Narices de coliflor
Aparte de que el dueño es un siniestro magnate ruso, el entrenador es un payaso maquiavélico, el capitán es un personaje singularmente repelente, el equipo increpa a los árbitros con más deliberado cinismo que cualquier otro de la Premier League y, encima, va primero en la tabla, cuesta entender porqué el Chelsea es el equipo que más insultos recibe a través de las redes sociales ingleses.
Una organización llamada Kick It Out dedicada a combatir la discriminación en el fútbol publicó esta semana un análisis estadístico de los mensajes abusivos dirigidos a equipos y jugadores de la Premier vía Twitter, Facebook y varios foros o blogs en internet. Descubrió que desde el comienzo de la temporada actual hubo 134.400 mensajes de esta naturaleza, la cuarta parte de ellos de corte racista, la quinta parte, homófoba. También hubo referencias groseras a las mujeres, al Islam, a los judíos, a los discapacitados, a la gente mayor y a los transexuales. Las principales víctimas fueron el Chelsea, que recibió 20.000 de estos mensajes, y el jugador del Liverpool Mario Balotelli, primero en la lista individual con 8.000.
Se supone que todo esto es motivo de alarma social. Según Kick It Out, “el nivel de abuso es asombroso. Debemos hacer todo lo que podemos como colectivo para proteger a aquellos que reciben estos insultos discriminatorios”. Pero ¿realmente es tan grave la situación? ¿No podría uno argumentar que lo asombroso de estas estadísticas es más bien que son tan pocos los que insultan?
Desde agosto hubo 134.400 mensajes insultantes en las redes, la cuarta parte racistas
En Reino Unido hay diez millones de personas que usan la red social Twitter, 24 millones que están en Facebook. Si suponemos que aquellos 134.400 mensajes abusivos provienen de, digamos, 50.000 individuos (aunque seguramente la cifra real sea más baja), estamos hablando de un pequeñísimo porcentaje de la población que utiliza los medios sociales. Podemos afirmar con bastante seguridad que más de un 99% no lanza insultos feos nunca, lo cual, invirtiendo la lógica de los de Kick It Out, sugiere que el mundo futbolero inglés es, contrario a todo lo que uno suponía, admirablemente civilizado.
Que tanta gente haya reprimido la tentación trolera de escupir barbaridades al equipo de Roman Abramovich, José Mourinho y John Terry o al jugador negro italiano Balotelli (que, por cierto, tiene cierta fama de provocador en las redes) es realmente lo que más llama la atención del estudio que ha hecho Kick It Out.
Quizá deberíamos tener otras prioridades. Como combatir la pobreza, la malaria, el paro
En cuanto a la afirmación de que le incumbe al colectivo de la sociedad “proteger” al Chelsea, Balotelli y compañía, la pregunta es ¿protegerles de quién? ¿De un sector vomitivo pero minúsculo de la sociedad definido por Andrew Marr, célebre periodista político de la BBC, como un grupo de “jóvenes ineptos sociales, solteros, calvos, rancios, con granos en las caras y narices de coliflor sentados en los sótanos de las casas de sus mamás”?
Quizá deberíamos tener otras prioridades. Como combatir la pobreza, la malaria, el paro, el Estado Islámico, Goldman Sachs, Putin o la dinastía Clinton-Bush. En el ránking de los desprotegidos de la tierra el colectivo multimillonario del fútbol profesional inglés no ocupa el primer puesto. Ni los primeros 100.000. Cualquiera que se dedica a entrenar o a jugar al fútbol al máximo nivel sabe que recibir insultos viene incluido en el precio que debe pagar por el enorme salario que recibe. Es lamentable, por supuesto, que de los 8.000 insultos tuiteros o facebookeros que recibió Balotelli en los últimos nueve meses, la mitad hubieran hecho referencia al color de su piel, pero esto no significa que exista un grave problema de racismo en Inglaterra. Racistas siempre va a haber y que, según estas cifras, sean tan pocos es motivo de bastante consuelo. Un consuelo menor es que los tristes frustrados que no tienen nada mejor en sus vidas que tuitear estupideces al menos poseen el mínimo criterio moral como para señalar al Chelsea como el equipo inglés que más improperios se merece.
Pero lo mejor, repetimos, es que haya una mayoría tan abrumadora de futboleros que se resista a sucumbir a semejantes sandeces. Incluso hay gente que dice cosas muy bonitas, como el delegado de la Concacaf, la asociación de fútbol que representa a Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, que declaró esta semana que Sepp Blatter, el presidente de la FIFA, era una figura comparable a Jesucristo, Mandela, Churchill, Lincoln, Luther King y el profeta Moisés. Indudablemente, el ejemplo a seguir.
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