El infinito sainete de los Knicks

El despropósito de lo que acontece en el célebre parqué del Madison Square Garden que algunos espectadores han decidido presenciar los partidos con sus cabezas metidas en bolsas de papel. Y lo peor es que el desplome de los Knicks no tiene final. Suma 35 derrotas en 40 partidos tras caer ante Charlotte por 82-110 en un partido en el que llegó a acumular 45 puntos de desventaja (44-89). El rosario de bajas es el único eximente, pero los varapalos son de tal magnitud que no hay disculpa posible. Además, las derrotas se arrastran también desde los partidos en los que sí pudieron competir los que ahora están en la enfermería: Carmelo Anthony, Stoudemire y Bargnani.

Es muy probable que en otras condiciones, el entrenador o el general mánager ya hubieran sido despedidos. Pero resulta que los Knicks echaron la casa por la ventana para fichar con todos los honores a Phil Jackson, al que se le otorgó no solo el cargo de general mánager, sino que se le nombró presidente plenipotenciario con un contrato de 60 millones de dólares por cinco temporadas. La apuesta del Maestro Zen para el banquillo fue Derek Fisher, que acababa de poner punto y final a su carrera de jugador. Con ellos, y con una estrella como Carmelo Anthony, hubo quien pensó que la suerte de los Knicks, un equipo con una larga tradición de grandes expectativas frustradas, dinero derrochado en fichajes que acabaron en fiasco y desmanes diversos en sus plantillas, podía cambiar su rumbo de una vez por todas.

Ha sucedido todo lo contrario. Suman el peor balance de su historia con esas 35 derrotas en 40 partidos y se encaminan igualmente a la peor temporada en sus 69 años de existencia. Tres veces se quedó con un balance de 23 victorias y 59 derrotas, la más reciente fue en la temporada 2007-2008. En ejercicios con 80 partidos, se quedó dos veces con un balance de 21 victorias y 59 derrotas, el más reciente en 1962-1963. Fue en esta última cuando obtuvo su peor porcentaje de victorias, un 26%. Ahora está en un 12%.

Phil Jackson no esconde su tremenda ingenuidad. Antes ya del partido contra Charlotte, admitió: “La culpa del fracaso es mía y asumo toda la responsabilidad. Honestamente pensaba que el equipo que habíamos construido podía competir esta temporada para estar en los playoffs, pero las cosas no se han dado de esa manera y, de ahí que hayamos comenzado a hacer cambios de cara al futuro”. Por el momento esos cambios han supuesto el adiós a JR Smith y Shumpert, que han recalado en Cleveland. Puede que no sean los últimos movimientos antes de que se cierre el mercado en febrero.