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Hombrados: “Soy preso de la portería”

El portero (43 años) es el jugador que más partidos (609) de la Asobal ha disputado

Hombrados posa frente a las Torres Kio, en Madrid.Vídeo: JULIÁN ROJAS
Alejandro Ciriza

Acude a la cita trajeado, como un ejecutivo. “Hoy no toca el chándal, se ha suspendido el entrenamiento”, cuenta José Javier Hombrados (Madrid, 43 años), Joseja o Jota, uno de los símbolos del balonmano español, guardián eterno. Lo ha ganado todo con sus clubes y la selección, y desde el pasado día 12 tiene el honor de ser el jugador que más partidos (609) de la liga Asobal ha disputado. Ahora, después de defender las porterías de los equipos más potentes y de vivir la experiencia del extranjero, encuentra en el proyecto del Guadalajara el lugar idóneo para seguir dignificando su oficio y asomarse a la vez al vertiginoso entorno del mercado laboral.

Pregunta. ¿Qué siente al jugar contra rivales 20 años más jóvenes?

Respuesta. Es un orgullo poder ser un referente. Sobre todo, lo que noto es respeto. Me ven como a alguien mayor, pero que sigue valorando muchísimo todo esto. Ven que sigo siendo muy parecido al chico que empezó jugando a esto. Percibo en los jóvenes respeto y esas ganas que tienen de demostrarte cosas, de que pueden batirte y de que son mejores que tú. Eso me llena muchísimo. Ahora puedo oler el talento de los jugadores, saber qué va a pasar con ellos, si van a llegar o no. Muchas veces les hablo como si fuera un padre, pero como buenos hijos no me hacen ni caso. Hay complicidad con ellos y me hacen sentirme más joven.

P. ¿Por qué el Guadalajara?

R. Hubo ofertas, deportivamente hablando, más atractivas, pero soy consciente de la exigencia que conlleva jugar en un equipo de Champions. A mi edad debía valorar el físico, el calendario y el hecho de que mi vida laboral tenía que arrancar de una manera u otra. Ahora trabajo en una empresa que se dedica a la formación de niños y escuelas internacionales a través del fútbol. Me obligaba a estar cerca de Madrid, así que con el Guadalajara me encajan todas las piezas del puzle. Quería estabilidad porque se la debía a mi familia.

Huelo el talento de los jóvenes, ahora sé si van a lograr llegar alto o no”

P. ¿Se encuentra cómodo en un proyecto de perfil más bajo?

R. Hay diferencias, es obvio, pero ya he estado dos años acostumbrándome un poco a esto, en Qatar, Líbano y Alemania. He perdido más partidos en estos dos años y medio que en los 10 de Ciudad Real. Supone una dificultad, pero es un reto. En los equipos pequeños te das cuentas de que cada día es una final. En los grandes tenemos partidos muy importantes, con mucha tensión, pero a otro ritmo puedes sacarlos adelante y en los equipos más humildes esto no es posible.

P. ¿Qué le ha aportado el balonmano en todos estos años?

R. El balonmano me lo ha dado todo. Soy quien soy por el balonmano. Disciplina, orden, compromiso, sacrificio, trabajo... Dos años aquí, dos años allá, conocer a gente de todos los sitios, tu perspectiva de las cosas es mucho más amplia. Puedes entender la filosofía de un navarro, de un madrileño o de un gallego. Me ha permitido ser mucho más abierto. Estoy muy agradecido a este deporte. Saber perder, saber ganar... Te das cuenta de que a través del deporte se pueden inculcar una serie de valores que con una educación tradicional, alejada del deporte, son muy difíciles de adquirir.

