Un Madrid más resabiado

Como si de una condena se tratase, la espera dura ya 20 años y dos días. El 13 de abril de 1995, el Madrid de Sabonis alzaba en Zaragoza la octava Copa de Europa del club y comenzaba, sin saberlo, una contabilidad que se ha convertido en obsesión. Dos décadas y dos finales perdidas después, el equipo de Pablo Laso inicia hoy ante el Efes turco (21.00, Canal + Deportes) su tercer asalto en firme a la cumbre continental. El playoff de cuartos, al mejor de cinco partidos y con el factor cancha a favor de los blancos, mide el aprendizaje, la madurez, la resiliencia y la ambición de un grupo que, para saldar su cuenta pendiente en la Final Four del Palacio (del 15 al 17 de mayo), necesita derrotar a la tropa del zorro Ivkovic (Krstic, Saric, Perperoglou, Heurtel, Draper, Lasme...) y también a su pasado reciente.

Esta temporada, entre el desengaño romántico y el pragmatismo, el Madrid ya no presume de estilo, es un equipo resabiado, los números dicen que no defiende ni ataca mejor que el año pasado pero, con el paso de los meses, ha hormigonado su sueño. Llega al tramo decisivo con 10 derrotas en el zurrón frente a las tres del curso pasado, pero la parroquia madridista maneja una extraña sensación de alivio que asocia los episódicos despistes de entreguerras con una necesaria dosificación del depósito. “El año pasado se lesionó hasta el entrenador”, despeja Laso para huir de comparaciones. “No puedo entrar en la cabeza de mis jugadores, pero están muy concentrados y son conscientes del momento crucial en el que estamos”, responde seguro de llegar en el estado ideal al momento justo. Un repaso a los biorritmos de la plantilla refrenda la sensación del técnico. En 2014, con Carroll fuera de forma, Draper de baja, Dani Díez descolgado, sin recambios y con una ficha menos, la rotación de Laso en Milán se concentró en nueve jugadores. Ahora cuenta con 13, como demostró Mejri ante el Barça.

El puesto de base y el tercer hombre. Hace un año, Draper, ahora rival, sufrió una fractura en el cúbito del antebrazo derecho en el primer partido del playoff ante el Olympiacos y dejó la sala de mandos coja de su factor defensivo en la Final Four. Nadie pudo sujetar a Rice en Milán. Este curso, Campazzo ha participado menos pero, ante el Zalgiris en la clausura del Top-16, dio un paso adelante, secó a Will Cherry y se apuntó a echar un cable. Llull sigue acaparando el mando y los minutos, pero llega con el cuentakilómetros menos cargado: 26 minutos de media por los 30 de hace un año. Primero unos problemas de tiroides y después una pubalgia, hicieron que Sergio Rodríguez, mvp de la pasada edición, tardara en arrancar. También llega fresco al sprint final.

Rudy y Carroll redoblan la artillería. En la edición de 2014, el artillero de Wyoming llegó renqueante a la Final Four después de dos meses de baja tras una artroscopia en la rodilla izquierda. En esta ocasión, aprovechando el parón de Rudy por una contractura en la espalda, se ha convertido en el hombre de moda tras liquidar al Barça con 26 puntos (19 en los últimos siete minutos). Rudy regresará ante el Efes ya recuperado, con el premio de mejor jugador de la Copa en el currículo y la Euroliga como reválida. En 2014, arrastró desde mayo problemas en el dedo anular de la mano derecha, que solo corrigió tras pasar por el quirófano en noviembre.

Más equilibrio en el perímetro. Ni Maciulis ni Rivers mejoran la aportación de Tremmell Darden, pero juntos mejoran la suma que este hizo con Dani Díez (con una aportación insustancial en la rotación).

Sin Mirotic, pero creciendo por dentro. La joya de la cantera blanca decidió hacer las Américas rumbo a Chicago al acabar el curso pasado dejando la segunda hoja de servicios más valorada (15,9) tras la de Rudy (17), pero el dos por uno para suplir la ausencia parece dar resultado. Llegaron Nocioni y Ayón, el argentino para aportar “rusticidad” desde el papel de especialista en momentos críticos, el mexicano para ganarle con poderío la titularidad a Bourousis, los dos para incrementar las dosis de carácter. El griego ha rebajado sus prestaciones a la mitad, pero Felipe Reyes ha duplicado las suyas. El capitán madridista suma 18 puntos de media en el Top-16 frente a los 9 de hace un año y es el tercer jugador más utilizado por Laso (21 minutos de media). Slaughter le ha ido ganando la partida a Mejri, pero el tunecino se reivindicó ante el Barça (11 puntos y 15 de valoración, en el mejor momento.