La fatiga del Real Madrid sucumbe ante el vigor del Valencia

Victima de los rigores de la excelencia, el Madrid comenzó la Liga perdiendo en el Palacio ante un sólido Valencia. Sin tiempo para el respiro ni margen de pretemporada, el pentacampeón perdió su tercer partido consecutivo, contando la derrota en la Supercopa ante Unicaja y el amistoso ante los Boston Celtics (circunstancia inédita en toda la temporada pasada), el cuarto de los cinco que ha disputado este curso que inició con el Mundial de clubes a los cinco días de concluir el Eurobasket. La falta de depósito físico y mental volvió a condenar a los blancos, desfondados en el exigente tramo final que deparó la pujante apuesta del equipo de Pedro Martínez. Justin Hamilton (26 puntos, 6 rebotes y 28 de valoración) y Bojan Dublejevic (21 puntos) remataron a los blancos, que esta vez no encontraron ni la puntería (4 de 17 en triples), ni las fuerzas para la épica. Sin sosiego en verano, a los de Laso les toca rearmarse sobre la marcha en otoño.

En una oda a la efervescencia, el campeón de Liga inauguró temporada a la carrera; subido a las piernas de Llull, agarrado a la buena mano de Thompkins y golpeando con el martillo de Ayón. Mientras el Valencia se sacudía los complejos, la pareja de interiores de Laso se adueñó de la pintura para liderar un parcial de 18-9 en siete minutos que obligó a Pedro Martínez a leer la cartilla a su equipo, pero ahí frenaron los blancos. A partir de ese instante, Dubljevic y Sato se hicieron cargo del propósito de enmienda en el bando visitante y en un santiamén cambiaron el aire al partido. Un par de vueltas de tuerca en defensa del alero centroafricano y la primera ráfaga anotadora del pívot montenegrino sirvieron para neutralizar con solvencia el espejismo madridista.

Tres tiros libres de Rafa Martínez tras una falta personal de Luka Doncic dispararon la diferencia en el marcador hasta el 23-31 en el minuto 15 tras completar un parcial de 5-22 a favor del conjunto naranja. Para entonces, el dúo Dubjevic-Hamilton (25 puntos entre ambos en los dos primeros actos) había descubierto un filón bajo los aros y el perímetro blanco, desenfocado desde el 6,75 con un 1 de 9 en triples al descanso, era incapaz de atajar la producción anotadora de su rival.

No encontraba el Madrid el interruptor y un triple de Hamilton mediado el tercer periodo volvió a elevar la renta del Valencia hasta la frontera de los 10 puntos (46-56, m. 25). Primero con la batuta de Van Rossom y después con la de Vives, el plan de Pedro Martínez superaba siempre en dinamismo y fluidez al del conjunto blanco que comenzó a luchar contra el quinteto enemigo y la fatiga propia. Siempre a remolque, a pesar de la prolífica reincorporación de Rudy tras su periodo de reposo para recuperar su maltrecha espalda, los de Laso torcieron el gesto ante el horizonte de una rampa empinada y cuesta arriba.

Cuando peor pintaba la tarde para los locales apareció Felipe Reyes para escribir otro capítulo de su infatigable expediente que enderezó al Madrid cuando estaba a punto de besar la lona. El carácter del capitán blanco y la labor de zapa de Maciulis reconstruyeron a los de Laso partiendo de la defensa. El dominio del rebote permitió al campeón rescatar su ideario pero después no tuvo consistencia para mantenerlo. Un dos más uno del lituano tras asistencia del pívot encauzó la remontada y un triple de Sergio Rodríguez completó el volantazo tras otro contundente parcial de 16-4 en apenas cinco minutos (62-60, m. 30).

Sin embargo, replicaron Van Rossom y Dubljevic para reenganchar al Valencia (65-72, m. 35) y, a pesar de que Laso respondió armando un quinteto de pretorianos con Ayón y Nocioni por dentro, Maciulis y Llull y El Cahcho a los mandos, el Madrid desfalleció en el sprint. Con el partido a la cuerda floja (76-76, a 1m 30s del final), el mejor funambulista resultó ser San Emeterio. El campeón europeo lideró con cuatro puntos un parcial de 0-6 que sentenció el partido a falta de 43 segundos (76-82). Triunfó el vigor valencianista.