Hombrados alza la Copa de Europa conquistada con el Ciudad Real en 2006.
Hombrados alza la Copa de Europa conquistada con el Ciudad Real en 2006.EFE

P. ¿Por qué portero?

R. Lo pedí desde el primer día, porque ninguno de mi generación quería ponerse bajo el larguero. Empecé jugando al baloncesto, pero al final mis padres me cambiaron por el tema de los horarios. Me gustaban mucho los porteros de fútbol, sobre todo García Remón. Al principio me tiraba al suelo como si fuera uno de ellos, pero fui aprendiendo poco a poco. No creo que tuviera un talento especial; mi truco, sencillamente, ha sido trabajar, trabajar y trabajar. Mi físico me ha ayudado, pero si estoy aquí es por las horas que le he echado.

P. Desde que empezó, ¿cómo ha evolucionado el balonmano?

R. Los cambios se notan sobre todo en lo técnico, en la sistemática, pero físicamente también hay mucha diferencia con respecto al trabajo que se realizaba antes; ahora todo está muy controlado. En el tema de estructuras es en el que menos hemos evolucionado y en el que más deberíamos haberlo hecho. Siguen siendo muy similares a las de los noventa y eso no puede ser así. Se ha mejorado en la comunicación, pero la estructura financiera y la gestión de todo sigue igual: los técnicos hacen de directores deportivos, los presidentes hacen de contables...

TRAYECTORIA Y PALMARÉS

TRAYECTORIA:
Atlético Madrid BM (1990-1993)
CB Cantabria (1993-1995)
SD Teucro (1995-1996)
Ademar León (1996-2000)
Portland San Antonio (2000-2002)
BM Ciudad Real (2002-2011)
Atlético Madrid BM (2011-2013)
HSG Wetzlar (2013)
Al Sadd (2013-2014)
HSG Wetzlar (2014-2015)
BM Guadalajara (2015-...)

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PALMARÉS:
Mundial (2005)
Bronce mundial (2011)
Bronce olímpico (1996 y 2008)
Plata europea (1996 y 2006)
Liga Campeones (1994, 2001, 2006, 2008 y 2009)
Liga (1994, 2002, 2004, 2007, 2008, 2009 y 2010)
Copa del Rey (1995, 2001, 2012 y 2013)
Copa Asobal (1999, 2004, 2005, 2006, 2007, 2011)
Supercopa europea (2001, 2006, 2007 y 2009)
Supercopa española (2005, 2008, 2010 y 2011)
Recopa europea (1999)

P. ¿Y qué se debe hacer?

R. Nos hemos quedado atrás. Necesitamos una evolución muy rápida en muy poco tiempo, cuando otros ya tienen un camino y avanzan a una velocidad mayor. No hemos sabido aprovechar los años de gloria económica y ahora estamos en una crisis. Otros tuvieron una visión del márketing mucho mejor y eso es lo que nos ha hecho tener menos presencia. Todo esto hace que haya menos práctica infantil, menos base, menos tendencia... Antes, el niño de Ciudad Real quería ser jugador de balonmano, y ahora eso no pasa. Tenemos que espabilar si queremos seguir vivos. La selección ha sido la que ha mantenido viva la llama. La Federación ha trabajado, pero se mantiene la misma dinámica de siempre y necesitamos algo más. No hay un factor diferenciador que nos permita darle la vuelta a esto.

P. Usted se presentó a las elecciones de 2013, pero perdió...

R. Sí, pero egoístamente fue lo mejor, porque hubiera sido muy duro. Con el tiempo y viendo lo que ha sucedido estoy contento de no haber ganado, aunque es cierto que a nadie le gusta perder. Fue una locura. Me precipité, porque me había roto una rodilla con 40 años y eso me dio demasiado tiempo para pensar. Surgió la oportunidad y pensé que podía ganar y hacer algo bueno por mi deporte, así que fui adelante. No era del todo consciente de que si ganaba las elecciones tenía que dejarlo. Me agarraba entonces a la opción de jugar con los veteranos, pero luego tuve que cambiar el chip. Fue duro, pero probablemente fuese lo mejor. Se ha alargado mi carrera y sigo disfrutando.

