Un ejercicio de reafirmación

Para Diego Pablo Simeone y sus futbolistas, la victoria copera ante el Madrid fue un excelente ejercicio de reafirmación en varios planos. El plantel se felicita por un triunfo conseguido con ocho suplentes ante el actual campeón de Europa y del Mundo. El grupo se siente reforzado ante la respuesta ofrecida. Algunos jugadores incluso realzan el haber superado a los blancos con un once con menos calidad al no jugar de inicio Arda y Koke. En el vestuario festejan de nuevo otro planteamiento de su entrenador, que primero desquició al Madrid y después, con los cambios, pudo rematarlo: "Se trataba de aguantar y aguantar y a la mínima que pudiéramos, zas, hacer un gol. ¡Encima marcamos dos!".

La posesión del balón fue la más baja de la temporada. No pasó del 27% y corroboró el tipo de partido que tenía diseñado Simeone. Fue una confirmación del deseo que embargaba al técnico: la posibilidad de tener un doble estilo dependiendo de si Mandzukic está o no en el terreno de juego. Piensa Simeone que ahora puede optar por mandar al equipo a jugar más en campo contrario, cuando el goleador croata ocupe la punta, o a dominar los espacios, replegarse y contragolpear como hizo el miércoles con Torres. Sus compañeros vieron al Niño bien de piernas, pero con los problemas normales de sincronía en los movimientos ofensivos y en la presión.

Algunos de los más veteranos valoran mucho la actuación de Lucas, que tuvo que medirse a Bale y a James

En esa línea de reafirmación de planteamientos y de activos, la buena actuación de los no habituales también ha recargado el optimismo en el vestuario. Giménez firmó otra actuación sobresaliente culminada con su contundente cabezazo en el segundo gol. Miranda ya está recuperado para el partido del Camp Nou del domingo y Simeone va a respetar su jerarquía y lo que ha supuesto para el equipo, pero Giménez le amenaza el puesto.

Algunos de los más veteranos valoran mucho la actuación de Lucas, que tuvo que medirse a Bale y a James en muchas fases del encuentro. Zurdo y central, Simeone le alineó de lateral izquierdo. En las selecciones inferiores de Francia ha ocupado esta demarcación y Óscar Mena, antes de ser destituido como entrenador del Atlético B, también le colocó en esa posición en algún partido. "No es su posición, pero estuvo sobrio, muy bien en las anticipaciones y tuvo carácter. Desde que llegó al club con 11 años dio la sensación de que quiere ser un futbolista de verdad. No tiene las ínfulas de otros chicos que piensan que ser futbolista es el medio para tener una vida cómoda", asegura un empleado de la cantera. Simeone le ordenó a Lucas que no se proyectara en ataque, que de los dos laterales, solo Gámez tenía licencia para subir.

La posesión no pasó del 27% y corroboró el tipo de partido que tenía diseñado Simeone

"¿En qué hablo? ¿En esloveno, en inglés, en alemán, portugués, español...?" Con un marcado acento eslavo, Oblak desafíaba jocoso a la prensa en la zona mixta. "La parada a Ramos es fútbol. Paré el remate, otro día puede ser gol".

Las respuestas del meta combinaban la sonrisa con el mismo reduccionismo simplista y categórico del "fútbol es fútbol", de Boskov. "Parar es importante para mí, los goles lo son para los delanteros, defender bien para los defensas. En el campo todo es importante", abundaba. Oblak, el portero más caro de la historia del fútbol español, necesitaba un partido que justificase su precio, 16 millones de euros, y los elogios que acapara por sus entrenamientos. Él también se reafirmó.