ya ha encajado 12 goles, batido en los últimos siete encuentros, hasta el del Coliséum Alfonso Pérez, el Madrid está invicto y solo ha tomado cuatro tantos —Casilla encajó el primero en el Bernabéu contra Las Palmas—. El intervencionismo de Benítez ha sido decisivo para equilibrar a un equipo que estaba acostumbrado a resolver los partidos en las áreas, sobre todo en la contraria por la presencia de Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo. Aunque nadie discute al portugués, ahora más rematador, destaca la importancia que el entrenador le da a la cantera y especialmente a un mediocentro poderoso como Casemiro.

El invicto Benítez quiere un equipo fiable mientras la hinchada se divierte con Jesé, Isco y Marcelo. No hay clima de euforia en el Bernabéu. La exigencia vendrá cuando se recuperen a los muchos lesionados que tiene, especialmente a Bale, Benzema y James, y el técnico tenga que cuadrar la alineación en partidos exigentes como los tres próximos: Paris Saint Germain, Sevilla y Barça. Aparentemente el Madrid tiene más plantilla y recursos que el Barça. El calendario azulgrana es diferente: el miércoles se enfrenta a un rival sencillo en la Champions, el BATE Borisov —la expectación está centrada en la exhibición de estelades y el pulso con la UEFA— y el domingo se cita con el Villarreal.

Las dos citas ligueras, especialmente exigentes, no admiten distracción en el Madrid ni en el Barça, que acabó el partido de Getafe con una fiesta de Halloween. Algunos jugadores disfrazados con caretas y pelucas irrumpieron en la zona mixta y también en la sala de prensa mientras hablaba Víctor Rodríguez. Una broma de mal gusto para algunos y para otros un signo de la alegría que se vive en el vestuario del Camp Nou. En una nota oficial, la plantilla del Barcelona pidió disculpas al Getafe. No es fácil descifrar al Barça, mejor en el quite y la transición que en la elaboración, ni calibrar al Madrid. Habrá que esperar y vigilar una semana más antes del clásico del Bernabéu.