La UCI se atreve con el Astana

El Astana nació como equipo ciclista en junio de 2006, fruto de la Operación Puerto y de la determinación de Alexander Vinokúrov, y es voluntad de la Unión Ciclista Internacional (UCI) que muera en la primavera de 2015, víctima de los mismos elementos que lo alumbraron, un escándalo de dopaje y la personalidad, crecientemente siniestra, de Vinokúrov, ex corredor kazajo y mánager.

Esgrimiendo una auditoría ética que resalta las contradicciones entre lo que dicen que hacen contra el dopaje en el equipo y lo que en realidad hacen, la UCI anunció este viernes mediante un comunicado que había solicitado a la comisión independiente de licencias que excluyera del WorldTour al conjunto liderado por Vincenzo Nibali, lo que de llevarse a cabo impediría al último ganador del Tour participar en la próxima edición. La pertenencia al WorldTour garantiza a los equipos la participación en las carreras más importantes, incluidos Giro, Tour y Vuelta, aunque estos se guardan el derecho a invitar a cinco más para completar una lista 22.

Aunque los organizadores esperan a que concluya un procedimiento que podría durar un par de meses –si la comisión de licencias excluye al Astana, este podrá apelar al TAS–, tanto Tour como Vuelta parecen decididos a no invitar al Astana a sus carreras, aunque ello supusiera quedarse sin Nibali, uno de los corredores más apreciados por la afición. Si quisiera participar, pues, el ciclista siciliano, quien como todos sus compañeros, entre los que destacan el sardo Fabio Aru y los españoles Mikel Landa y Luis León Sánchez, quedaría en libertad en caso de exclusión del WorldTour, tendría que cambiar de equipo.

Las circunstancias que han llevado a la UCI a intentar acabar con el Astana apenas han variado, en teoría, desde noviembre pasado, cuando un quinto caso de dopaje en la estructura –dos, los hermanos Iglinskiy, en el primer equipo; tres, en su filial-cantera— hacía parecer imposible que se le concediera la licencia. Brian Cookson, el presidente de la UCI, actuó con prudencia, cubriéndose las espaldas con la solicitud de la auditoría que ha desnudado el sistema Vinokúrov.

El siciliano, ganador del Tour, debería cambiar de equipo para participar este año

Hay, de todas maneras, otros elementos que han podido obligar a Cookson a dar con retraso y a destiempo el paso: la investigación del fiscal de Padua que relata las relaciones del sector kazajo del equipo con el doctor Michele Ferrari; la crisis abierta en el antidopaje de la UCI con las sospechas recaídas sobre su asesor médico, Mario Zorzoli, y, sobre todo, la inminente publicación del informe del CIRC, la comisión independiente que ha investigado el dopaje en el ciclismo en la última década. En él, la figura de Vinokúrov es protagonista según diversas fuentes.

Siempre bajo el mando de Vinokúrov, el equipo azul turquesa ha ganado dos Vueltas, con el propio kazajo y Alberto Contador; dos Giros, con Contador y Nibali, y dos Tours, con la misma pareja; ha conocido diferentes equipos de gestión –Manolo Saiz, Marc Biver, Johan Bruyneel y Silvio Martinelli–, y también ha vivido diversos escándalos de dopaje, como el del Tour de 2007, con los positivos de Vinokúrov y Kashechkin, que significó su expulsión de la carrera y la prohibición de participar en 2008 que perjudicó a su nuevo fichaje, justamente el Contador ganador de 2007.