Mi truco ha sido siempre el trabajo. Si soy quien soy es por las horas que le he echado a esto”

P. ¿Cómo logró recuperarse tan rápido de una lesión tan seria?

R. Mi cabezonería aceleró el proceso, no hay más secreto. El doctor Guillén me dijo que tardaría unos ocho meses, pero lo hice en cinco. Durante ese tiempo me hice 7.000 kilómetros para hablar con todo el mundo por el tema de las elecciones.

P. En 2011 volvió a defender al Atlético, pero el proyecto se vino abajo. ¿Ha sido una de las decepciones más grandes para usted?

R. Como atlético que soy fue un orgullo volver a casa, pero al final no recibimos el apoyo suficiente porque el presidente no tuvo más espaldas y el club no vio claro tener otra sección. No hubo el apoyo suficiente. Fue muy triste y esto hizo que nos enfadáramos con un club y un señor que no se lo merecían, pero fue así. Fue duro porque tuvimos que hacer las maletas y salir corriendo.

P. ¿Y qué valoración hace de su experiencia en el extranjero?

R. Fue muy enriquecedora. Al final he vivido en sitios donde pensaba que las cosas eran de una manera y luego eran muy diferentes. Conocer Beirut, vivir en Beirut y ver qué pasa ahí no tiene nada que ver con lo que puedas ver por la tele. Aprendes a valorar muchísimo lo que tenemos en España, los grandísimos técnicos y la base que hay. En Alemania la dimensión de este deporte es otra. Debemos imitar el modelo alemán y el francés, porque las estructuras son fabulosas, pero en el tema técnico han evolucionado menos que nosotros. Al menos, en eso sí podemos sacar pecho.

Hombrados detiene un balón durante el Mundial de 2011.
Hombrados detiene un balón durante el Mundial de 2011.REUTERS

P. Ha jugado en 11 equipos, ocho de ellos de la Asobal. Pero, ¿por qué nunca en el Barcelona?

R. Hubo una llamada. No recuerdo el año, pero hubo un interés, aunque al final solo quedó en eso. Yo no tengo nada en contra del Barça, pero la cosa ha sido así. Nunca le he dicho que no al Barcelona, pero es que nunca he tenido la oportunidad de decirle que no. En todos los equipos en los que he estado [Atlético, Teka, Teucro, Ademar, Portland…], siempre ha sido mi rival directo. Curiosamente, de los 20 jugadores españoles con más internacionalidades, soy el único que no ha jugado en el Barcelona.

P. ¿Con qué momentos de su carrera se queda?

R. Son muchos, pero si debo elegir, me quedo con cuatro: la final de la Champions contra el Kiel, en Ciudad Real (2009), la final con el Portland en el Palau (2002), la final del Mundial de Túnez (2005) y el bronce en Pekín (2008). En esos momentos me sentí lleno e hinchao.

La Asobal se ha quedado atrás. Tiene que avanzar muy rápido en muy poco tiempo o si no...”

P. 2016 es un año importante: Europeo y Juegos. ¿Qué perspectivas hay?

R. En el Europeo le vamos a exigir estar arriba. Sería idílico lograr una plaza directa para los Juegos, pero va a ser muy complicado. El bloque actual tiene un nivel muy alto y creo que hasta 2020 tiene recorrido. Mi gran duda está en el después de este equipo. El nivel de nuestra liga está bajando y eso se va a trasladar a la selección. Sacar 16 jugadores no es difícil, pero sacar 16 con el nivel de los que están ahora... Ahí el Barcelona tiene mucho que decir.

P. Y ahí, en medio de todo este paisaje, contra el paso del tiempo, sigue Hombrados.

R. Es que tengo adicción a la portería y a la Coca Cola. El día que pierdes te vas a casa y te dices: tengo que seguir. El portero, por naturaleza, es preso de la portería. Tenemos un área de seis metros de la que no solemos salir y al final, con el paso de los años, se genera una relación eterna con los tres palos.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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