Argentina necesita a Pastore
Nunca le dieron el respaldo que requieren los futbolistas sensibles, los que sufren las dudas del entrenador
El fútbol argentino ha postergado a Javier Pastore. A pesar de que nos deleita su juego porque tiene el punto de elegancia que cautiva. Como Zidane. Son artistas que además de ser lo parecen. Esto, que en el mundo de los sentidos es tan importante, también es esencial en el fútbol. Nos acercamos a este juego porque hay jugadores que emocionan. Pastore te llena los ojos, pero también, quizás por eso, inspira prejuicios. Cuando se trata de valorarlo futbolísticamente no le hacen justicia. Lo examinan. Nunca le dieron el respaldo que requieren los futbolistas sensibles, los que sufren las dudas del entrenador.
La Copa América que comienza esta semana será el primer torneo que Pastore afronta con el apoyo del seleccionador. Es lo que apunta Tata Martino, que anuncia que el jugador del PSG ejercerá de enganche en un esquema de 4-2-3-1.
Argentina tiene necesidad de Pastore. Un hombre creativo con despliegue en mitad de cancha, capaz de romper líneas y de darle un ritmo al juego. Alguien que libere a Messi de cargas que limitan su acción por debajo del radio de 30 metros de la portería contraria. Durante los últimos años vimos a Messi bajando a mitad de cancha a buscar el balón, perdiendo energía y capacidad para desequilibrar. Pastore puede ser el socio que le lleve la pelota.
Dejarlo fuera del equipo ha sido un desperdicio de quienes priorizaron la táctica entendida como un conjunto de prohibiciones. La selección le necesita porque en esa zona neurálgica del campo, por delante de los dos mediocentros, Pastore puede ser muy gravitante. Se trata de conseguir que el equipo no dependa de las acciones individuales tanto como de una línea de juego. Como descubrimos en Brasil, a veces en el fútbol no alcanza con la genialidad.
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